Vol. 19-51 (2) Agosto 27, 1926

Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


“...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.





Conocimiento Divino

AUDIO


De los Escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 25-30 (3-4) Marzo 13, 1929

“Cada vez que Yo vengo a ti,…”


Después de esto me sentía privada de mi sumo bien Jesús, y sentía tal dolor que no sé explicarlo. Por eso, después de mucho esperar, mi amada vida ha regresado y yo le he dicho: “Dime amado mío, Jesús, ¿por qué la pena de tu privación es siempre nueva? En cuanto Tú te escondes siento surgir en mi alma una pena nueva, una muerte más cruel, más desgarradora, más que aquellas sentidas otras veces cuando Tú te eclipsas de mí.” 

Y mi siempre amable Jesús me ha dicho:   “Hija mía, tú debes saber que cada vez que Yo vengo a ti, Yo te comunico un acto nuevo de mi Divinidad, ahora te comunico un nuevo conocimiento de mi Divina Voluntad, ahora una nueva Belleza mía, ahora una nueva Santidad mía, y así de todas nuestras divinas cualidades; este acto nuevo que te comunico lleva consigo esta virtud, que cuando quedas privada de Mí, este conocimiento mayor pone en el alma un nuevo dolor, porque por cuanto más se conoce un bien, más se ama; el nuevo amor lleva el nuevo dolor cuando tú quedas privada. 

He aquí el por qué cuando quedas privada de Mí sientes que un nuevo dolor invade tu alma, pero este nuevo dolor te prepara a recibir, y se forma en ti el vacío donde poner los nuevos conocimientos de la Divina Voluntad.

El dolor, la nueva muerte desgarradora que tú sufres por mi privación, es el nuevo reclamo que con voz arcana, misteriosa y raptora me llama, y Yo vengo, y por compensación te manifiesto una nueva verdad que te lleva la nueva vida de tu Jesús. Mucho más que los conocimientos sobre mi Fiat Divino son Vidas Divinas que salen del seno de nuestra Divinidad, y por eso el dolor divino que tú sufres por mi privación tiene virtud de llamar del Cielo a estas Vidas Divinas de los conocimientos de mi Querer a develarse a ti, para hacerlas reinar sobre la faz de la tierra.

¡Oh! si tú supieras qué valor contiene, qué bien puede producir un solo conocimiento sobre mi Divina Voluntad, lo tendrías como la más preciosa reliquia, y la custodiarías más que Sacramento. Por eso déjame hacer y abandónate en mis brazos, esperando que tu Jesús te lleve las Vidas Divinas de los conocimientos de mi Fiat.”

Fiat Divina Voluntad