4. Corrientes y orientaciones filosófico-religiosas

Dentro del hinduismo existen dos tendencias básicas, centradas en dos de los dioses de la Trimurti: Shiva y Visnú, así como una corriente más impersonalista derivada del vedanta y otra centrada en el concepto de Shakti, energía divina encarnada en las consortes de los dioses mencionados. Hay por lo tanto tres grupos principales del hinduismo actual que son los vaisnavas, los shaivas y los shaktas, a los que se añaden los nuevos hinduistas, que engloban tanto a los neovedantas, que son una élite minoritaria pero influyente en la India, como a los seguidores indios y occidentales de diversas vías espirituales y diversos gurús (maestros espirituales).

Los vaisnavas se centran en Vishnú, los shaivas en Shiva, divinidad que se caracteriza por amparar a los renunciantes, que optan por buscar la liberación abandonando la vida común y optando por la ascesis. Los shaktas son los seguidores de la fuerza divina femenina (Shakti) que se personifica en las diversas manifestaciones de Deví (la Diosa). Los neovedantas son estrictos monoteístas, estiman que el Absoluto (el Brahmán u otros nombres que lo puedan denominar) lo contiene todo y no sería una divinidad personal ni asimilable a una forma específica (aunque algunos de sus fieles lo puedan entender como dios personal).

Vishnuismo

El visnuismo, o vaishnavismo se contrapone a los otros dos credos principales del hinduismo: el shivaísmo (que adora al dios Śivá) y el śaktismo (que adora a la diosa Kali). También se opone a la doctrina advaita vedanta (los jñanis, que estudian al Brahman impersonal). Dado que Krishna es avatar de Visnú, existe una variante del visnuismo que se centra en Krishna. El término vaishnava como ‘adorador de Visnú’ se utiliza sólo en el sur de la India. En el resto del país (y en el resto del mundo), el término pasó a significar ‘devoto de Krishna’ (De hecho, debería utilizarse el término “krishnaísta”).

Visnú desplaza en importancia a Brahma, y se manifiesta a través de sus diez avatares en divinidades prácticamente independientes, sobre todo Râma y Krishna. Shiva por el contrario no se desdobla en personalidades diferentes, y permanece personificando la energía del universo. Los primeros textos que mencionan a Visnú son el Vaishnava-purâna, el Bhagavata-purâna y el Bhagavad Gîtâ. Como religión popular aparece ya en el sigo VI a. C. bajo dos formas principales:

El Bhagavata. Centrado en los textos Bhagavata-purâna y el Bhagavad Gîtâ, lo conciben como Bhagavan (Señor).

El Pâñcharâtra. Etimológicamente significa "las cinco noches" en la alusión a las cinco noches en las que Visnú crea el mundo ofreciéndose a sí mismo en sacrificio. Se trata de una colección de textos teológicos que se considera a sí mismo heredero de los Vedas, aunque se enfrentó a la ortodoxia de los Brahmanes. Todos los dioses son considerados como manifestaciones particulares de Visnú.

Krishna, principal avatar de Visnú.

De todas las avataras de Visnú, Krishna es la principal, hasta el punto de ser considerada habitualmente como una deidad independiente.

