ETAPA-3 "CAMPAMENTO JAMPA-CAMPAMENTO BASE AUSANGATE"

Amaneció la mañana muy fría como es habitual en estas altitudes, con todo cubierto por una generosa capa de escarcha, que se iba deshaciendo conforme pasaban las horas y el sol apartaba la sombra de la montaña que envolvía el valle del río Jampamayo. Algunas nubes cubrían el cielo y aunque el sol nos acompañó las primeras horas, muy pronto desapareció por completo hasta bien entrada la tarde del siguiente día. Tanta nubosidad no era si no, el presagio de lo que se nos avecinaba en las siguientes 24h, pues muy pronto la nieve iba a cambiar el destino de nuestro trekking alrededor del Ausangate. Una vez que habíamos desayunado, comenzamos a caminar valle abajo, siguiendo paralelos al río, el cual desciende tortuoso por terrazas separadas por pequeñas cascadas. Nos encontramos con otros grupos que realizaban el trekking en sentido inverso y que habían pasado la noche en el cercano poblado de Finaya. Este poblado está formado por un conjunto de cabañas de pastores, rodeados de muros de piedra a modo de corral para el ganado de llamas y alpacas que pastan en los bofedales cercanos, pues aquí el valle se ensancha y cambia de orientación para estar más expuesto al sol y producir excelentes pastos.

Por detrás del poblado, existe otro pequeño valle que al principio presenta un marcado ascenso, el cual superado, nos conduce a otro tramo del valle más amplio, donde nuevamente volvíamos a ver grandes rebaños de ganado pastando tranquilamente en las praderas, pues aquí no existían los bofedales que habíamos visto anteriormente.

Atravesamos el valle por su parte central y caminando entre el ganado, vamos buscando el ascenso por el sendero ubicado en la ladera izquierda. Este presenta varias alternativas, según queramos o no pasar por el campamento base del Ausangate, aunque nosotros escogimos el que nos llevaría al refugio ubicado en el mencionado campamento base. Cuando habíamos realizado la mitad de la ascensión, comenzó a nevar copiosamente, lo cual aceleró nuestro paso, a pesar de lo cual pronto nos alcanzaron los arrieros, quienes se apresuraron para llegar al final de la etapa del día, y así poder montar lo antes posible las tiendas del campamento. Mientras, con algo más de lentitud, nosotros avanzábamos prosiguiendo la ascensión intentando adivinar lo que la niebla y la nieve nos permitía ver del glaciar del Ausangate y de las montañas menores que le rodean, aunque sin mucho éxito, pues el mal tiempo nos lo impedían.

Conforme íbamos aproximándonos al campamento base del Ausangate, pudimos ver la existencia de dos edificios uno junto al otro, uno más viejo y otro moderno en cuyas proximidades los arrieros montaban nuestras tiendas, aprovechando que momentáneamente había dejado de nevar. La existencia de este refugio de montaña, vacío y cerrado nos sorprendió mucho, pues no nos explicábamos el motivo por el cual se encontraba así. Nos comentaron que este, al igual que otros edificios semejantes repartidos por las montañas de Perú, son propiedad de una empresa privada, que únicamente acoge a sus clientes. El refugio es un bonito y moderno edificio, con todos los servicios que puede ofrecer un establecimiento de este tipo.

Como teníamos todo el día por delante y terminamos muy pronto la etapa más corta del trekking, nos dedicamos a deambular por los alrededores del campamento, pudiendo ver desde muy cerca, grupos de vizcachas, roedores semejantes a una liebre pero con una larga cola. Aunque cada vez que habíamos visto a estos animales, siempre se mostraron muy esquivos huyendo ante nuestra presencia, ahora parecían más confiados, hasta el punto de poder hacerles fotos sin necesidad de usar el zoom al máximo. Conforme la tarde iba avanzando, la nevada se reanudó, terminando de cubrirlo todo con una generosa capa blanca. Hubo momentos en los cuales las nubes se retiraron permitiéndonos contemplar las montañas alrededor del valle completamente nevadas, disfrutando de unas imágenes sorprendentes de los Andes, como nunca antes los había visto. En cambio el nevado Ausangate, que con su gran altitud retenía la nubosidad en torno a el, continuaba oculto a nuestras miradas.

El día finalizó nevando y con una temperatura muy fría que ayudaría a que la nieve cuajara y se mantuviese, incrementando poco a poco su espesor que ya alcanzaba al menos los 5 cm.