Responsabilidad y bioética

En su ensayo ‘La pregunta por la técnica’, de 1952, Heidegger critica la neutralidad del científico como inadmisible: esa neutralidad es como entregarse a la técnica, rendir pleitesía sin crítica, lo que nos vuelve completamente ciegos a la esencia de la técnica como manifestación ontológica. La primera gran revolución técnica del XX es sin duda la tecnología nuclear, de la que nos ocupamos en la sección anterior. En esta reacción se pueden apreciar, como vimos, tres fases en las que los filósofos incluyen responsabilidad no ya con los políticos, sino con la humanidad entera, específicamente con la opinión pública, como vimos con Max Bohr. Jonas responde con una ética para la civilización tecnológica para atender a estas inquietudes. Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX ha sucedido con la biología algo especular a lo que sucedió en la primera mitad con la física: ahora las preguntas atañen a la vida, a la salud, a las claves últimas de la vida. Nace así la bioética.

La exigencia de una responsabilidad en este aspecto no ha hecho más que aumentar a lo largo del XX y de lo que llevamos del XXI. Los avances en medicina, genética, etc. requieren un trabajo filosófico sobre la responsabilidad en estas áreas. Veamos en qué ha consistido esta revolución biológica:

 En 1865 Mendel descubre las leyes de transmisión de caracteres fenotípicos a partir de lo que denomina genes.

 A comienzos del XX se redescubren estas leyes (Hugo de Vries, holandés). Comienza la genética como disciplina científica. La palabra genética se introduce en 1905, y gen, genotipo y fenotipo entre 1905-1909 por Johansen. Es la etapa de la genética clásica, que dura hasta 1945.

 En 1948 tres investigadores se dan cuenta de que cepas virulentas del Streptococus neumoniae se vuelven no virulentas cuando se ponen en contacto con ADN de cepas no virulentas; y sin cambiar cuando se ponen en contacto con estructuras meramente proteicas. El conocido como ‘The Avery–MacLeod–McCarty experiment’ dio pie a pensar que la información genética está en sustancias no proteicas del núcleo, que denominan genéricamente nucleína.

 En 1953 Watson y Crick desentrañan la estructura de los genes como moléculas de ADN. Nace la genética molecular.

 En 1956 Crick establece el dogma fundamental de la biología molecular: ilustra los mecanismos de transmisión y expresión de la herencia genética tras el descubrimiento de la codificación de ésta en la doble hélice del ADN. Esto nos propone que existe una unidireccionalidad en la expresión de la información contenida en los genes de una célula, es decir, que el ADN se transcribe como ARN mensajero y que éste se traduce como proteína, elemento que finalmente realiza la acción celular. El dogma también postula que sólo el ADN puede duplicarse y, por lo tanto, reproducirse y transmitir la información genética a la descendencia. Francis Crick expresó el dogma central por primera vez en 1958, y se replanteó en un artículo de Nature publicado en 1970.

 En 1957 se aclara el código genético; el conjunto de reglas que define cómo se traduce una secuencia de nucleótidos en el ARN a una secuencia de aminoácidos en una proteína. El código define la relación entre cada secuencia de tres nucleótidos, llamada codón, y cada aminoácido.

 En 1956 dos biólogos moleculares franceses, descubren el operón. El primer operón descrito fue el operón de la lactosa en Escherichia coli por F. Jacob, D. Perrin, C. Sánchez y J. Monod. Un operón se define como una unidad genética funcional formada por un grupo o complejo de genes capaces de ejercer una regulación de su propia expresión por medio de los sustratos con los que interactúan las proteínas codificadas por sus genes. Este complejo está formado por genes estructurales que codifican para la síntesis de proteínas (generalmente enzimas), que participan en vías metabólicas cuya expresión generalmente está regulada por otros 3 factores de control, llamados: factores promotores, operadores y reguladores.

 En los años 60 y 70 Se descubren las enzimas de restricción (o endonucleasa de restricción) que pueden reconocer una secuencia característica de nucleótidos dentro de una molécula de ADN y cortar el ADN en ese punto en concreto, llamado sitio o diana de restricción, o en un sitio no muy lejano a este. Los sitios de restricción cuentan con entre cuatro y seis pares de bases, con las que son reconocidos. Se descubren tijeras y pegamentos en las secuencias de ADN, para insertar nuevas unidades genéticas: nace la ingeniería genética. Esto supone algo similar a lo que supuso el descubrimiento de la fisión nuclear: se abre un mundo nuevo lleno de poder y de nuevos problemas. Hasta el punto en que los biólogos moleculares decidieron hacer una moratoria en sus avances en la Conferencia de Asilomar (1975)

 A final de los años 70 la manipulación genética se reduce a la de microorganismos, debido a dicha moratoria.