Krishna pertenecía a la familia real de Mathura. Como su tío el rey Kamsa fue avisado por el sabio Nárada Muni de que moriría en manos de un hijo de su hermana la princesa Devaki con su esposo Vasudeva (un noble de la corte), Kamsa la encarceló y uno por uno fue matando a todos los hijos que nacieron de ella. Krishna fue el octavo hijo —ahora existe un templo (Krishna-janma-bhumi) donde los hindúes creen que estaba la celda del rey Kamsa—, pero su padre lo sacó milagrosamente de la celda y lo llevó hasta Vrindavan (a 10 km), donde lo reemplazó subrepticiamente durante el sueño por un bebé de sexo femenino que acababa de alumbrar una mujer del pueblo, Yashodá. Regresó a la celda donde la niña recién nacida fue asesinada (como los siete bebés anteriores). Dos de sus vástagos también sobrevivieron: Balarama (hermano mayor de Krishna) y Subhadra. Al cumplir 16 años de edad, Krishna fue a Mathurā invitado por su tío a una contienda circense, donde mató a todos los gladiadores que su tiránico tío había puesto contra él y luego mató a éste a puñetazos. Se convirtió así en el rey de los Yādavas (descendientes del rey Yadu) en Mathura. En este período hizo amistad con su primo Arjuna y los demás príncipes Pāndavas del reino de Kuru, al otro lado del río Yamuna. Varias décadas más tarde, se llevó a sus súbditos a Dwaraka (en la actual Gujarat). Se casó con Rukmini, hija del rey Bhishmaka de Vidarbha. En el Mahabhárata, Krishna es primo de los líderes de ambos grupos contendientes: los Pándavas y los Kurus. Finalmente se pone en el bando de los Pándavas (donde estaba su mejor amigo, Arjuna). A pesar de ser Dios, accede a ser el auriga (cochero) de la cuadriga de Arjuna en la gran batalla. El Bhagavad Gita es el consejo dado a Arjuna (que no quería pelear contra sus propios primos) por Krishna antes del comienzo de la primera batalla (la guerra duró 18 días). Krishna reinó a los Yádavas en Dwáraka con sus 16.108 esposas (que incluían a Rukmini y Satyábhama). Al final, toda la familia de los Yadus se mataron entre ellos, y Krishna fue matado accidentalmente por un cazador (que lo confundió con un venado). Su muerte marcó el final de la era Dwápara yuga y el comienzo de Kali yuga. Un cálculo hindú pone el año de su muerte en el 3102 a. e. c.

Hay seguramente un componente histórico en la figura de Krishna, relacionada con los yâdavas del occidente indio. Aliados de los Pandavas, siendo un reformador y propagandista de la religión de los bhagavatas. Tras su muerte, sería divinizado y considerado una reencarnación de Vâsudeva. Desde el punto de vista mitológico, su origen parece ser el dios con el epíteto de Gopâla, (el vaquero), siendo adscrito posteriormente a un avatar de Visnú (el séptimo), y de ahí, a deidad independiente. Finalmente en el poema Jayadeva, o Gîta Govinda (Canto a Govinda, S. XII) se describe la relación entre el dios pastor adolescente Krishna y las gopís (cuidadoras de vacas) púberes en Vrindavan, y en particular una gopí llamada Radha. Esta obra tuvo una gran importancia en el desarrollo de las tradiciones bhakti (devoción) del hinduismo. El Guitá-govinda está organizado en 12 capítulos. Cada capítulo está subdividido en 24 prabandha. Estos a su vez contienen estrofas organizadas en grupos de ocho, llamadas ashta padis.

Los alvar

Los Alvar fueron doce santos vaisnavas que —durante el periodo medieval de la historia de Tamil (entre los siglos VII a X)— revivieron el hinduismo devocional a través de sus alabanzas y culto a Vishnú y sus avatares. Entre ellos se incluye una mujer (Andal). La colección de sus himnos se conoce como Divya prabandha, que fue recopilado por el bráhmana Nathamuni. El nieto de éste, el famoso maestro Iamuna Achariá (siglo X-XI) escribió un comentario sobre el Prabhanda. La literatura bhakti que difundieron estos Alvar contribuyó al establecimiento y desarrollo de una cultura que rompió para siempre con la religión védica (orientada a los rituales) y se enraizó en la devoción como el único medio para la salvación. Además contribuyeron a hacer que la vida religiosa tamil fuera independiente del conocimiento del idioma sánscrito.

Ramanuja frente al impersonalista Shankara

La expansión del vishnuismo propició una intensa labor filosófica dede el brahmanismo, siendo Ramanuja (1017-1137), discípulo de Yamunâchârya el primero de ellos y uno de los primeros maestros del movimiento bhakti o devocional. Desarrolló una visión teísta del Vedanta enfrentada a la visión más abstracta de Shankara, como hemos visto aquí. Contra la tesis shankariana del alma, Ramanuja afirma lo siguiente:

El alma individual no es pura y absoluta conciencia descubierta en el fondo de la efímera e ilusoria apariencia, sino que es ella misma el cognoscente, el sujeto. A diferencia de Dios omnipresente, el alma es atómica y capaz de convertirse en sujeto cuando, a causa de la ignorancia de la propia naturaleza, no logra desvincularse y separarse de la naturaleza no inteligente. Entre Dios y el alma no existe identidad absoluta, sino identidad calificada, como entre dos formas diversas de la misma sustancia.

