ASCENSIÓN AL MALI TRIGLAV DESDE RUDNO POLJE
ASCENSIÓN AL MALI TRIGLAV DESDE RUDNO POLJE
ASCENSIÓN AL MALI TRIGLAV DESDE RUDNO POLJE
Pokljuca (Eslovenia)
8 y 9 de octubre de 2022
Tipo de sendero: Ruta lineal Duración: 2 días
Longitud: 26,4km Desnivel máximo: 1.350 m Dificultad: Alta
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Antes de comenzar a explicar las características de esta ruta, hay que tener en cuenta lo sucedido el día anterior, ya que fue clave para entender y justificar lo que iba a suceder en la que en principio sería la ascensión al Triglav.
El citado día es el 7 de octubre, en el que los acontecimientos no sucedieron como estaba previsto. La idea era volar desde Sevilla a Treviso en vuelo de Ryanair, en uno de los primeros vuelos del día, por lo que había que madrugar y bastante. Una vez en Treviso recoger el vehículo que habíamos alquilado y desplazarnos hasta la estación de esquí de Rudno Polje, en el parque nacional del Triglav en Eslovenia, y una vez aparcado el vehículo en el parking frente al hotel Center Pokljuca, comenzar a caminar por la senda que nos llevaría después de 4h de marcha hasta el refugio de montaña Vodnikov donde pernoctaríamos para a la mañana siguiente atacar la ascensión hasta la cima del Triglav. Hay que tener presente que prácticamente todos los refugios de montaña en Eslovenia, ya se encontraban cerrados en esas fechas, siendo el Vodnikov uno de los últimos en cerrar, pues lo haría el domingo día 9 de octubre, siendo nosotros unos de sus últimos clientes.
Pues dicho esto, los acontecimientos reales sucedieron de la siguiente manera. Debido a la huelga de pilotos de la compañía aérea, el vuelo Sevilla-Treviso salió y llegó con más de tres horas de retraso, percance que hizo imposible llegar al refugio Vodnikov a una hora aceptable, evitando caminar de noche, perder la cena y hacer el checking a una hora intempestuosa. Como consecuencia de ello, hubo que anular la reserva para esa noche e improvisar otra cerca de Bled a donde llegamos anocheciendo, pues en esta latitud a las 19h ya se había puesto el sol.
A pesar de que este percance afectó al desarrollo de nuestros planes de ascensión al techo esloveno, y como dice el refrán “no hay mal que por bien no venga”, sirvió para que tras la correspondiente reclamación a la compañía aérea, esta se viera obligada a indemnizarnos con 400€, lo cual más que doblaba el importe pagado por los billetes de ida y vuelta.
Y ahora sí, paso a contar lo que nos aconteció en la ruta. El corto trayecto en coche desde el hotel en el que pernoctamos cerca de Bled hasta Rudno Polje, discurre por una zona montañosa y boscosa en la que el otoño ya estaba presente haciéndose notar en los árboles de hoja caduca, que a medida que íbamos ascendiendo por la carretera, iba tiñendo de colores la masa arbórea y que a mí me dejó estupefacto, pues nunca entes había visto algo igual, sirviendo de prólogo a lo que vendría después una vez dejamos el coche en la estación de esquí, donde el estacionamiento era gratuito (conviene recalcar este detalle, porque en Eslovenia se paga por todo).
La ascensión a pie, comienza por un camino carretero ubicado a la izquierda del hotel Center Pokljuca y avanza en suave pendiente entre pinares de abetos que crecen sobre un manto de musgo que cubre el terreno. Pronto encontramos una bifurcación de caminos próxima a la cabecera de las pistas de esquí, debiendo tomar el de la izquierda, y tras andar por él unos cientos de metros, encontraremos a la derecha un sedero con señalización hacia alguno de los refugios a los que a través de él, se puede acceder.
