Me Fundo en Ti, 

Espíritu Santo

Esta Oración para Fundirnos en el Espíritu Santificador es en virtud de la Palabra de Jesús del vol. 17, cap. 43 (5)

Giro con Reparación al Espíritu Santo

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Me Fundo en Ti, Espíritu Santo



    Me fundo en el orden de tu Gracia, en todo lo que has hecho y harás en nosotros los santificantes. 

    ¡Ven Divino Espíritu!, haz desahogo de Tu obra en el Fiat Voluntas Tua!  Danos pronto a conocer Vuestra Voluntad, Vuestro primer acto de su Santificación completa, el cual es la Divina Voluntad! 

      Vengo ante ti Suprema Majestad, para dar la correspondencia de amor al Espíritu Santificador a nombre de todos los santificantes, entro en el orden de Tu gracia para poder darte Amor, Honor y Gloria como si todos fuéramos santos, reparo por todas las oposiciones e incorrespondencias a los actos de Tu gracia haciendo mío Tu dolor, Tus gemidos inenarrables secretos, Tus suspiros angustiosos ocultos en el fondo de los corazones. Por el dolor que te damos, perdón Espíritu Santificador. 


¡Ven Divino Espíritu en mí!, haz desahogo de Tu obra en el Fiat Voluntas Tua. Fiat!

Estamos en la Era del Tercer Fiat!

La Era Celestial y Trina de la Divina Voluntad


Oremos al Espíritu Santo por Este Pentecostés Divino



En tu Divino Querer, unidos a Nuestra Madre María, y a Luisa, la pequeña hija de la Divina Voluntad, en el Cenáculo del Monte Sión (1era. Iglesia Cristiana), oramos por la Gran Efusión de Ti, Espíritu Santo, para un Segundo Pentecostés para toda la humanidad, que se extienda el Reino de Tu Divina Voluntad y triunfe en todos la Era del Tercer Fiat!

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⚜️ Para el Don de Entendimiento, Inteligencia

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 13-27 (2) Octubre 23, 1921

Las verdades acerca del Divino Querer, son canales que se abren desde el mar de la Divina Voluntad para provecho de todas las criaturas



Me sentía toda inmersa en el Querer Divino y mi amable Jesús al venir me ha dicho:

"Hija de mi Querer, mira en tu interior como corre pacífico el mar inmenso de mi Voluntad, pero no creas que este mar corre en ti desde hace poco tiempo sólo porque ahora me oyes hablar frecuentemente de mi Voluntad, sino desde hace mucho, mucho, siendo mi costumbre primero hacer y después hablar. 

Es verdad que tu principio fue el mar de mi Pasión, porque no hay santidad que no pase por el puerto de mi Humanidad; hay santos que quedan en este puerto de mi Humanidad, otros pasan más allá. 

Pero después injerté inmediatamente el mar de mi Voluntad, y cuando te vi dispuesta y me cediste tu querer, el mío tomó vida en ti y este mar corría y crecía siempre, cada acto tuyo de más hecho en mi Querer era un crecimiento mayor; al principio poco te hablé de esto, pero nuestros quereres estaban unidos juntos y se comprendían sin hablarse, y además, con sólo vernos nos comprendíamos. 

Yo me hacía feliz en ti, sentía las delicias del Cielo en nada diferentes de las que me dan los santos, que mientras Yo los felicito a ellos, ellos me felicitan a Mí, porque estando inmersos en mi Querer no pueden hacer menos que darme alegrías y delicias, pero mi felicidad no estaba completa, quería que también mis otros hijos participaran de un bien tan grande, por eso empecé a hablarte de mi Querer en modo sorprenderte, y por cuantas verdades, por cuantos efectos y valores te decía, tantos canales abría desde el mar de mi Voluntad en favor de ellos, a fin de que estos canales dieran agua abundante a toda la tierra. Mi obrar es comunicativo y siempre está en acto sin jamás detenerse, pero estos canales muchas veces son ensuciados, en otros arrojan piedras y el agua no corre, corre con dificultad; no es que el mar no quiera dar el agua, ni porque no esté limpia el agua no pueda penetrar en todas partes, sino que es la parte de las criaturas que se opone a tan gran bien; por eso si leen estas verdades y no están dispuestos no entenderán nada, quedarán confundidos y deslumbrados por la luz de mis verdades; para los dispuestos será luz que los iluminará y agua que, quitándoles la sed, no querrán separarse jamás de estos canales por el gran bien que sienten y por la nueva vida que corre en ellos. 

Por eso también tú deberías estar contenta en abrir estos canales en favor de tus hermanos, no descuidando nada de mis verdades, ni la más pequeña, porque por más pequeña que sea puede servir a un hermano tuyo para tomar agua. Así que sé atenta en abrir estos canales y en contentar a tu Jesús que tanto ha hecho por ti".

Fiat Divina Voluntad 🕊️

Don de Inteligencia

Don de Entendimiento


El don de entendimiento o Inteligencia es una gracia especial del Espíritu Santo que nos permite comprender la Palabra de Dios y todas las verdades reveladas. Por la acción iluminadora del Espíritu Santo, la inteligencia del hombre se hace apta para profundizar las verdades reveladas. Es como un fogonazo que nos ilumina para comprender al instante una verdad revelada. Tomamos la Sagrada Escritura, la leemos y no comprendemos algún pasaje; pero, de repente, una luz penetrante del Espíritu Santo nos hace comprender de inmediato aquello inaccesible para nuestra capacidad humana, como les sucedió a los discípulos de Emaús, cuando se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús. 

La palabra «inteligencia» deriva del latín intus legere, que significa «leer dentro», penetrar, comprender a fondo. Mediante este don el Espíritu Santo, que «escruta las profundidades de Dios» (1 Cor 2,10), comunica al creyente una chispa de capacidad penetrante que le abre el corazón a la gozosa percepción del designio amoroso de Dios. Se renueva entonces la experiencia de los discípulos de Emaús, los cuales, tras haber reconocido al Resucitado en la fracción del pan, se decían uno a otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras hablaba con nosotros en el camino, explicándonos las Escrituras?» (Lc 24:32)

Otro efecto es que nos abre el sentido oculto de las Sagradas Escrituras. Fue lo que les ocurrió a los discípulos de Emaús cuando «les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras» (Le 24,45), y es lo que les sucede a los místicos han experimentado este fenómeno, quienes, sin estudios ni otro tipo de ayuda humana, el Espíritu Santo les descubre de pronto el sentido profundo de algún pasaje de las Sagradas Escrituras. Por eso se les caen de las manos los libros escritos por los hombres y deciden mejor escuchar solo las palabras que brotan del Verbo Encarnado. 

No se rompen jamás del todo en esta vida los velos del misterio, como decía San Pablo: «ahora vemos como en un espejo y oscuramente» (1 Cor 13,12), pero nos da una seguridad inquebrantable de las verdades de la fe.

Del don de Entendimiento se producen los frutos del gozo espiritual y la certeza inquebrantable de la fe.