Comunión Espiritual

"Cómo el santo deseo de recibir a Jesús suple el Sacramento"

En virtud de la Divina Voluntad por las Palabras de Jesús en el vol.6, cap. 9(2) "Cómo el santo deseo de recibir a Jesús suple el sacramento, haciendo que el alma respire a Dios, y que Dios respire al alma"

Comunión Espiritual


Me Fundo en Ti Jesús y en Tu Divina Voluntad y a nombre de todos, quiero ofrecerte como un acto más de amor, este sacrificio de privarme de Ti por no poder recibirte en el Sacramento de la Comunión; y en este deseo mío, mi alma respire a Dios y Dios respire este alma formándome un purgatorio de fuego de amor, que me sirva no solo de una comunión al día sino de una continua comunión de purísimo amor sólo de espíritu y no de cuerpo y así por no poder recibirte Sacramentalmente, te esté dando complacencia Divina.

A cada respiro uno mi te amo y el de todos los adoradores de Tu Santísimo Sacramento en Tu misma Voluntad. Padre, esta Comunión Espiritual te la ofrezco a nombre de todos para darte contínua Gloria, Honor y correspondencia de amor; y a cada respiro pido, Venga a nosotros Tu Reino de la Divina Voluntad.

Fiat!




De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 6, cap. 9. Diciembre 5, 1903

"Cómo el santo deseo de recibir a Jesús suple el sacramento, haciendo que el alma respire a Dios, y que Dios respire al alma"


"No habiendo podido recibir la comunión esta mañana, estaba toda afligida, pero resignada, y pensaba entre mí que si no hubiera sido porque me encontraba en esta posición de estar en la cama, y de ser víctima, ciertamente la habría podido recibir, y decía al Señor: “Mira, el estado de víctima me somete al sacrificio de privarme de recibirte en el sacramento, al menos acepta el sacrificio de privarme de Ti para contentarte, como un acto más intenso de amor por Ti, porque al menos el pensar que tu misma privación atestigua de más mi amor por Ti, endulza la amargura de tu privación”. Y mientras esto decía, las lágrimas me descendían de los ojos, pero, oh bondad de mi buen Jesús, no apenas me he adormecido, sin hacerme esperar tanto y buscar según lo acostumbrado, ha venido súbito y poniéndome sus manos en la cara, me acariciaba y me decía:

“Hija mía, pobre hija, ánimo, mi privación excita mayormente el deseo, y en este deseo excitado el alma respira a Dios, y Dios sintiéndose más encendido por esta excitación del alma, respira al alma, y en este respirarse mutuamente Dios y el alma, se enciende mayormente la sed del amor, y siendo el amor fuego, forma el purgatorio del alma, y este purgatorio de amor le sirve no de una sola comunión al día, como permite la Iglesia, sino de una continua comunión, por cuanto es continuo el respiro, pero todas comuniones de purísimo amor, sólo de espíritu y no de cuerpo, y siendo el espíritu más perfecto, sucede que el amor es más intenso. Así recompenso Yo, no a quien no quiere recibirme, sino a quien no puede recibirme, privándose de Mí para complacerme a Mí”.

Fiat