Me Fundo en Ti, 

Espíritu Santo

Esta Oración para Fundirnos en el Espíritu Santificador es en virtud de la Palabra de Jesús del vol. 17, cap. 43 (5)

Giro con Reparación al Espíritu Santo


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Me Fundo en Ti, Espíritu Santo



    Me fundo en el orden de tu Gracia, en todo lo que has hecho y harás en nosotros los santificantes. 

    ¡Ven Divino Espíritu!, haz desahogo de Tu obra en el Fiat Voluntas Tua!  Danos pronto a conocer Vuestra Voluntad, Vuestro primer acto de su Santificación completa, el cual es la Divina Voluntad! 

      Vengo ante ti Suprema Majestad, para dar la correspondencia de amor al Espíritu Santificador a nombre de todos los santificantes, entro en el orden de Tu gracia para poder darte Amor, Honor y Gloria como si todos fuéramos santos, reparo por todas las oposiciones e incorrespondencias a los actos de Tu gracia haciendo mío Tu dolor, Tus gemidos inenarrables secretos, Tus suspiros angustiosos ocultos en el fondo de los corazones. Por el dolor que te damos, perdón Espíritu Santificador. 


¡Ven Divino Espíritu en mí!, haz desahogo de Tu obra en el Fiat Voluntas Tua. Fiat!

Estamos en la Era del Tercer Fiat!

La Era Celestial y Trina de la Divina Voluntad


Oremos al Espíritu Santo por Este Pentecostés Divino



En tu Divino Querer, unidos a Nuestra Madre María, y a Luisa, la pequeña hija de la Divina Voluntad, en el Cenáculo del Monte Sión (1era. Iglesia Cristiana), oramos por la Gran Efusión de Ti, Espíritu Santo, para un Segundo Pentecostés para toda la humanidad, que se extienda el Reino de Tu Divina Voluntad y triunfe en todos la Era del Tercer Fiat!

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⚜️Para el Don de la Sabiduría

verdadera y perfecta consagración de la Vida Divina en el alma
De los escritos de la S.D. Luisa PiccarretaVol. 11-85  diciembre 17, 1914 

La Divina Voluntad forma la verdadera y perfecta consagración de la Vida Divina en el alma



Continuando mi habitual estado y estando muy afligida por las privaciones de Jesús, después de mucho esperarlo ha venido, haciéndose ver en todo mi pobre ser, y yo, me parecía como si fuera la vestidura de Jesús, y rompiendo su silencio me dijo: “Hija mía, también tú puedes formar hostias y consagrarlas.

¿Ves la vestidura que me cubre en el Sacramento? 

Son los accidentes del pan con los cuales es formada la hostia, la Vida que existe en esta hostia es mi cuerpo, mi sangre y mi Divinidad, la actitud que contiene esta Vida es mi Suprema Voluntad, y esta Voluntad desarrolla el amor, la reparación, la inmolación y todo lo demás que hago en el Sacramento, el cual no se separa ni un punto de mi Querer; no hay cosa que salga de Mí de la cual mi Querer no vaya delante. 

Y he aquí cómo también 

tú puedes formar la hostia: 

La hostia es material y hechura del todo humana; también tú tienes un cuerpo material y una voluntad humana, este cuerpo tuyo y esta tu voluntad, si los mantienes puros, rectos, alejados de cualquier sombra de pecado, son los accidentes, los velos para poderme consagrar y vivir escondido en ti.  Pero esto no basta, sería como en la hostia sin la consagración, por eso se necesita mi Vida; mi Vida está compuesta de santidad, de amor, de sabiduría, de potencia, etc.,  pero el motor de todo es mi Voluntad, 

por eso después de que has preparado la hostia, debes hacer morir tu voluntad en esa hostia, la debes cocer bien, bien, para hacer que no renazca más, y debes hacer entrar en todo tu ser a mi Voluntad, y Ésta, que contiene toda mi Vida, formará la verdadera y perfecta consagración. 

Así que no tendrá más vida el pensamiento humano, sino el pensamiento de mi Querer, y esta consagración creará mi sabiduría en tu mente, 

no más vida de lo humano, la debilidad, la inconstancia, 

porque mi Voluntad formará la consagración de la Vida Divina, de la fortaleza, de la firmeza y de todo lo que Yo soy. 

Entonces, cada vez que hagas correr tu voluntad en la mía, en tus deseos y en todo lo que eres y puedes hacer, Yo renovaré la consagración, y como en hostia viviente, no muerta como son las hostias sin Mí, Yo continuaré mi Vida en ti. 

Pero esto no es todo, en las hostias consagradas, en los copones, en los sagrarios, todo está muerto, mudo, no hay sensiblemente un latido, un ímpetu de amor que pueda responder a tanto amor mío. 

Si no fuera porque espero a los corazones para darme a ellos, Yo sería bien infeliz, quedaría defraudado en mi Amor y sin finalidad mi Vida Sacramental; y si esto lo tolero en los tabernáculos, no lo toleraré en las hostias vivientes. 

A la vida le es necesaria la nutrición, y Yo en el Sacramento quiero ser alimentado, pero quiero ser nutrido y alimentado con mi mismo alimento, esto es, el alma hará suya mi Voluntad, mi Amor, mis oraciones, las reparaciones, los sacrificios, y me los dará a Mí como cosas suyas, y Yo me nutriré. 

El alma se unirá Conmigo, escuchará atenta para oír lo que estoy haciendo para hacerlo junto Conmigo, y conforme repita mis mismos actos me dará su alimento, y Yo por ello seré feliz,  y sólo en estas hostias vivientes encontraré la compensación de la soledad, del ayuno y de lo que sufro en los tabernáculos”. 


Fiat Divina Voluntad!

Secuencia de Pentecostés

Oración al Espíritu Santo


Ven Espíritu Divino,

manda tu luz desde el cielo,

Padre amoroso del pobre;

don en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas;

fuente del mayor consuelo.


Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos.


Entra hasta el fondo del alma,

divina luz y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre

si Tú le faltas por dentro;

mira el poder del pecado

cuando no envías tu aliento.


Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde

calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía al que tuerce el sendero.


Reparte tus Siete Dones

según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno. Amén