"Un acto perfecto de resignación a la Voluntad Divina

para quedar purgado de todas las imperfecciones en las cuales el alma no ha puesto nada de lo suyo"

"... el alma al hacer este acto primero se encuentra con la Voluntad Divina que purga la voluntad humana y la embellece con sus cualidades, y después se funde conmigo”.

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 6, cap. 29 abril 9, 1904

Basta un acto perfecto de resignación a la Voluntad Divina para quedar purgado de todas las imperfecciones en las cuales el alma no ha puesto nada de lo suyo

Debiendo recibir esta mañana la comunión, estaba pensando entre mí: “¿Qué dirá mi bendito Jesús cuando venga a mi alma? Dirá:

“Cómo es fea esta alma, mala, fría, abominable”.

Cuan rápido hará consumir las especies para no estar en contacto con esta alma tan fea, ¿pero qué quieres de mí?

A pesar de que soy tan mala,

sin embargo debes tener paciencia para venir, porque de todos modos me eres necesario, y no puedo hacer otra cosa”. Mientras esto decía ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho:

“Hija mía, no quieras afligirte por esto, no se requiere nada para remediarlo,

basta un acto perfecto de resignación a mi Voluntad

para poder quedar purgado de todas estas fealdades que tú dices, y Yo te diré lo contrario de lo que piensas, te diré:

“Cómo eres bella, siento el fuego de mi amor en ti, y el perfume de mis fragancias, en ti quiero hacer mi perfecta morada”.

Y ha desaparecido. Entonces, habiendo venido el confesor le he dicho todo, y él me ha dicho que no estaba bien, porque es el dolor el que purga al alma, y que la resignación no entraba en esto. Por eso, después de haber recibido la comunión he dicho: “Señor, el padre me ha dicho que no está bien lo que me has dicho, explícate mejor y hazme conocer la verdad”. Y Él bondadosamente ha agregado:

“Hija mía, cuando se trata de pecado voluntario,

entonces se requiere el dolor, pero

cuando se trata de imperfecciones, de debilidades, de frialdades y otras cosas, y que el alma no ha puesto nada de lo suyo,

entonces basta

un acto de perfecta resignación,

y se tiene necesidad también de este estado para quedar purgado,

porque el alma al hacer este acto primero se encuentra con la Voluntad Divina que purga la voluntad humana y la embellece con sus cualidades, y después se funde conmigo”.


Fiat