 En los años 80 aparecen los primeros animales transgénicos. Salen al mercado los alimentos transgénicos.

 En 1986 James Watson comienza el proyecto genoma humano, que se acabaría años después de modo satisfactorio.

 En los años 90, French Anderson realiza la primera utilización en humanos de la técnica del ADN recombinante para paliar determinadas enfermedades genéticas. Nace el concepto de terapia génica. Actualmente son cientos las enfermedades que pueden paliarse mediante las técnicas del ADN recombinante, utilizando virus como vectores.

 En 1997 se clona a la oveja Dolly. Se demuestra así que la clonación de mamíferos es un hecho. Ante todos estos adelantos caben dos reacciones: la maravilla de ver los avances médicos y las promesas que comporta por un lado; y el miedo de entender la potencia de mal que tienen todas estas técnicas, por otro. Y entre ambas, una tercera, equilibrada, que se pregunta por cómo legislar, controlar y manejar todo esto. Esta vía ponderada, racional y responsable, es la que ha representado un movimiento que se inicia en los años setenta del siglo XX: la bioética.

Van Rensselaer Potter II (27 de agosto de 1911- 6 de septiembre de 2001) fue un bioquímico estadounidense, profesor de oncología en el Laboratorio McArdle de Investigaciones sobre Cáncer de la Universidad de Wisconsin-Madison por más de 50 años. Fue el primer autor que, en los Estados Unidos, utilizó el vocablo bioética. Otro biólogo evolucionista, Conrad Hal Waddington, continuó con esta línea de pensamiento, afirmando que la ética que debemos hacer hoy debe estar adecuada a lo que conocemos en cada momento. Con ello se refiere a que en su desarrollo evolutivo, el ser humano se ha hecho a la vez un animal y un ser ético; y ambas facetas forman parte de su desarrollo evolutivo; no se puede anular ninguna de ambas sin mutilan al hombre.

Waddington denuncia el estoicismo como el movimiento obsesionado en anular los sentimientos humanos, como dimensiones que es necesario acallar para llevar una vida auténticamente moral. Para Waddington en las éticas modernas el ejemplo paradigmático de estas éticas que critica sería la ética kantiana, a la que considera patológica. Intentar hacer una ética sin tener en cuenta que el ser humano es un animal, incardinado en la evolución biológica, es un error garrafal; no es correcto hacer una ética desencarnada de este modo.

La ética no puede estar contra la vida, no puede ir contra la biología; es absurdo, por más que se haya intentado una y otra vez. Por eso propone un criterio para juzgar los sistemas morales: que denomina biological wisdom (sabiduría biológica). Un sistema que vaya contra las leyes de la evolución no puede ser correcto. Waddington está muy cerca de la falacia naturalista, como es sencillo de ver; y lo sabe. Pero explica que intenta por todos los medios no reducir los juicios morales a juicios biológicos, cayendo entonces en la citada falacia; simplemente pretende que los juicios éticos no sean independientes de los biológicos, sino que estos últimos sean muy tenidos en cuenta.

La palabra prudencia en inglés es peligrosa, pues hay dos tipos de prudencia: en un sentido negativo, es la sabiduría de la carne, la del que siempre intenta nadar y cuidar la ropa, el sujeto del que uno no se puede fiar; y en sentido positivo tiene el sentido de cuidadoso, responsable. En Waddington practical wisdom significa esa sabiduría práctica que da la vida humana, y toda la vida en general; es una especie de phrónesis, de prudencia en el sentido positivo. Esto es lo que Potter dice que le llevó a crear el término bioética: dado el terrible crecimiento de las ciencias biológicas, es imposible hacer una ética hoy en día sin tenerlas en cuenta.

Recapitulación.

El término responsabilidad es el que mejor define toda la ética del siglo XX, y el más adecuado para agrupar todas sus manifestaciones. Y todo ello a pesar de las conmociones de los terribles sucesos habidos a lo largo del siglo. Probablemente por no haber sido un siglo responsable, esta gran laguna es la que ha servido de suelo fértil para las reflexiones éticas de un mundo tan complejo como el nuestro, recién heredado del citado siglo XX. La responsabilidad se convierte en una virtud indispensable. La gran tarea pendiente, aquella en la que todos hemos de comprometernos es la del ejercicio responsable de la propia vida y al de la educación responsable de nosotros y de nuestros hijos.