INTRODUCCIÓN A LA LOGICA INFORMAL

La lógica informal (en adelante L.I.) es una rama de la lógica, integrada en la Teoría de la Argumentación, entendida como estudio analítico y normativo del lenguaje y del pensamiento discursivos. Da sus primeros pasos en los años sesenta del XX. Aparece al público en el Informal Lógica Newsletter de Canadá, que se hace cargo de lo que no puede ser presentado en el The Journal of Symbolic Logic.

La L.I. estudia aspectos normativos del pensamiento, y actualmente está en colaboran con la lógica formal. A pesar de su novedad, sus movimientos previos son vetustos, como el órganon aristotélico, los Tópicos y las Refutaciones sofísticas. Por su parte, en el XV ya Jean Gerson distinguía dos lógicas, estando la primera al servicio de la ciencia y de la matemática y la segunda al servicio de las ciencias morales, políticas y cívicas. Leibniz también estudió el tema, y uno de los tópicos más importantes de la lógica informal, el de las falacias, está siendo atendido desde antiguo.

El nombre específico de lógica informal no aparece hasta 1953 con Ryle. Sin embargo incluso hoy en día aparece como un oxímoron (¿cómo puede haber una lógica que no sea formal?). Tres motivos se han aducido para su actual importancia:

1. Movimientos críticos de carácter académico que buscan la aplicación de la lógica al discurso usual sobre el mundo actual (conflictos étnicos, guerras, política, etc)

2. Crítica filosófica de las pretensiones de la lógica formal como canon de la racionalidad discursiva. Críticas fundadas, por ejemplo, en la importancia de la pragmática o el estudio de las falacias.

3. Críticas que proceden de la psicología o estudios de comunicación.

Luego están las contribuciones teóricas cruciales, como las de Stephen E. Thoulmin o Charles Hamblin. Entre todos ellos han logrado configurar la L.I. como la rama de la lógica cuyo propósito consiste en proponer y desarrollar modelos, criterios o procedimientos no formales de análisis, interpretación, evaluación, crítica o construcción de argumentos en el discurso usual, común o especializado.

En cuanto al apelativo informal, conviene destacar que se opone a formal en cuanto a formalización estándar del razonamiento, a lo que Coffa ha dado en llamar chauvinismo deductivo. Según los críticos informales, el análisis estándar de la argumentación, además de sus sendos deductivista y formalista, el corolario de reducir los buenos argumentos a pruebas terminantes, textos nomológicos.

No se trata no obstante de una alternativa informal en el sentido de una desestructuración sistemática del análisis de la argumentación. Es más bien la propuesta de avanzar en terrenos no formalizados o no siquiera formalizables, en la medida en que una formalizado comportaría la deformación del argumento original o la alteración de su marco de discurso.

Otra forma de presentar la L.I. Frente a la L.F. consiste en atender a los respectivos focos de atención, alegando por ejemplo:

1. La L.F. sólo considera el argumento como producto textual, al margen del proceso y del propósito. La L.I. en cambio lo considera como acción, interacción en su marco pragmático.

2. La L.F. se desentiende del contexto pragmático e interactivo de la argumentación.

3. La L.F. se centra en la relación de consecuencia lógica y las relación es semánticas entre proposiciones,

Según lo anterior, debe quedar claro que para la L.I. los análisis de la L.F. son imprescindibles, aunque no suficientes.

Respecto a las contenidos de la L.I. tenemos:

1. La base pragmática de la argumentación (teoría de los actos del habla).

2. La identificación y construcción de argumentos en el discurso ordinario común.

3. La evaluación de argumentos en virtud de la acreditación de las premisas o la fuerza del nexo inferencial

4. La detección y el análisis de las falacias.

En su agenda tenemos dos focos de interés:

A) Análisis de argumentos en el discurso usual.

A1. Determinación de la naturaleza del argumento, detección identificación y representación de las micro y macro estructuras discursivas.

A2. Valores argumentativos: bondad y fuerza, usos de argumentos: persuasión, información explicación.

A3: cuestiones interpretativas, como el principio de caridad (entre las diversas interpretaciones aceptables de un texto argumentativo, opta por la que mejor concilie la calidad del argumento con las intenciones del argumentador en el contexto dado de argumentación).

B) Evaluación de argumentos en el discurso usual.

B1. Criterios de calidad (corrección, bondad, fuerza).

B2. Normatividad, criterios de acreditación de la bondad/maldad del argumento. Relación con la eficacia pretendida.

B3. Falacias y su uso en el discurso

Además de todo ello, existen nuevos caminos aún casi sin recorrer, como la noción de coalescencia (Gilbert, 1997) según la cual en cada razonamiento subyace un rizoma de actitudes, creencias, emociones e intuiciones del argumentador, de modo que cualquier intercambio de argumentos produce una coalescencia de motivos e impulsos, emociones y deseos. Otro aspecto reciente es la presentación física (gráficos, composiciones de imágenes, arquetipos visuales, publicidad, asociados a los argumentos.

La L.I. está integrada en un complejo multidisciplinario, pero con intereses propios. Se distingue del pensamiento crítico (estudio y forman de disposiciones y habilidades discursivas). Por otro lado, tiene conexiones con la filosofía, en la que a menudo las argumentaciones no tienen carácter formal ni deductivo, sino que se someten a pruebas y refutaciones más bien discursivas, más o menos acreditadas y convincentes. Además, la propia L.I. Tiene proyecciones filosóficas interesantes por sí misma: en la elaboración de una completa teoría de la racionalidad, en filosofía de la mente, teoría del razonamiento etc.

BIBLIOGRAFÍA:

Vega Reñón, L,; Olmos , P (2011) Compendio de lógica, argumentación y retórica. Trotta, Madrid