La bhakti de Ramajuna es la entrega total de sí mismo al Dios, se trata de un sometimiento total, ofrenda de sí mismo por amor y devoción a la divinidad. En el siglo XIII la secta sufrió una escisión en dos:

1. La del norte (vatakalai), sus seguidores sentaban sus bases en la literatura sánscrita y pensaban que la liberación se conseguía a través de la tradición Bhakti-yoga

2. La del sur (tenkalai); los tenkalai siguieron la línea de las escrituras tamiles y consideraban que la salvación se obtenía por la gracia divina. Ambas corrientes tuvieron una fuerte difusión entre las castas más bajas de la sociedad india.

El Vedânta dvaita de Mâdhva

Dentro de la devoción a Visnú, exsite la versión dvaita del vedanta representada por Mâdhva. El Vedanta dvaita (también conocido es una escuela de Vedanta fundada por Shri Madhvacharya que acentúa una distinción estricta entre dios -el alma suprema- (paramatma) y las almas individuales de los seres (jiva-atma). De acuerdo a Madhvacharya, las almas individuales no son creadas por dios, pero, sin embargo, dependen de éste para su existencia. Su doctrina se llama tattuavāda (‘doctrina acerca de la verdad’), conocida popularmente como duaita o dualismo del hinduismo, que se opone a la advaita (‘no dualidad’) del gran vedantista Shankāra. Es una de las tres doctrinas vedantistas más influyentes. Los miembros de su grupo (el madhva-mata o ‘doctrina de Madhva’) se hacen llamar Mádhvas. Madhva fue uno de los pensadores más importantes del movimiento bhakti en la India. Fue pionero en varios aspectos, al ir en contra de los estándares, convenciones y normas, en la rígida sociedad castista hindú.

Otros pensadores vaisnavas

Nimbârka (s. XII): La conciliación imposible de dualismo y monismo:

Era un brahmán del Telugu (zona oriental de la península indostánica) . Intentó conciliar el dualisto con el monismo mediante la doctrina denominada Dvaitâvaita-mata, doctrina de la dualidad y de la no dualidad. El monismo surge de la identificación de todas las almas con Dios, y el dualismo al conprobar la eterna diferencia entre las almas singulares y la esencia divina. En palabras de von Glasenapp:

Mientras Ramanuja subordinaba la pluralidad a la unidad, Nimbârka, al considerar que la unidad está calificada por ambas, trataba de coordinarlas. Dios se comporta frente a las otras substancias como el océano frente a sus olas, o como el sol frente a sus rayops: cada ola no es ciertamente diferente del mar, y cada ola tiene en el mar el fundamento de su existencia, pero por otro lado no es idéntica con él, ya que si así lo fuera, no podría distinguirse ni del océano ni de otras olas. Dios sobresale, en cuanto ser supremo que todo lo abarca, muy por encima de todos los limitados seres terrestres, que dependen en su existencia completamente de él.

Vallabha (1479-1531):la no-dualidad pura

Vallabha era otro brahman telugu. Es famoso por haber escrito diecisiete obras, varios comentarios acerca del Bhágavata-purana (que describe muchos lila (divertimentos) del avatar Krisná), del Vedanta-sutra, del Mimansa-sutra, del Bhagavad-guitá y de varias Upanishad, y dieciséis stotras (poemas filosóficos). Enseñó una visión no ascética de la religión, y criticaba la automortificación (típica de los visnuistas y otros seguidores del hinduismo), a la que consideraba una deshonra al cuerpo, el cual —según él— contenía una parte de Dios. A los seguidores de su doctrina (denominada Suddhâdvaitavadâ, no-dualidad pura) se los considera los epicúreos de la India, debido a su doctrina en contra del sufrimiento.

Chaitania (1485-1533)

Se trata de un erudito visnuista considerado una reencarnación de Krishna. Su doctrina es idéntica a la de Nimbârka.

Râmânanda (s. VIII)

Quizás el más célebre divulgador del visnuismo, adorador de Râma como avatar suyo. Ramananda con su orden abrió la posibilidad de establecer una comunicación interreligiosa en la India del siglo XV.

