"Me consagra al alma
como digno santuario mío
para hacer ahí mi perpetua morada"
Vol. 6-4
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 6-4 Noviembre 16, 1903
No hay sacrificio sin olvido de sí mismo, y el sacrificio y el olvido de sí mismo hacen nacer el amor más puro y perfecto
No hay sacrificio sin olvido de sí mismo, y el sacrificio y el olvido de sí mismo hacen nacer el amor más puro y perfecto
Esta mañana, encontrándome fuera de mí misma me he encontrado con el niño Jesús en brazos, y una virgen que me ha extendido en tierra para hacerme sufrir la crucifixión, pero no con clavos, sino con fuego, poniéndome un carbón de fuego en las manos y en los pies, y el bendito Jesús que me asistía mientras sufría, me decía:
Esta mañana, encontrándome fuera de mí misma me he encontrado con el niño Jesús en brazos, y una virgen que me ha extendido en tierra para hacerme sufrir la crucifixión, pero no con clavos, sino con fuego, poniéndome un carbón de fuego en las manos y en los pies, y el bendito Jesús que me asistía mientras sufría, me decía:
“Hija mía, no hay sacrificio sin olvido de sí mismo, y el sacrificio y el olvido de sí
“Hija mía, no hay sacrificio sin olvido de sí mismo, y el sacrificio y el olvido de sí
hace nacer el amor más puro y perfecto, y
hace nacer el amor más puro y perfecto, y
siendo sagrado el sacrificio,
siendo sagrado el sacrificio,
sucede que éste me consagra al alma como
sucede que éste me consagra al alma como
digno santuario mío
digno santuario mío
para hacer ahí mi perpetua morada.
para hacer ahí mi perpetua morada.
Entonces haz que el sacrificio trabaje en ti para volverte sagrados el alma y el cuerpo, para que todo sea en ti sagrado, y conságrame todo a Mí”.
Entonces haz que el sacrificio trabaje en ti para volverte sagrados el alma y el cuerpo, para que todo sea en ti sagrado, y conságrame todo a Mí”.