Muerte
En el Ejercicio de Tu Voluntad
Desolada Madre,
"Te ruego que por esta amarga soledad que has sufrido,
me vengas a asistir a la hora de mi muerte"
De la Hora 24 de la Pasión de Cristo
La sepultura de Jesús
Desolada Madre,
"Te ruego que por esta amarga soledad que has sufrido,
me vengas a asistir a la hora de mi muerte"
"Desolada Madre, te doy gracias en nombre de todos por todo lo que has sufrido y te ruego que por esta amarga soledad que has sufrido, me vengas a asistir a la hora de mi muerte, cuando mi pobre alma se encuentre sola y abandonada por todos, en medio de mil ansias y temores;
ven tú entonces a devolverme la compañía que tantas veces te he hecho en vida;
ven a asistirme, ponte a mi lado y ahuyenta al enemigo;
lava mi alma con tus lágrimas, cúbreme con la sangre de Jesús, revísteme con sus méritos, embelléceme con tus dolores y con todas las penas y las obras de Jesús, y en virtud de sus penas y de tus dolores, haz que desaparezcan de mí todos mis pecados, perdonándome totalmente.
Y al expirar mi alma, recíbeme entre tus brazos y poniéndome bajo tu manto, ocúltame a la mirada del enemigo, llévame volando al cielo y ponme en los brazos de Jesús.
Así que quedamos en este acuerdo, ¿no es así, Madre mía?
Y ahora te ruego que les hagas la compañía que yo te he hecho hoy a todos los moribundos presentes; sé Madre de todos; son los momentos extremos y les hacen falta grandes ayudas. Por eso, no le niegues a nadie tu oficio materno.
Por último, una palabra más mientras te dejo: te ruego que me encierres en el Corazón Sacratísimo de Jesús y tú, adolorida Madre mía, cuídame, para que Jesús no me tenga que expulsar de su Corazón y para que yo, ni siquiera queriéndolo, pueda jamás volver a salir de él.
Te beso tu mano materna y tú dame tu bendición.
Nos cum prole pia, benedicat Virgo Maria.