Shivaismo

El culto a Shiva se puede reconstruir desde los himnos iniciales védicos, en los que se encuentra a Rudra como personificación de fuerzas naturales. En estos himnos antiguos vive en la naturaleza, lleva el cabello trenzado y viste con un cuero. Las Upanishads afirman que para la salvación es necesaria su gracia, pero imágenes que encontramos en Mohenjo Dâro evocan ya a Shiva. La imagen de Shiva es muy intrincada. Se le adscribieron enseguida cualidades muy positivas, derivando las negativas a su consorte Parvati. Además de destructor, aparece como regenerador, y su símbolo por excelencia es el lingam fálico. Tres tipos de textos recogen las enseñanzas del shivaísmo: los Purânas, los Tantras y los Âgamas. Hay (o hubo) diversas manifestaciones del shivaísmo:

1. Los pâshupatas (adoradores de Pashupati ,‘señor de las bestias’. Es una encarnación del dios hinduista Shiva​ venerada en todo el mundo hinduista, pero especialmente en Nepal, donde se lo considera ―de manera no oficial― como una deidad nacional). En su sistema, el proceso de liberación se establece mediante sacrificios y rituales específicos, prácticas yóguicas y ceremonias especiales.

2. El shaiva-siddhânta. Habla de tres categorías de lo real, identificadas con tres puntos cardinales: Dios, el alma y lo no espiritual. Shiva representa la unificación de todo ello, en una comunión que podría denominarse Shivadvaita. La meta soteriológica del adepto es la liberación del samsara, como viene siendo habitual.

3. El Pratyabijñana o reconocimiento. Es un monismo idealista. Shiva se despliega conforme a 36 principios, y se diferencia en el seno de un universo en constante evolución. La creencia ingenua en la realidad del mundo tal y como se nos aparece es fruto de mâyâ. El alma debe liberarse de ese velo y debe reconocerse como en realidad nunca ha dejado de ser, es decir: una con Shiva. Este sistema florece en Cachemira con Vasagupta en el siglo IX.

4. Los lingâyats. Son adoradores de Shiva bajo el signo del falo. Supone un frágil compromiso entre el teísmo shivaíta y el monismo vedantista, en el cual la shakti (energía o potencia) tiene una importancia crucial. Los lingâyats rechazan la doctrina del karma, la autoridad de los brahmanes, las prescripciones relativas a los ayunos, purificaciones, la cremación y el sistema de castas.

Las divinidades femeninas o Shaktas

Todas las dioses del panteón hindú son consideradas formas de Maha Devi, la Shákti o energía primordial promovida a rango de madre universal. En el vedismo tienen poca importancia, pues no tienen ningún protagonismo en el sacrificio. Las más relevantes son :

Ushas (la Aurora), diosa propicia, pero que informa del paso de los días.

Prithivî (la tierra). Asociada a Dyaus (el cielo).

Vâc (el habla), importante en la filosofía védica por el poder concedido a los mantras.

Nirrti (la destrucción), que posteriormente se traduce en diosa hindúes del tipo Kâlî.

No hay evidencia literaria de culto a diosas entre la redacción de los Vedas y los Puranas, pero poco a poco fue calando entre las clases más desfavorecidas un conjunto de divinidades femeninas locales, que fueron integradas en el seno del brahmanismo. La sanguinaria Kâlî aparece como un producto creado por la diosa Pârvatî para la destrucción de un monstruo femenino llamado Daraka. A partir de ahí, el crecimiento del culto a Kâlî fue imparable. La diosa se va incorporando al ámbito brahmánica en mil formas. Las diosas locales, probablemente anicónicas, representadas por meras piedras y palos, son revestidas de la majestad propia del panteón hindú. Los cultos en honor de Kâlî se encuentran ya en los tratados tántricos, y constituyen en centro de las tradiciones shivaiticas de Cachemira. Tampoco cabe duda de la realidad de los sacrificios humanos en honor a la diosa hace bastante tiempo.

Otra diosa es Châmundâ. Según la mitología, surgió de la cabeza de Durga. Se la representa con diez brazos, en los que lleva una espada, una lanza un arco y otros objetos.