Más allá de Occidente y Oriente

DOS CONCEPTOS: ORIENTE Y OCCIDENTE

Preguntarse qué es ORIENTE y qué es OCCIDENTE no tiene fácil respuesta. No es difícil hallar en el seno de la comunidad de estudiosos, académicos, investigadores, especialistas e incluso en el ámbito popular voces que proclaman la existencia de Oriente y Occidente como dos bloques cerrados2 y antagónicos. Para Rudyard Kipling:

«El Oriente es el Oriente y el Occidente el Occidente y nunca se encontrarán»

Por su parte, el controvertido orientalista francés René Guénon afirma:

«En principio, que existe una civilización occidental, común a Europa y América, es un hecho sobre el que todo el mundo tiene que estar de acuerdo. Para el Oriente, las cosas son simples, porque efectivamente existe, no una, sino varias civilizaciones orientales; pero basta con que ellas posean ciertos rasgos comunes –los que caracterizan lo que hemos llamado una civilización tradicional– y que estos mismos rasgos no se encuentren en la civilización occidental, para que la distinción e incluso la oposición de Oriente y Occidente esté plenamente justificada»

Para otros autores, la división Oriente-Occidente es inexistente. Al referirse al pensamiento occidental y al hindú, Giuseppe Tucci afirma:

«Son como dos caminos paralelos. Condicionadas en su nacimiento y desarrollo por el mismo misterio que el hombre descubre a su alrededor, y estimuladas por el ansia de aclararlo, aquellas corrientes se encuentran con mucha frecuencia, porque son idénticos los problemas que surgen ante nuestra mente, sea cual fuere el cielo bajo el que se viva, e idénticos los medios de que aquélla dispone para resolverlos»

Por su parte, F. Tomlin señala:

«Estos elementos comunes en el pensamiento oriental y occidental deberían confirmar la creencia, tan frecuentemente negada, de que el espíritu humano es en todas partes uno e idéntico, o al menos, que opera del mismo modo. Evitemos, por tanto, las distinciones exageradas»

Para Helmuth von Glasenapp:

«Se puede señalar todo tipo de concordancias en la literatura filosófica de todos los pueblos y épocas, ya que la mente humana en todas partes produce ideas similares»

¿DOS ALMAS DIFERENTES Y ANTAGÓNICAS?

Algunos estudiosos consideran que entre ambos mundos se abre un abismo. El alma oriental tiene la penumbra del sueño, la quietud de la noche, la majestad del Himalaya.

En palabras de Dolores Riesco:

El alma de Occidente es clara y diáfana como el día. Aquella tiene el sentido del misterio, ésta el sentido de la luz. Aquella tiene el sentido de la Nada, ésta el sentido del Ser. Aquella aspira a la muerte, ésta a la vida. Aquella al aniquilamiento, ésta a la supervivencia. Aquella aspira a la nada misteriosa del Nirvana, ésta aspira a seguir siendo y siente un supremo horror al aniquilamiento y a la nada. Son, pues, dos almas entre las cuales ábrese un abismo metafísico»

Bede Griffiths señala otras diferencias culturales:

«En Occidente domina hoy el aspecto masculino, el poder racional, activo y agresivo del espíritu; mientras que en Oriente domina el aspecto femenino, que es el poder intuitivo, pasivo, sensible de la mente. El futuro del mundo depende del “matrimonio” de estos dos espíritus [...] el impacto de Occidente sobre el Oriente reviste las características de una agresión violenta, sea por el poder armado en el pasado o por la agresión mucho más sutil de la ciencia y de la tecnología que explotan al hombre y a la naturaleza en el presente»

El culto occidental a la ciencia y a la objetividad, el positivismo, separar a Occidente de Oriente. No obstante, no creemos que a pesar de las opiniones expuestas que, en el momento actual, se pueda hablar de dos mundos aparte –Oriente y Occidente–, sino dos énfasis, dos orientaciones, de las que la una o la otra es más acusada.en este sentido se expresa Rabindranath Tagore:

«Las civilizaciones que se desarrollaron en la India o la China, Persia o Judea, Grecia o Roma, son semejantes a otros tantos picachos de montañas, de altitud diferente y flora y fauna diversas, pero pertenecientes, no obstante, a una misma cordillera. No existe entre ellos ninguna barrera que en absoluto los incomunique; idéntica es su base y unos y otros afectan a la meteorología que a todos es común»

Y en palabras de F.S.C. Northrop:

«Aunque las dos grandes civilizaciones se diferencian en muchos aspectos fundamentales, no por ello dejan de constituir un solo mundo: el mundo de una sola civilización que adopta como criterio del bien una filosofía positivista y teóricamente científica, la cual concibe todas las cosas, lo mismo el hombre que la naturaleza, como integradas por el componente estético en el que Oriente es maestro y por el componente teorético en cuyo estudio Occidente ha puesto de manifiesto su genio»

LA BÚSQUEDA DEL DIÁLOGO.

