Vida Divina,Potencia de mi Voluntad obrante,

"El Querer Divino va tejiendo siempre en mi alma su Vida Divina, con su dulce encanto la hace crecer, la modela, la alimenta, y con sus alas de luz la cubre, la esconde, a fin de que ningún soplo de viento la pueda dañar y pudiese impedir el crecimiento de su Vida en mi alma".

"Cuando la criatura se dispone a hacer un acto en mi Voluntad,

Ella arma su potencia y simplifica, forma el vacío, y forma Naturaleza Divina en la voluntad humana, y como triunfadora forma su camino en la voluntad de la criatura...

sólo se detiene y le viene impedido el paso, cuando el querer humano le pone las barreras con el hacer, no la mía, sino su voluntad.

¡Qué delito, impedir el camino, el paso a mi Querer en la voluntad de la criatura!"

31-11 Octubre 16, 1932

La Divina Voluntad, de todos los siglos forma uno solo.

Ella simplifica, forma el vacío, y forma la Naturaleza Divina y su camino en la voluntad humana

(1) El Querer Divino va tejiendo siempre en mi alma su Vida Divina, con su dulce encanto la hace crecer, la modela, la alimenta, y con sus alas de luz la cubre, la esconde, a fin de que ningún soplo de viento la pueda dañar y pudiese impedir el crecimiento de su Vida en mi alma. ¡Oh! si no fuese por la Divina Voluntad, que más que tierna y amorosa madre me tiene en sus brazos, cubierta con su luz en las circunstancias de mi vida, ¡ay de mí, demasiado dolorosas! Yo no sé que cosa haría, pero su luz me calma, me fortifica y sigo adelante. ¡Oh! Voluntad adorable, cuánto debo agradecerte por un bien tan grande, te ofrezco la infinitud de tu mismo Querer para agradecerte como mereces. Ahora, mientras mi mente se sentía bajo su luz, mi amado Jesús repitiendo su breve visita a mi alma, me ha dicho:

(2) “Hija mía bendita, cómo es bello ver a la criatura crecer bajo las alas de luz de mi Voluntad; ella, envuelta en esta luz no ve, no siente, no toca sino a su madre luz que la tiene envuelta, y si las criaturas la hieren, la golpean, la afligen, se siente adentrar más y estrecharse por sus brazos de luz, y responde con la sonrisa de la luz a quien la quiere amargar y herir, y burlándose de ellos confunde su perfidia humana.

¡Oh! Potencia de mi Voluntad obrante, Ella se escapa de todo, triunfa sobre todo, y con su luz forma su trono de gloria imperecedera en el alma que le da la libertad de obrar. Tú debes saber que su potencia es tanta, que de todos los siglos forma uno solo, y su imperio se extiende dondequiera, y de todos los actos forma un solo acto. Los siglos desaparecen delante a su poder, y todos los actos buenos de las criaturas no son otra cosa que tantos átomos, que unidos forman un solo acto, los cuales reconocen su potencia y postrados a sus pies forman la gloria, la adoración de las humanas generaciones a esta Voluntad Suprema. Símbolo de ello es el sol, que no es otra cosa que tantos átomos de luz, que unidos forman el sol que da luz a toda la tierra; pero aquellos átomos están armados de una potencia divina, y cada uno contiene una potencia maravillosa, tanto que sólo con tocar la tierra, las plantas, comunican bienes y efectos maravillosos que forman una vida distinta en cada planta y flor. Así los actos de las criaturas, si bien son átomos, contienen la potencia maravillosa de mi Voluntad, por lo tanto están preñados de admirables efectos.

Tú debes saber que

cuando la criatura se dispone a hacer un acto en mi Voluntad,

Ella arma su potencia y simplifica, forma el vacío, y forma Naturaleza Divina en la voluntad humana, y como triunfadora forma su camino en la voluntad de la criatura, y camina, camina siempre, y sólo se detiene y le viene impedido el paso, cuando el querer humano le pone las barreras con el hacer, no la mía, sino su voluntad. ¡Qué delito, impedir el camino, el paso a mi Querer en la voluntad de la criatura! Por ello creé a las criaturas, para formarme tantos caminos en las voluntades humanas, para poder tener mi camino continuo, y por tanto mi acto obrante en ellas, y quien impide mi camino quisiera impedirme la continuación de mi Creación, obstaculizar mis pasos, atarme las manos a fin de que no obre. ¡Ay! el no hacer mi Voluntad parece que sea cosa de nada, sin embargo es el más grande de los delitos, que clama venganza delante de la Majestad Divina para las pobres criaturas, especialmente cuando se conoce que mi Voluntad quiere que se haga una acción, que quiere un sacrificio, y no haciéndolo es como si se quisiera rebatir la verdad, y esto es pecado contra el Espíritu Santo y clama venganza delante de Dios. Conocer mi Voluntad y no hacerla, es cerrar el Cielo, romper las relaciones divinas, y no reconocer el dominio divino que cada criatura está obligada a conocer y someterse a lo que mi Querer quiere, aun cuando le costase la vida. Por ello sé atenta, adora mi Voluntad y lo que ha dispuesto de ti, si quieres contentar a tu Jesús”.

+ + + +

Indice: Actos