VALLE DE ABDALAJÍS-LA CAPILLA-PICO HUMA

Comenzamos ascendiendo por la calle que nos conduce a la ermita del cristo de la Sierra y al mirador del Gangarro, situado este un poco más arriba y desde el que contemplamos el caserío de Valle de Abdalajís.

Por detrás del mirador hay un senderillo que nos permite acceder a la cresta de la sierra, por la cual iremos avanzando, unas veces por sendero y otras sobre las rocas de la cresta, que a nuestra izquierda sigue mostrando bonitas panorámicas sobre el pueblo y del entorno, destacando la prominente sierra Chimenea con su principal cumbre, el Camorro Alto al que una semana antes habíamos subido. La cresta no ofrece grandes dificultades para quien esté acostumbrado a caminar sobre las rocas, con continuos saltos de piedra en piedra y alguna trepa y destrepe. Es de destacar que al tratarse de roca caliza, esta se encuentra muy erosionada y hay que andarse con pies de plomo para no tener ningún percance.

Al final de la cresta encontramos una cruz que se yergue sobre un destacado promontorio y desde el cual disfrutaremos de excelentes vistas. Una vez aquí tendremos que descender hasta un camino que se puede ver a la derecha, porque la cresta se hace muy aerea, con destrepes complicados.

Ahora no queda más que proseguir la ascensión caminando por el camino carretero que atraviesa la parte alta de la sierra de Abdalajís y que nos conducirá hasta un cortijo en ruinas desde el que ya tenemos una perfecta visión del pico "la Capilla", la elevación más importante de esta sierra. En esta ruina de cortijo se termina el camino y comienza un amplio sendero que atraviesa el campo de aulagas que nos lleva hasta un puerto en el que encontramos señalizaciones de otros senderos, pero que nosotros no seguiremos, pues caminando por donde podamos nos vamos a adentrar en el Torcalito, un magnífico karst en el que la erosión de la roca caliza ha tallado sorprendentes formaciones y columnas, a alguna de las cuales no dudaremos en subirnos, no sin dificultad por su gran altura.

Abandonamos este torcal y nos dirigimos hacia la base de la Capilla, caminando hasta el punto en el cual encontramos unos carteles indicando el sendero de subida que se encuentra bien marcado y amojonado. La ascensión es cómoda en todo momento y no presenta ninguna dificultad hasta que alcancemos la cima del pico, que se gana después de unos 30 minutos subiendo. Las vistas desde la cima de la Capilla (1.186m) nos permiten ver gran parte del centro de Andalucía, destacando hacia el este la ya mencionada sierra Chimenea, el Torcal de Antequera y en el horizonte las cumbres blancas de Sierra Nevada. Al norte la sierras de Rute, Alhucema y Horconera. Al oeste la laguna de Fuente de Piedra y al sur los embalses del Guadalhorce, Guadalteba y la sierra Huma, nuestro próximo objetivo.

Descendemos con cuidado "La Capilla", destrepando una pared casi vertical, para dirigirnos hacia una cresta que vemos al suroeste y que a la derecha presenta un pronunciado desnivel. Una vez allí nos abrimos paso saltando sobre las rocas calizas muy erosionadas descendiendo progresivamente hasta que llegando al final de la cresta, decidimos descender por nuestra izquierda hacia un camino que atraviesa un amplio corredor entre la Capilla y la Huma. Hemos de atravesar algún vallado, derruido en algunos puntos, por donde aprovechamos para pasar. Poco antes de llegar al camino, observamos en el GPS que aparecen indicadas unas ruinas de la ciudad romana de Nescania, pero no las encontramos.

Llegamos al camino que veíamos desde arriba y donde encontramos indicaciones de la Gran Senda de Málaga, por la cual caminaremos unos cientos de metros hasta una encrucijada en la cual nos desviaremos a la derecha, siguiendo las indicaciones hacia "El Chorro". Al principio caminamos por un sendero estrecho y en algún punto no muy bien marcado, pero pronto alcanzaremos un camino carretero que rodea la sierra Huma por el este y que nos aproxima a una plataforma en la que existen vehículos estacionados. Aquí buscaremos otro camino que nos conducirá por el sur de la sierra hasta las escaleras Árabes, a las cuales accedemos por un sendero bajo grandes paredes rocosas, muy verticales, en las cuales pudimos ver escaladores haciendo algunas de las vías de escalada que allí hay abiertas.

