De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol.26-32 Septiembre 20, 1929



Sólo Jesús tiene palabras suficientes para hablar de la Divina

Voluntad. Cómo la criatura puede decir: “Poseo todo”.

La Divina Voluntad donde reina forma su paraíso



Mi pequeña inteligencia va siempre espaciándose en el mar inmenso del Divino Querer, y apenas sabe retener las gotitas de las tantas variedades e innumerables bellezas que le pertenecen. ¡Oh! Voluntad inigualable, amable y adorable, ¿quién podrá decir todo lo que Tú eres, y narrar tu larga y eterna historia? Ni los ángeles, ni los santos tendrán palabras suficientes para hablar de Ti, mucho menos yo que soy la pequeña ignorante, que apenas sé balbucear de un Querer tan santo. Entonces mientras mi mente se perdía en el Fiat Divino, mi amable Jesús haciéndose ver me ha dicho:


(2) “Hija mía, sólo tu Jesús tiene palabras suficientes para hablarte de mi Eterno Querer, porque en naturaleza divina soy la misma Voluntad; pero debo limitarme en el decir porque tu pequeña capacidad no puede abrazar y comprender y encerrar todo lo que a Ella pertenece, y debo contentarme con hacerte conocer sus gotitas, porque tu mente creada no puede contener su mar inmenso e increado, y estas gotitas de luz las cambio en palabras para adaptarme, por tu pequeña capacidad, y así hacerte comprender alguna cosa de mi Fiat indescriptible e inmensurable.


Basta decir que mi Querer Divino es todo, encierra todo, si le faltara una sola coma de todo lo que existe en el Cielo y en la tierra, no se podría llamar todo.


Por consiguiente la criatura para entrar en mi Fiat debe vaciarse de todo, reducirse a aquel punto cuando su Creador, llamándola de la nada, le daba la existencia, tal como la fuerza creadora de mi Divina Voluntad la creaba, bella, vacía de todo,


y sólo llena de la Vida de Aquél que la había creado,

así el alma haciéndose investir de nuevo por la fuerza creadora de mi Fiat, su luz y su calor la vaciarán

y la dejará bella como la sacó de la nada,

y la admitirá a vivir en el todo de mi Voluntad,

y la criatura en Ella respirará el todo,

se sentirá toda santidad,

toda amor,

toda belleza,

porque el todo de mi Fiat Divino la tendrá en su mar, donde el todo estará a su disposición, ninguna cosa le será dada a mitad o en pequeñas proporciones, porque quien es todo sabe darse todo, no a medida, y sólo en mi Querer la criatura puede decir: ‘Poseo todo, más bien el todo es mío’.


En cambio quien no vive en mi Querer Divino, no estando su ser bajo el imperio de una fuerza creadora, no puede poseer toda la plenitud de una Vida Divina, ni se sentirá hasta el borde de su alma toda llena de luz, de santidad, de amor, hasta desbordar fuera, y formar mares en torno a ella, de sentirse que el todo es suyo; a lo más sentirá las pequeñas partecitas divinas, la impresión de la gracia, del amor, de la santidad, pero no todo.


He aquí por qué sólo quien vive en mi Fiat es la única afortunada de conservarse en el prodigio de su creación, y de tener los derechos de poseer y vivir en la abundancia de los bienes de su Creador”.


Después de esto continuaba mis actos en el Querer Divino, y mi amable Jesús ha agregado:

“Hija mía, quien vive en mi Fiat tendrá el gran bien de poseer un Querer Divino en la tierra,

que le será portador de paz imperturbable,

de firmeza inmutable.


Mi Fiat la hará crecer en modo divino, en cada acto que haga le dará un sorbo de nuestro Ser Divino, para hacer que no haya ninguna cualidad nuestra que no concentre en esta criatura.


No sólo esto, sino que mi Querer se deleitará en encerrar en ella a mi Divina Voluntad felicitante, con la cual hace felices a todos los bienaventurados, a fin de que ni siquiera Ésta falte en quien vive en Ella, de modo que cuando vendrá a nuestra patria celestial, traerá como triunfo el haber vivido en nuestro Fiat, su paraíso de alegría y de felicidad todas divinas, y mientras vendrá a encontrar otras bienaventuranzas más sorprendentes, porque mi Querer no se agota jamás, tiene siempre qué dar, la criatura encontrará sus alegrías y la felicidad que le ha encerrado mi Voluntad estando en la tierra.

Por eso elévate siempre más en Ella, ensancha tus confines, que por cuanto más de Voluntad Divina tomes en la tierra, tanto más crecerá nuestra Vida en ti, y más felicidad y alegrías encerrarás en tu alma, y por cuanto más traigas, tanto de más te será dado en el Cielo, en nuestra patria celestial”.

Sea todo para gloria de Dios y cumplimiento de su Santísima Voluntad.

Deo Gratias