Dios Padre Mío!

Padre Te Amo. Consagrada a Ti, quiero Glorificarte con mi vida, viviendo mis actos según Tu Voluntad; y en Jesús te doy mi te Amo, te Adoro, te Alabo, te Bendigo, te Glorifico, te doy Gracias a nombre de todos y por todos, por hacernos partícipes del Don de tu Voluntad.

Dios Padre

de Toda la humanidad


"Sólo quien hace mi Voluntad y vive en Ella 

puede llamarse hijo mío, miembro de mi familia Divina y Celestial"



"Señales si se pertenece a la Familia Celestial:  Tener mi misma finalidad, querer mi misma Voluntad, morar en Ella como en casa propia, trabajar para hacerla conocer; si habla no sabe decir otra cosa que lo que se hace y se quiere en nuestra Familia Celestial, esta criatura se conoce a claras notas y por todos lados y con razón, con justicia y con derecho que es hija que nos pertenece, que es una de nuestra familia, que no ha degenerado de su origen, que conserva en sí la imagen, los modos, la conducta, la Vida de su Padre, de Aquél que la ha creado.  Así que tú eres una de mi familia, y por cuanto más haces conocer mi Voluntad, tanto más te distingues delante al Cielo y a la tierra que eres hija que nos perteneces.  ..."


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Libro de Cielo Vol. 20-39 (1-4)

AUDIO
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 20-39 (1-4)   Diciembre 22, 1926

 

"Señales de que pertenecemos a la Familia Celestial"



(1) Estaba pensando en el Fiat Supremo, y rogaba a mi dulce Jesús que me diera una gracia tan grande, de hacerme cumplir en todo y por todo su Santísima Voluntad y de hacerla conocer al mundo entero, a fin de que fuera reintegrado en la gloria que las criaturas le niegan.  Ahora, mientras esto y otras cosas pensaba, el dulce Jesús se ha movido en mi interior y me ha dicho:

(2) “Hija mía, ¿cuál es la finalidad por la que quieres que mi Voluntad sea cumplida en ti y sea conocida por todos?”

(3) Y yo:  “Lo quiero porque Tú lo quieres, lo quiero para que se establezca el orden divino y tu reino sobre la tierra, lo quiero para que la familia humana no viva más como extraña a Ti, sino que se vincule de nuevo a la Familia Divina de donde tuvo su origen”.  Y Jesús suspirando ha agregado:

(4) “Hija mía, tu finalidad y la mía es única.  Cuando un hijo tiene la misma finalidad que el padre, quiere lo que el padre quiere, no hace jamás morada en casa de otros, trabaja en los campos de su padre, si se encuentra con personas habla de la bondad, del ingenio, de las grandes finalidades de su padre.  De este hijo se dice que ama, que es copia perfecta de su padre, que se ve claramente por todos lados que pertenece a aquella familia, que es hijo digno que lleva en sí con honor la generación de su padre.  

Estas son las señales si se pertenece a la Familia Celestial:  Tener mi misma finalidad, querer mi misma Voluntad, morar en Ella como en casa propia, trabajar para hacerla conocer; si habla no sabe decir otra cosa que lo que se hace y se quiere en nuestra Familia Celestial, esta criatura se conoce a claras notas y por todos lados y con razón, con justicia y con derecho que es hija que nos pertenece, que es una de nuestra familia, que no ha degenerado de su origen, que conserva en sí la imagen, los modos, la conducta, la Vida de su Padre, de Aquél que la ha creado.  Así que tú eres una de mi familia, y por cuanto más haces conocer mi Voluntad, tanto más te distingues delante al Cielo y a la tierra que eres hija que nos perteneces.  

En cambio cuando no se tiene la misma finalidad, poco o nada mora en el palacio real de nuestra Voluntad, va siempre girando, ahora a una habitación, ahora a un vil tugurio, va siempre vagando en el exterior de las pasiones, haciendo actos indignos de su familia, si trabaja es en campos extraños, si habla no resuena jamás sobre sus labios el amor, la bondad, el ingenio, las grandes finalidades de su Padre, así que en toda su conducta no se conoce de hecho que pertenece a su familia, ¿se puede llamar a éste, hijo de su familia?  Y si salió de esa familia, es hijo degenerado que ha roto todos los vínculos y las relaciones que lo ataban a su familia.  

Por eso sólo quien hace mi Voluntad y vive en Ella puede llamarse hijo mío, miembro de mi familia Divina y Celestial; 

todos los demás son hijos degenerados y como extraños a nuestra familia.  He aquí por qué cuando tú te ocupas de mi Fiat Divino, si hablas, si giras en Él, nos pones en fiesta, porque sentimos que es una que nos pertenece, sentimos que es nuestra hija que habla, que gira, que trabaja en el campo de nuestro Querer, y a los hijos se les dejan las puertas abiertas, ninguna habitación se cierra para ellos, porque lo que es del Padre es de los hijos, y en los hijos se pone la esperanza de una larga generación del Padre, así Yo he puesto en ti la esperanza de la larga generación de los hijos de mi Eterno Fiat”...