Se puede rezar durante nueve días consecutivos

Esta oración fue escrita por Madre Eugenia Ravasio, quien recibió de Dios Padre el Mensaje para todos sus hijos, para toda la humanidad.

"Por El, con El y en El"

 Per Ipsum, cum Ipso et in Ipso

Por Cristo, con El y en El

DIOS ES MI PADRE

Dada por Dios Padre a sor Eugenia Ravasio

Padre mío que estás en los cielos, qué dulce y suave es saber que Tú eres mi Padre y que yo soy tu hijo.

Sobre todo, cuando se oscurece el cielo de mi alma y más pesada es la cruz, siento la necesidad de repetirte: ¡Padre, creo en tu Amor por mí!

¡Sí, creo que Tú eres Padre para mí en cada momento de la vida y que yo soy tu hijo!

¡Creo que me amas con Amor infinito!

¡Creo que velas día y noche sobre mí y que ni siquiera un cacello cae de mi cabeza sin tu permiso!

¡Creo que, infinitamente Sabio, sabes mejor que yo lo que me conviene.

¡Creo que, infinitamente Potente, puedes obtener el bien hasta del mal.

¡Creo que, infinitamente Bueno, haces que todo sirva para el bien de los que Te aman; e incluso bajo 

las manos que golpean, yo beso tu mano que sana!

¡Creo..., pero aumenta en mí la Fe, la Esperanza y la Caridad!

Enséñame a tener siempre tu Amor como guía en cada momento de mi vida.

Enséñame a abandonarme en Tí como un niño en los brazos de su madre.

¡Padre, Tú sabes todo, Tú ves todo, Tú me conoces mejor que yo, Tú puedes todo y Tú me amas!

Padre mío, ya que quieres que recurramos siempre a Tí, te pido con confianza, con Jesús y María, (… pídase la gracia)

Por esta intención, uniéndome a su Sacratísimos Corazones, ti ofrezco todas mis oraciones, sacrificios y mortificaciones, todas mis acciones y una mayor fidelidad en mi deber.

Te prometo ser más generoso, especialmente en estos nueve días, sobre todo con quien de alguna manera me ha hecho sufrir o mi ha ofendido.

Dáme la Luz, la Gracia y la Fuerza del Espíritu Santo.

Confírmame en este Espíritu, de modo que nunca vaya a perderlo, a entristecerlo ni a debilitarlo en mí.

¡Padre mío, en nombre de Jesús, tu Hijo, te lo pido! ¡Y Tú, oh Jesús, abre tu Corazón y mete dentro el mío, y con el de María ofréceselo a nuestro Padre Divino!

¡Concédeme la gracia que necesito!

Padre Divino, llama a Ti a todos los hombres. ¡Que el mundo entero proclame tu Paterna Bondad y tu Divina Misericordia!

Sé conmigo tierno Padre, y protégeme en todo come la pupila de tus ojos. Haz que yo sea siempre digno hijo tuyo: ¡ten piedad de mí!

Padre Divino, dulce esperanza de nuestras almas, sé conocido, honrado y amado por todos los hombres!

Padre Divino, bondad infinita, que se derrama sobre todos los pueblos, sé conocido, honrado y amado por todos los hombres!

Padre Divino, rocío benéfico para la humanidad, sé conocido, honrado y amado por todos los hombres!

Indulgencia parcial: Mons. Girard

Vicario Apostólico en el Cairo (Egipto), 9 de Octubre 1935

Jean Card. Verdier, Arzobispo de París, 8 de Mayo 1936.

¡Padre mío, Padre bueno, a Tí me doy, a Tí me entrego para tu Gloria!