La Comunión
Las Penas
"tú sola y privada de Mí"
"tú sola y privada de Mí"
"cuando en la Comunión te encuentres sola, agonizante"
vol. 1 (79)"cuando en la Comunión te encuentres sola, agonizante"
Video 1:54 minuto
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 1 (79)
Respecto a la Comunión
Respecto a la Comunión
no quiero que te aflijas de que no sabes estar
no quiero que te aflijas de que no sabes estar
(79) 2º.- Respecto a la Comunión no quiero que te aflijas de que no sabes estar, debes saber que es una sombra de las penas que sufrí en el Getsemaní, ¿qué será cuando te haga partícipe de los flagelos, de las espinas y de los clavos? El pensamiento de las penas mayores te hará sufrir con más ánimo las penas menores, por tanto,
(79) 2º.- Respecto a la Comunión no quiero que te aflijas de que no sabes estar, debes saber que es una sombra de las penas que sufrí en el Getsemaní, ¿qué será cuando te haga partícipe de los flagelos, de las espinas y de los clavos? El pensamiento de las penas mayores te hará sufrir con más ánimo las penas menores, por tanto,
cuando en la Comunión te encuentres sola, agonizante, piensa que te quiero un poco en mi compañía en la agonía del huerto. Por tanto ponte junto a Mí y haz una comparación entre tus penas y las mías,
cuando en la Comunión te encuentres sola, agonizante, piensa que te quiero un poco en mi compañía en la agonía del huerto. Por tanto ponte junto a Mí y haz una comparación entre tus penas y las mías,
mira, tú sola y privada de Mí, y Yo también solo, abandonado por mis más fieles amigos que están adormilados, dejado solo hasta por mi Divino Padre, y además en medio de penas acerbísimas, rodeado de serpientes, de víboras y de perros enfurecidos, los cuales eran los pecados de los hombres, y donde estaban también los tuyos, que hacían su parte, que me parecía que me querían devorar vivo, mi corazón sintió tanta opresión que me lo sentí como si estuviera bajo una prensa, tanto que sudé viva sangre.
mira, tú sola y privada de Mí, y Yo también solo, abandonado por mis más fieles amigos que están adormilados, dejado solo hasta por mi Divino Padre, y además en medio de penas acerbísimas, rodeado de serpientes, de víboras y de perros enfurecidos, los cuales eran los pecados de los hombres, y donde estaban también los tuyos, que hacían su parte, que me parecía que me querían devorar vivo, mi corazón sintió tanta opresión que me lo sentí como si estuviera bajo una prensa, tanto que sudé viva sangre.
Dime, tú ¿cuándo has llegado a sufrir tanto? Entonces, cuando te encuentres privada de Mí, afligida, vacía de todo consuelo, llena de tristezas, de afanes, de penas, ven junto a Mí, límpiame esa sangre, ofréceme esas penas como alivio de mi amarguísima agonía. Haciendo así encontrarás el modo de entretenerte Conmigo después de la Comunión; no que no sufras, porque la pena más amarga que puedo dar a mis almas queridas es el privarlas de Mí, pero tú, pensando que con tu sufrir me das consuelo, estarás contenta.
Dime, tú ¿cuándo has llegado a sufrir tanto? Entonces, cuando te encuentres privada de Mí, afligida, vacía de todo consuelo, llena de tristezas, de afanes, de penas, ven junto a Mí, límpiame esa sangre, ofréceme esas penas como alivio de mi amarguísima agonía. Haciendo así encontrarás el modo de entretenerte Conmigo después de la Comunión; no que no sufras, porque la pena más amarga que puedo dar a mis almas queridas es el privarlas de Mí, pero tú, pensando que con tu sufrir me das consuelo, estarás contenta.