Los cambios culturales del XX nos habilitan para afirmar que hablar de Oriente y Occidente como si se tratara de dos mundos enfrentados, opuestos o como los máximos exponentes de diferencias insuperables es, visto desde cualquier ángulo, inapropiado, perjudicial y políticamente incorrecto. Quizá resulte más provechoso y más próximo a la «realidad» hablar de signos dominantes, disposiciones, preferencias, estilos, tendencias, diversidad o apariencias de oposición.no debemos olvidar que las pretensiones universalistas de Occidente le hacen entrar cada vez más en conflicto con otras civilizaciones, de forma más grave con el Islam y China [...]. Evitar una guerra mundial entre civilizaciones depende de que los líderes mundiales acepten la naturaleza de la política global, con raíces en múltiples civilizaciones, y cooperen para su mantenimiento.

Algo así opina Anaragika Govinda cuando afirma:

«Sólo quien, si bien reconociendo y entendiendo plenamente su herencia occidental, penetra y absorbe la herencia de Oriente, podrá obtener los valores supremos de ambos mundos y hacerles justicia. Oriente y Occidente son las dos mitades de nuestra consciencia humana, comparables a los dos polos de un imán, que se condicionan y corresponden mutuamente y no pueden separarse. Sólo si el hombre comprende este hecho llegará a ser un ser humano completo»

Gustave Flauvert también piensa que ambos mundos acabarån fundiéndose:

«Europa será regenerada por Asia. La ley histórica es que la civilización vaya de Oriente a Occidente (papel de la China); las dos humanidades acabarán fundiéndose»

En palabras de Raimon Panikkar, ya está de algún modo fundidos en cada. Uno de nosotros:

«En todo hombre y en toda sociedad hay un oriente, un origen, una luz matutina y un occidente, un crepúsculo, una luz vespertina»

El diálogo constructivo entre Occidente y Oriente se ha convertido en una necesidad urgente, indispensable, imperiosa. Oriente forma parte del concierto de las grandes potencias con su ideología, sus tradiciones, sus culturas. Pero no se trata de naciones jóvenes en el sentido sociológico del término, sino de antiguas civilizaciones que se han transformado y adaptado al mundo moderno creado por Occidente. Sus relaciones con éste serán, naturalmente, de orden político y económico; pero queremos insistir, una vez más, en el hecho de que los contactos culturales entre las élites de Oriente y Occidente no deben ser olvidados si se quiere que esta apertura –que posiblemente sea la última– resulte armoniosa, fraternal y humana.

Hay múltiples campos de posible entendimiento: la verdad, la belleza, lo sagrado... El fracaso tendría consecuencias sobrecogedoras. Lo que sí es evidente es que el diálogo es cada día más difícil. La intolerancia, la amenaza, la violencia, el terrorismo y la guerra se imponen cada día más. Allí donde las civilizaciones de Oriente y Occidente llegan a rozarse se produce una tensión que genera debate acalorado o una violencia desmedida. Según Bede Griffiths:

«La mente occidental ha dividido el mundo en dos mitades, el consciente y el incons- ciente, el espíritu y la materia, el alma y el cuerpo, y la filosofía occidental oscila entre los dos extremos de materialismo e idealismo. Ello se debe a una enfermedad de la mente, a una esquizofrenia, que se ha desarrollado en el hombre occidental desde el Renacimiento, en que se pierde la visión unitaria de la Edad Media. La visión medieval es en otros aspectos inadecuada, y el hombre occidental tiene que recuperar su equilibrio volviendo a descubrir la visión del mundo antiguo, la filosofía perenne, que se encuentra plenamente desarrollada en el budismo vedanta y mahayana, pero que está implícito en toda religión antigua»

Ya es hora de empezar a crear fórmulas de entendimiento y convivencia entre las distintas ideologías de Oriente y Occidente. Necesitamos un nuevo tipo de actitud y de erudición, un esfuerzo para abrir nuestro intelecto, imaginación e intuición para aceptar percepciones, sensibilidades, creencias, discursos y valores distintos a los nuestros y hacer que la investigación plantee los problemas del mundo como un todo, contemplando los factores provinciales locales en su conexión recíproca y en su interacción con la totalidad.