Una vez que dejamos atrás las Escaleras Árabes, atravesamos un terreno repoblado con pinos y accedemos a un espacio cultivado a los pies del pico Huma. Atravesamos estos campos y accedemos a otro camino que ascendiendo nos lleva a un torrente situado a la izquierda, desviándonos por el y buscando un sendero que se acerca entre palmitos a una pared rocosa por la que la senda sube hacia el oeste, salvando un fuerte desnivel y donde encontraremos cables pasamanos que nos ayudarán a progresar en la subida. Una vez hemos superado este tramo, el sendero sigue su ascensión en la misma dirección pero más progresivamente, mientras vamos contemplando extensos panoramas del paraje del Chorro y los embalses del río Guadalhorce.

Cuando en dirección oeste casi hemos atravesado la sierra y llegando a los pies del tajo del Estudiante, el sendero cambia de dirección hacia el norte y luego hacia el este, buscando una acceso más fácil a la meseta cimera de esta gran montaña. El tránsito por esta meseta se hará siguiendo los mojones que marcan el camino en sentido noreste hasta el vértice geodésico ubicado en el punto más alto de la Huma (1.191m). Una vez allí paramos para hacer algunas fotos, aunque como el frío es intenso decidimos continuar adelante y descender lo más rápidamente posible. Mientras observamos con curiosidad como a lo lejos un rebaño de ovejas pastan en la pradera que cubre la cima y preguntándonos como han podido llegar hasta aquí.

Para localizar el punto en el cual se inicia el descenso, hemos de dirigirnos en sentido este, casi hasta el final de la meseta, donde un mojón de piedras marca el punto en el cual iniciamos el descenso por la cara norte de la sierra. La senda discurre por terreno muy en pendiente, sobre grava suelta por lo que habrá que extremar el cuidado para no resbalar. Cuando superamos este tramo complicado, llegamos a un pinar ubicado sobre terreno casi horizontal y donde aprovechamos para descansar, comer algo y reponer fuerzas, aunque procuramos no demorarnos demasiado porque la tarde ya está muy avanzada y nos quedan pocas horas de luz solar.

Reanudamos la marcha llegando a un campo de cultivo que bordeamos hacia el este y buscando el sendero que se adentra en una ladera cubierta de monte bajo, descendiendo hasta alcanzar un amplio camino que ahora se dirige hacia el norte y que se encuentra con el camino que a medio día nos llevó hasta las Escaleras Árabes. En la misma intersección decidimos trochar para alcanzar otro camino que se divisa a lo lejos y que desciende hacia la carretera que nos llevará hasta Valle de Abdalajís. Esta trocha atraviesa varios torrentes sin agua, por la sequía del otoño que estamos viviendo, aunque podremos seguir algunos senderillos abiertos entre la vegetación por los animales, facilitándonos mucho nuestro avance. Al cruzar uno de los torrentes, un jabalí asustado corría despavorido ladera arriba cruzándose en el camino con Manolo.

Una vez que alcanzamos el camino que discurre a los pies de la sierra de Abdaljís, no queda más que progresar por el, encontrándonos con numerosas parcelas habitadas hasta llegar a la carretera que nos lleva hasta el pueblo.

Esta es una ruta exigente y muy montañera, pues incluye la ascensión a dos picos de media montaña, con un desnivel máximo de ascensión de 828m, acumulado de 1.450m y longitud de casi 24km. Como se realizó en el mes de diciembre con días cortos ha requerido llevar un ritmo rápido para evitar caminar en la oscuridad. Paisajísticamente nos permitirá disfrutar de lugares extraordinarios como el Torcalito y las vistas desde las cimas de los dos picos que abarcan buena parte de Andalucía central.