Yo creé a la criatura
Yo creé a la criatura
bella, noble, de origen eterno y divino, plena de felicidad y digna de Mí
bella, noble, de origen eterno y divino, plena de felicidad y digna de Mí
vol. 14, cap. 7
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 14-7 Febrero 26, 1922
Jesús nos cubrió de belleza en la Redención
Jesús nos cubrió de belleza en la Redención
Estaba pensando en
Estaba pensando en
el gran bien que el bendito Jesús nos ha hecho con redimirnos,
el gran bien que el bendito Jesús nos ha hecho con redimirnos,
y Él todo bondad me ha dicho:
y Él todo bondad me ha dicho:
“Hija mía,
“Hija mía,
Yo creé a la criatura
Yo creé a la criatura
bella, noble, de origen eterno y divino, plena de felicidad y digna de Mí;
bella, noble, de origen eterno y divino, plena de felicidad y digna de Mí;
el pecado la derribó de esta altura y la hizo caer hasta el fondo, la desnobleció, la deformó y la volvió la criatura más infeliz, sin poder crecer, porque el pecado le impedía el crecimiento y la cubría de llagas, que daba horror el sólo verla. Ahora,
el pecado la derribó de esta altura y la hizo caer hasta el fondo, la desnobleció, la deformó y la volvió la criatura más infeliz, sin poder crecer, porque el pecado le impedía el crecimiento y la cubría de llagas, que daba horror el sólo verla. Ahora,
mi Redención rescató a la criatura de la culpa,
mi Redención rescató a la criatura de la culpa,
y mi Humanidad no hizo otra cosa que, como una tierna madre con su recién nacido, que no pudiendo tomar otro alimento, para dar la vida a su bebé, se abre el seno, pone a su pecho a su niño,
y mi Humanidad no hizo otra cosa que, como una tierna madre con su recién nacido, que no pudiendo tomar otro alimento, para dar la vida a su bebé, se abre el seno, pone a su pecho a su niño,
y de su sangre convertida en leche le suministra el alimento para darle la vida.
y de su sangre convertida en leche le suministra el alimento para darle la vida.
Más que madre mi Humanidad se hizo abrir en Sí misma, a golpes de látigo, tantos orificios, casi como tantos pechos que hacían salir ríos de sangre para hacer que mis hijos, pegándose a ellos pudieran chupar el alimento para recibir la vida y desarrollar su crecimiento,
Más que madre mi Humanidad se hizo abrir en Sí misma, a golpes de látigo, tantos orificios, casi como tantos pechos que hacían salir ríos de sangre para hacer que mis hijos, pegándose a ellos pudieran chupar el alimento para recibir la vida y desarrollar su crecimiento,
y con mis llagas
y con mis llagas
cubría su deformidad y los volvía más bellos que al principio,
cubría su deformidad y los volvía más bellos que al principio,
y si al crearlos los hice cielos tersísimos y nobles, en la Redención los adorné tachonándolos con las estrellas brillantísimas de mis llagas para cubrir su fealdad y volverlos más bellos; en sus llagas y deformidad Yo ponía los diamantes, las perlas, los brillantes de mis penas, para ocultar todos sus males y vestirlos con tal magnificencia de superar el estado de su origen,
y si al crearlos los hice cielos tersísimos y nobles, en la Redención los adorné tachonándolos con las estrellas brillantísimas de mis llagas para cubrir su fealdad y volverlos más bellos; en sus llagas y deformidad Yo ponía los diamantes, las perlas, los brillantes de mis penas, para ocultar todos sus males y vestirlos con tal magnificencia de superar el estado de su origen,
por eso con razón la Iglesia dice: ‘Feliz culpa’, porque por la culpa vino la Redención, y mi Humanidad no sólo los alimentó con su sangre, no sólo los vistió con su misma Persona y los adornó con su misma belleza, sino que mis pechos están siempre llenos para alimentar a mis hijos.
por eso con razón la Iglesia dice: ‘Feliz culpa’, porque por la culpa vino la Redención, y mi Humanidad no sólo los alimentó con su sangre, no sólo los vistió con su misma Persona y los adornó con su misma belleza, sino que mis pechos están siempre llenos para alimentar a mis hijos.
¿Cuál no será la condena de aquellos que no quieren pegarse a ellas para recibir la vida y crecer, y para ser cubiertos en su deformidad?”
¿Cuál no será la condena de aquellos que no quieren pegarse a ellas para recibir la vida y crecer, y para ser cubiertos en su deformidad?”