“Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lc: 1, 31)


De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta vol. 16-4 (2,3) julio 18, 1923

Sobre la Concepción del Verbo Eterno

“Hija querida mía, si la Concepción de mi Celestial Mamá fue prodigiosa y fue concebida en el mar que salió de las Tres Divinas Personas, mi Concepción no fue en el mar que salió de Nosotros, sino en el gran mar que residía en Nosotros, nuestra misma Divinidad que descendía en el seno virginal de esta Virgen, y quedé concebido. Es verdad que se dice que el Verbo quedó concebido, pero mi Padre Celestial y el Espíritu Santo eran inseparables de Mí; es verdad que Yo tuve la parte actuante, pero Ellos la tuvieron concurrente.

Imagínate dos reflectores, que uno refleje en el otro el mismo sujeto, estos sujetos son tres, el de en medio toma la parte obrante, sufriente, suplicante, los otros dos están junto, concurren y son espectadores, así que podría decir que uno de los dos reflectores era la Trinidad Sacrosanta, el otro mi querida Mamá. Ella, en el breve curso de su vida, con vivir siempre en mi Querer me preparó en su

virginal seno el pequeño terreno divino donde Yo, Verbo Eterno, debía vestirme de humana carne, porque jamás habría descendido dentro de un terreno humano, y la Trinidad reflejando en Ella quedó concebida. Entonces, aquella misma Trinidad, mientras quedaba en el Cielo, quedaba concebida en el seno de esta noble Reina.

Todas las otras cosas, por cuán grandes, nobles, sublimes, prodigiosas, aun la misma Concepción de la Virgen Reina, todas quedan atrás, no hay cosa que pueda equipararse, ni amor, ni grandeza, ni potencia a mi Concepción; aquí no se trata de formar una vida, sino de encerrar la Vida que da vida a todos; no se

trata de ensancharme, sino de restringirme para poderme concebir, no para recibir sino para dar; Quien ha creado todo encerrarse en una creada y pequeñísima Humanidad. Éstas son obras sólo de un Dios, y de un Dios que ama y que a cualquier costo quiere atar con su Amor a la criatura para hacerse amar…”

Ir al Indice: La Anunciación para continuar leyendo las enseñanzas sobre la Anunciación.