"Quiero renovar el vínculo del gran don de hacerte vivir en mi Querer"

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta Vol. 14-30 Mayo 19, 1922


El Divino Querer en el Cielo es felicitante,

en la tierra es obrante y multiplica su Vida, sus bienes, en el acto de la criatura



Más tarde me he encontrado fuera de mí misma, en un punto altísimo y he encontrado a mi Mamá Celestial, a nuestro Arzobispo difunto, a mis padres y a mi dulce Jesús en los brazos del obispo, el cual, en cuanto me ha visto me lo ha puesto en mis brazos diciéndome: “Tómalo hija mía y gózalo”. Y Jesús hacía fiesta en mis brazos y ha dicho:


“Hija amadísima de mi Querer, quiero renovar el vínculo del gran don de hacerte vivir en mi Querer, y por esto he querido presentes como testigos a mi amada Mamá, al Obispo que tomó parte en tu dirección cuando estuvo en la tierra, y a tus papás, a fin de que tú quedes mayormente confirmada en mi Voluntad y recibas toda la corriente y los bienes que mi Voluntad contiene, y ellos sean los primeros en recibir la gloria del obrar del vivir en mi Querer.


Tú no eres otra cosa que un átomo en mi Querer, pero en este átomo Yo pongo todo el peso de mi Voluntad, a fin de que conforme te muevas, el mar inmenso de mi Querer reciba su movimiento, las aguas se encrespen y como agitadas exhalen su frescura, sus perfumes, y desborden en bien del Cielo y de la tierra. El átomo es pequeño, ligerísimo, y no es capaz de agitar todo el mar inmenso de mi Voluntad, pero puesto dentro de él todo el peso de Ella, será capaz de todo, y me darás campo para dar de Mí otros actos divinos, serás como la piedrecilla arrojada en la fuente, que conforme cae, las aguas se encrespan, se agitan y exhalan su frescura y su perfume; pero la piedrecilla no contiene el peso de mi Voluntad y por eso no puede hacer que la fuente se desborde, pero tu átomo con el peso de mi Querer, no sólo puede arrastrar mi mar, sino inundar Cielo y tierra.


Como dentro de un solo respiro vendrás a absorber toda mi Voluntad con todos los bienes que Ella contiene, y de otro respiro la pondrás fuera, y mientras esto haces, cuantas veces la aspires y cuantas veces la emitas, tantas veces multiplicarás mi Vida, mis bienes.


En el Cielo los bienaventurados gozan de toda la beatitud que contiene mi Querer, viven en Él como en su propio centro, pero no lo multiplican, pues en ellos están ya fijos sus méritos; pero tú eres más feliz que ellos pudiendo multiplicar mi Vida, mi Querer, mis bienes; en ellos mi Querer es felicitante, en ti es obrante y pido tus actos para multiplicarme.


Cuando tú obras estoy mirando con ansias si obras en mi Querer para recibir el contento de verme multiplicado en tu acto. ¡Cuánto deberías estar atenta, y no dejar pasar nada!”


Fiat Divina Voluntad