Ve a la Santísima Trinidad
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 4-174 (1-3) Enero 13, 1903
"Encontrándome en mi habitual estado, me parecía ver a la Santísima Trinidad que recíprocamente se miraban, y era tanta su belleza que quedaban estáticos con sólo mirarse, y en este estado se desbordaban fuera en amor, y por este amor quedaban como sacudidos, y permanecían más intensamente estáticos, así que todo su bien y complacencia estaban comprendidos en Ellos mismos, y toda su eterna vida y bienaventuranza, y funcionamiento, estaban encerrados en esta única palabra: “amor”.
Y toda la bienaventuranza de los santos estaba formada por este obrar perfecto de la Santísima Trinidad.
Mientras esto veía, el Hijo ha tomado la forma de Crucifijo, y saliendo de entre Ellos vino a mí, participándome las penas de la crucifixión, y mientras estaba conmigo se ha puesto de nuevo en medio de Ellos y ha ofrecido sus y mis sufrimientos, y dio satisfacción por el amor que le debían todas las criaturas.
Quién puede decir su complacencia, y cómo quedaban satisfechos por el ofrecimiento del Hijo.
Parecía que así como al crear a las criaturas no había salido otra cosa de su interior que llamas contenidas de amor, pues para dar desahogo a este amor se pusieron a crear tantas otras imágenes de Ellos, entonces quedaban satisfechos cuando recibían lo que habían dado, esto es: Amor han dado, amor quieren; así que la más fea ofensa es el no amarlos.
Sin embargo, ¡oh Dios tres veces Santo! ¿Quién es aquél que te ama?
Después de esto han desaparecido..."