Papa Emérito Benedicto XVI

1927 - 2022


Papa Benedicto XVI en la plaza de San Pedro del Vaticano. 

Foto de archivo. ALESSANDRA BENEDETTI (CORBIS VIA GETTY IMAGES) 

Padre Celestial

Gracias te Sean dadas por Tus designios en la vida del Papa Emérito Benedicto XVI.

En Tu presencia Divina, su alma reciba el Gozo y felicidad de la Bienaventuranza Eterna.

Gracias Papa Emérito por el Legado vivido y dejado para la Iglesia; por promover la Causa de Beatificación de Luisa Piccarreta y la aprobación de sus escritos.  Reciba su alma el baño del amor Divino.


Un Bello Sufragio 

En Divina Voluntad

Sufragio para el alma de ______ 

y por todas las Benditas almas del Purgatorio



Jesús, entro en Tu Querer Divino; tomo tu Poder, la inmensidad de tu Amor, el valor inmenso de Tus penas y cualidades Divinas para derramar todo sobre el alma de tu hijo/a ________ y por todas las Benditas almas del Purgatorio; por quienes Te doy la Gloria, Honor, Honra y amor Divino que quizá te hubieran querido dar en su vida y no te dieron.


En tu Voluntad su alma reciba, este baño del amor que contiene Tu Poder Divino, Tu belleza, Tu Preciosísima Sangre y todas Tus cualidades Divinas.


Fiat Divina Voluntad

Publicado el documento redactado por el Papa emérito el 29 de agosto de 2006

Benedicto PP XVI

Si en esta hora tardía de mi vida miro hacia atrás, hacia las décadas que he vivido, veo en primer lugar cuántas razones tengo para dar gracias. Ante todo, doy gracias a Dios mismo, dador de todo bien, que me ha dado la vida y me ha guiado en diversos momentos de confusión; siempre me ha levantado cuando empezaba a resbalar y siempre me ha devuelto la luz de su semblante. En retrospectiva, veo y comprendo que incluso los tramos oscuros y agotadores de este camino fueron para mi salvación y que fue en ellos donde Él me guió bien. 

Doy las gracias a mis padres, que me dieron la vida en una época difícil y que, a costa de grandes sacrificios, con su amor prepararon para mí un magnífico hogar que, como una luz clara, ilumina todos mis días hasta el día de hoy. La clara fe de mi padre nos enseñó a nosotros los hijos a creer, y como señal siempre se ha mantenido firme en medio de todos mis logros científicos; la profunda devoción y la gran bondad de mi madre son un legado que nunca podré agradecerle lo suficiente. Mi hermana me ha asistido durante décadas desinteresadamente y con afectuoso cuidado; mi hermano, con la claridad de su juicio, su vigorosa resolución y la serenidad de su corazón, me ha allanado siempre el camino; sin su constante precederme y acompañarme, no habría podido encontrar la senda correcta.

De corazón doy gracias a Dios por los muchos amigos, hombres y mujeres, que siempre ha puesto a mi lado; por los colaboradores en todas las etapas de mi camino; por los profesores y alumnos que me ha dado. Con gratitud los encomiendo todos a Su bondad. Y quiero dar gracias al Señor por mi hermosa patria en los Prealpes bávaros, en la que siempre he visto brillar el esplendor del Creador mismo. Doy las gracias al pueblo de mi patria porque en él he experimentado una y otra vez la belleza de la fe. Rezo para que nuestra tierra siga siendo una tierra de fe y les ruego, queridos compatriotas: no se dejen apartar de la fe. Y, por último, doy gracias a Dios por toda la belleza que he podido experimentar en todas las etapas de mi viaje, pero especialmente en Roma y en Italia, que se ha convertido en mi segunda patria.

A todos aquellos a los que he agraviado de alguna manera, les pido perdón de todo corazón.

Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia han sido confiados a mi servicio: ¡Manténganse firmes en la fe! ¡No se dejen confundir! A menudo parece como si la ciencia -las ciencias naturales, por un lado, y la investigación histórica (especialmente la exégesis de la Sagrada Escritura), por otro- fuera capaz de ofrecer resultados irrefutables en desacuerdo con la fe católica. He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he visto cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas que sólo parecen ser competencia de la ciencia. Desde hace sesenta años acompaño el camino de la teología, especialmente de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de las diferentes generaciones, he visto derrumbarse tesis que parecían inamovibles y resultar meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann, etc.), la generación marxista. He visto y veo cómo de la confusión de hipótesis ha surgido y vuelve a surgir lo razonable de la fe. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo.

Por último, pido humildemente: recen por mí, para que el Señor, a pesar de todos mis pecados y defectos, me reciba en la morada eterna. A todos los que me han sido confiados, van mis oraciones de todo corazón, día a día.

 

(Traducción no oficial)

Vatican News

Adiós a Benedicto XVI, humilde trabajador de la viña del Señor

El Papa emérito, de 95 años, falleció este sábado, 31 de diciembre, a las 9:34 horas, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Apenas sea posible se proporcionará mayor información.

Benedicto XVI ha vuelto a la Casa del Padre. La Oficina de Prensa del Vaticano ha anunciado hace unos minutos que el fallecimiento se ha producido a las 9:34 horas, en la residencia 

https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2022-12/papa-emerito-benedicto-xvi-murio-31-diciembre-manana-siervo-2022.html

del Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, que el Papa emérito, de 95 años, había elegido como residencia tras renunciar al ministerio petrino en 2013.

Padre Justo Antonio Lofeudo