No es el sufrir lo que vuelve infeliz a la criatura
se vuelve infeliz
cuando le falta alguna cosa a su amor por Dios
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 12, cap. 5 Abril 12, 1917
Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús ha venido, y como yo estaba sufriendo un poco me ha tomado entre sus brazos diciéndome:
“Querida hija mía, amada hija mía, repósate en Mí, más bien,
tus penas no las tengas contigo,
mándalas sobre mi cruz a fin de que
hagan cortejo a mis penas y me alivien,
y mis penas cortejen a las tuyas y te sostengan,
ardan de un mismo fuego y se consuman juntas,
y Yo miraré tus penas como mías, les daré los mismos efectos, el mismo valor, y harán los mismos oficios que hice Yo sobre la cruz hacia el Padre y hacia las almas;
es más, ven tú misma sobre la cruz, cómo seremos felices estando juntos, aun sufriendo, porque no es el sufrir lo que vuelve infeliz a la criatura, más bien el sufrir la vuelve victoriosa, gloriosa, rica, bella, se hace infeliz cuando le falta alguna cosa a su amor.
Tú, unida Conmigo sobre la cruz
serás colmada en todo en el amor, tus penas serán amor, tu vida será amor, toda amor, y por eso serás feliz”.