Caminando por esta senda, vamos ganando altura con rapidez, a la vez que divisamos una amplia panorámica del entorno, destacando a nuestros pies planica Konjscica, una planicie dedicada al pastoreo y rodeada de hermosos bosques otoñales con un colorido espectacular. Llegando al extremo norte de este valle ascendemos hasta un pequeño polje donde virando a la izquierda, hemos de remontar una fuerte pendiente hasta alcanzar el collado Sutdorski preval, en el cual cambiamos a la vertiente de Mostnica. Volviendo a ascender rodeamos el panderón en torno al pico Tosc (2.274m).
Las vistas hacia el sur, donde se encuentra el lago Bohinj, nos descubren una amplia panorámica de los bosque y montañas sureñas del parque nacional, que gracias a la luz de un día tan soleado, nos permiten disfrutar de los colores amarillentos de los alerces, los rojizos y anaranjados de los hayedos, y el verde intenso de los abetos de hoja perenne.
Cuando rodeamos el gran panderón del pico Tosc y vamos virando hacia el norte, una nueva cadena de montañas y picos calizos se presenta ante nuestros ojos, rodeados de los omnipresentes bosques de colores, que no dejamos de admirar un solo día de los que permanecimos en este pequeño país.
Entre todos los picos que aparecen ante nosotros destacamos especialmente dos, el Triglav (2.864m) como máxima altura de Eslovenia, y unido a él por una cresta, su hermano el Mali Triglav (2.725m), que al final de la jornada sería nuestro modesto objetivo final. Nuevamente el paisaje de las cumbres y los bosques hacen que la cámara de fotos funcione a pleno rendimiento, pues no hay rincón que no merezca ser recogido y llevado para el recuerdo. Ante mi insistencia fotográfica, mi compañera Magda decidió adelantarse para llegar la cercano refugio Vodnikov, donde pacientemente me esperaría sentada. Una vez en el refugio, descansamos y comimos acompañados de un nutrido grupo de montañeros, que aprovechando el magnífico día de sol, disfrutaban del día en la montaña.
Como a penas se observaba nieve en las cumbres, decidimos aligerar la mochila y dejar los crampones depositándolos en el comedor del refugio, con el permiso previo de los guardas. Reanudamos el camino hacia el Triglav, tomando la senda que parte por detrás del refugio y que pasa bajo las paredes del pico Vernar (2.221m). Algunos de los tramos discurren sobre un gran canchal, mientras otros se encuentran acondicionados con clavijas, escalones o cables para ayudar a salvar el fuerte desnivel sobre las rocas, o el patio que se abre a nuestra izquierda. Pienso que alguno de estos tramos acondicionados pecan de exceso de seguridad, aunque si tenemos en cuenta la cantidad y variedad de personas que por aquí transita, quizás toda esa equipación sea lo más acertado y prudente.
Hasta ahora hemos ascendido ganando altura de una forma moderada (llaneando), para alcanzar el collado Konjski preval (2.020m), donde encontramos una encrucijada de caminos que llevan a los refugios más altos desde los que atacar el Triglav, además de al valle Karma cuya profunda cabecera puede observarse a la derecha. Nosotros hemos de tomar el sendero de la izquierda, el cual empieza a ganar altura por la ladera del macizo calizo, que ya se encuentra desprovista de arbolado, y que nos llevará hasta la base del Triglav, donde se encuentra el refugio Dom Planika (2.401m), que se encontraba cerrado en aquellas fechas. Una vez allí esperé a Magda que se había retrasado, y una vez comimos y descansamos junto a un grupo de montañeros españoles, decidimos lo que íbamos a hacer, pues eran las 15h, y ya era tarde para intentar llegar a la cima del Triglav.
Magda no se encontraba bien físicamente, por lo que decidió no continuar, pero yo en cambio pensé que podría hacer cumbre y lo intenté en solitario. Así pues me armé de valor y emprendí la ascensión siguiendo las marcas de pintura roja sobre la roca, que me indicaban el camino a seguir.
Existe un primer tramo en el cual se asciende sin gran dificultad, terminando en una pared con una brecha entre dos rocas, y que se encuentra acondicionada con cables que nos ayudarán a salvar una pendiente muy acentuada.
