INGREDIENTES: 4 personas DIFICULTAD: Fácil PREPARACIÓN: 15 min COCCIÓN: 10 min
-250 gr de champiñones (en mi caso, portobello)
-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
-100 gr de queso roquefort (o gorgonzola, cabrales, azul...)
-50 gr de queso Edam (o algún otro queso graso)
-50 gr de queso manchego semi curado
-300 ml de leche (o agua)
-300 ml de agua
-250 gr de polenta precocida
-30 gr de margarina vegetal
-sal y pimienta negra recién molida
-perejil o cebollino
1. Lavar rápidamente los champiñones en un hilo de agua, secar y laminar con el pie incluido.
2. Poner las tres cucharadas de aceite en una sartén amplia y poner las láminas de champiñones con un poco de sal y saltear (sobre siete minutos). Reservar.
3. Mientras se hacen los champiñones, trocear en cubitos el queso roquefort y el Edam. Rallar el manchego. Reservar.
4. Poner a en un cazo los 300 ml de leche y los 300 ml de agua (o 600 ml de agua solamente).
5. Cuando empiece a hervir, añadir la polenta en forma de lluvia e ir removiendo con una cuchara sin parar durante 1 minuto aprox. o hasta que el caldo quede completamente consumido (en mi paquete de polenta, ponía que un minuto era suficiente, de todas formas, consultar vuestro envase por si pone un tiempo distinto de cocción).
6. Retirar del fuego, añadir la margarina y los quesos. Remover bien hasta que estén bien integrados y fundidos.
7. Repartir la polenta en cuatro cuencos y repartir por encima los champiñones y adornar con cebollino o perejil picado si se desea. Yo también le he puesto unas lascas de queso curado por encima.
NOTA: si os sobra esta preparación de polenta, la podéis calentar en el microondas con los champiñones incluidos. Al día siguiente seguirá muy rica.