Una vez lo logremos, pasaremos un segundo tramo, inicialmente con poca pendiente, hasta llegar al inicio de la gran cresta del Mali Triglav, que ahora sí, se encuentra acondicionada con cables que nos darán seguridad al encaramarnos a la roca en fuerte pendiente, y que cresteando nos permitirá avanzar sobre el filo rocoso, cambiando sucesivamente al patio norte, que se encontraba nevado, o al patio sur desprovisto de nieve. Esta primera parte de la cresta finaliza en una zona de menor pendiente que a modo de balcón nos permitirá descansar. Mientras, veo los últimos montañeros que ese día ya bajaban de la cima, a la vez que me pongo el arnés y el casco, pues lo que veo venir es mucho más expuesto que lo ya andado.
El tercer tramo de la ascensión discurre sobre lo que resta de cresta hasta la cima, presentando una mayor pendiente y exponiéndose al patio norte de la pared del Triglav, con mucha más nieve, y tan profunda que se colaba dentro de mi bota sin proteger al carecer de polainas. El avance se ralentiza pues hay que ir desenganchando y enganchando los mosquetones de la doble vaga sujeta al arnés. Después de la tensión vivida durante este tramo, llegué a la cima del Mali Triglav (2.725m), que se presenta como una estrecha plataforma plana cubierta de nieve muy dura, y que al estar desprovisto del cable de vida y yo no calzar crampones, me obliga a caminar con mucha cautela para conseguir cruzarla y lograr ver la cresta que conduce hasta la algo más elevada cima del Triglav, distinguiendo sobre ella su simbólico cilindro con tejadito cónico.
Las vistas desde allí arriba eran fantásticas, obteniendo una magnífica panorámica de las cumbres de los Alpes Julianos, que a esa hora de la tarde brillaban con su blancura sobre el mar de nubes de un frente que al día siguiente regaría con su lluvia todo el país.
La cresta que no crucé, estaba muy bien acondicionada con cable de vida, pero dado que había tardado unos 45 minutos en llegar hasta allí, y que todavía había que descender hasta el refugio Dom Planika, además de seguir descendiendo hasta el refugio Vodnikov, me obligaron a tomar la triste pero prudente y acertada decisión, de no proseguir y darme por satisfecho de haberlo intentado, y haber alcanzado la cima del Mali Triglav, lo cual tampoco está nada mal.
El descenso de esta montaña hasta el refugio Dom Planika, había de hacerse con tanta o más cautela que la ascensión, lo cual me llevó una hora más de tiempo. Cuando llegué al refugio y me encontré con Magda, eran las 17h y el sol ya bajo, lucía con mucha menor fuerza ocultándose de vez en cuando entre las nubes del cada vez más cercano frente que descubrí cuando me hallaba en la cima. Dado que a las 19h se servía la cena en el refugio Vodnikov, tuvimos que acelerar la marcha durante el descenso, el cual completamos en dos horas, llegando al refugio justo a la hora de la cena.
Sobre el servicio prestado por el refugio Vodnikov, pienso que es mejorable en cuanto a calidad de la cena y el desayuno, además del hacinamiento vivido en el dormitorio, donde era complicado movernos por la falta de espacio. Aunque Magda decidió por su cuenta dormir acomodándose en una habitación fuera de servicio, librándose de las inconvenientes comentados.
Al día siguiente, volvimos a Rudno Polje desandando el camino ya descrito, disfrutando de la niebla de la mañana, y la llovizna intermitente que por momentos nos mojaba. La luz tamizada por la nubosidad, iluminaba el paisaje con sus árboles de colores, que brillaban tan intensamente o más, que la mañana soleada del día anterior.
Continuamos esta jornada visitando la garganta de Vintgar y el lago Bled, pero estas dos excursiones serán motivo de otro relato mucho más detallado, acompañado de preciosas fotos de estos paisajes eslovenos.
(Este álbum cuenta una historia cronológicamente ordenada, por lo que es recomendable ver en presentación de diapositivas. Pero antes ponle el fondo musical que más te guste, para que visualizar 162 fotos resulte más ameno )
Aquí tienes el track de la ruta: " ASCENSIÓN AL MALI TRILAV DESDE RUDNO POLJE "
PANORAMAS
Panorama del entorno del refugio Vodnikov, desde la aproximación al Triglav.