MONTAÑA BLANCA-TEIDE-PICO VIEJO-PARADOR

     MONTAÑA BLANCA-TEIDE-PICO VIEJO-PARADOR

     Parque Nacional de las Cañadas del Teide (Tenerife)

19 de Enero de 2024                                                                               

Tipo de sendero: Ruta Lineal        Duración: 9:30h

     Longitud: 21 km                              Desnivel máximo: 1.350 m                 Dificultad: Alta

Perspectiva de la ruta.

Perfil de la ruta.

En la cima del volcan Teide (3.718m), techo de España.

Carmen, David y Juanlu, en la cima del Teide y que hicieron la ruta en sentido inverso.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

     Al ser esta ruta de tipo lineal y disponer de un solo vehículo para desplazarnos, fue necesario tener preparado un plan para regresar al punto de inicio, que en nuestro caso consistió en dividir en dos al grupo de personas que íbamos a hacer la ruta. El primer grupo, en el que solo iba yo, sería dejado en el aparcamiento de Montaña Blanca (2.370m), donde empezaría a caminar hacia el Teide (3.715m) y Pico Viejo (3.135m), terminando en el Parador de Turismo (2.152m), mientras que el otro grupo formado por Carmen, Juanlu y David, continuaría con el coche hasta el Parador, donde dejaría el vehículo y realizaría la ruta en sentido inverso. A mitad de camino, deberíamos encontrarnos para dejar las llaves del coche al otro grupo, y así poder volver desde el Parador de Turismo al aparcamiento de Montaña Blanca y recoger al grupo que finalizaba su camino allí. Afortunadamente todo salió como estaba estaba previsto, porque realizar una ruta de alta montaña en la que uno de los participantes caminaba solo, no es lo más prudente.

   Comencé a andar por el camino carretero que rodea la Montaña Blanca, que es un volcán de silueta no muy pronunciada, ubicado a los pies de la cara sureste del Teide, formado por piedra pómez muy ligera y de color claro, que justifica el nombre que se le ha dado a esta montaña. Desde el primer momento se asciende de forma progresiva y poco perceptible, contemplando a la izquierda la ladera de piroclastos blancos, y a la derecha las coladas de lava de tonos ocres de montaña Rajada, así como los bosques de pino canario que no habían sido afectados por el gran incendio forestal que asoló la isla de Tenerife en el verano de 2023. Una vez nuestro track alcanza su punto más al norte, nos encontraremos con grandes rocas volcánicas de color negro dispersas sobre el terreno, lugar este donde un desvío en el camino, nos hace ganar altura con rapidez salvando el desnivel con una sucesión de curvas que finaliza en el sendero que se dirige hacia la cima de Montaña Blanca, el cual dejaremos a la izquierda. En las inmediaciones de este punto, me encontré con un vehículo de los guardas del parque, quienes únicamente permanecían en su interior, sin realizar aparentemente ninguna tarea de control. A partir de aquí veremos muy bien señalizado a la derecha, el sendero que nos llevará en interminable ascensión hasta la cima del Teide, cuya forma cónica debido a la cercanía no está bien definida, y por cuyas faldas se distinguían las coladas de lava negra que en su momento fluyeron, hasta que se detuvieron sobre el punto en el que me encontraba.

   El camino de ascensión se encuentra perfectamente delimitado entre la roca volcánica, por lo que perderse es tarea complicada, existiendo una sucesión infinita de escalones bien formados, de distinta altura, siendo necesario en algún momento agudizar el ingenio para ascenderlos. Existe algún tramo donde la lava suelta escasea y el sendero se desdibuja, aunque si nos fijamos en el terreno, no tendremos dificultad en localizar la senda principal. Conforme ganamos altura, las vistas sobre las Cañadas del Teide, y el volcán de Montaña Blanca, nos dejan ver el contraste de colores de los diferentes tipos de lava según las erupciones ocurridas a lo largo de la historia geológica de la isla de Tenerife. Aunque el día estaba claro, con algo de viento, las nubes de cotas más bajas, empezaban a rebosar sobre los riscos que coronan la gran caldera de las Cañadas del Teide, deshaciéndose  acto seguido.

   El refugio de Altavista (3.260m) se ubica en una pequeña plataforma en la ladera del Teide, en el punto de bifurcación de dos coladas, aproximadamente a mitad de camino en la ascensión por la falda de la montaña. Actualmente está fuera de servicio, por lo que en su exterior se concentraban los montañeros, que expuestos al cálido sol, descansaban reponiendo fuerzas, y a los cuales me uní yo. En un anexo al edificio principal, existe un refugio vivac para ser utilizado en caso de emergencia, muy limpio y bien acondicionado. Su capacidad máxima mientras el refugio de Altavista se encuentre cerrado será de 15 personas, y de 7 cuando se encuentre abierto, aunque yo conté tres literas dobles en su interior.

   Una vez reanudé la marcha, el sendero sigue su ascensión abriéndose paso entre una colada de lava negra, hasta llegar  unos cientos de metros más arriba a otra plataforma, que como la del refugio de Altavista también está desprovista de lava, y sobre la cual se yergue el cono cimero del volcán Teide. Existe una bifurcación en el sendero, en la que a la derecha se encuentra el mirador “La Fortaleza”, al cual no me asomé para no demorarme demasiado. A la izquierda el sendero asciende sobre otra colada de lava, para avanzar casi horizontal y transversalmente sobre ella, y tras rodear parte del cono cimero, veremos aparecer el edificio del teleférico del Teide que asciende hasta la cota 3.555m de altitud. Nuevamente las vistas hacia el este, vuelven a ser espectaculares, pudiendo observar la práctica totalidad de la caldera de las Cañadas del Teide, y parte de la isla de Gran Canaria, que asomaba entre el mar de nubes.

   Tras merodear alrededor de este edificio buscando una habitación que hace de refugio vivac para montañeros y que no encontré (aunque luego me informaron que se encuentra en su parte trasera), inicié la ascensión del cono emergido tras la última erupción del volcán, cuyo acceso está restringido, siendo necesario solicitar permiso al cabildo para llegar a la cima. En el momento de atravesar la cancela de control al sendero cimero, no encontré a nadie que controlara estos permisos, quizás porque el teleférico en el que suben los guardas no funcionaba ese día.

   La senda se encuentra muy bien señalizada, con el objetivo de evitar salirse del recorrido marcado y que se  deteriore un terreno tan sensible a la acción que pueda ejercer el gran número de montañeros que por allí transitan diariamente. Al principio encontraremos tramos acondicionados con escalones, y luego la senda trepará con acentuada pendiente hasta alcanzar el pequeño e irregular cráter de aproximadamente 100m de diámetro y 30m de profundidad. La existencia de algunas fumarolas que expulsan gases humeantes que huelen a ácido sulfhídrico, con su característico aroma a huevos podridos, delatan que el volcán sigue estando activo. El efecto de la altitud se hace sentir durante la ascensión del tramo final, por lo que conviene aminorar el ritmo al caminar, y recuperar el aliento cuando sintamos necesidad de ello.

   La cima del volcán Teide (3.715m), constituye la máxima altura de las islas Canarias y de España, siendo este el tercer volcán emergido del océano más alto del mundo (por detrás del Manu Kea y Manu Loa, en las islas Hawái), pues medido desde su base en el lecho marino se levanta 7.500m, convirtiéndole en la tierra emergida más elevada de todo el océano Atlántico. Lograr alcanzar la cima más alta de España, salvando un desnivel de 1.345m, además de suponer un esfuerzo considerable, es un orgullo para cualquier montañero de este país, o al menos así lo sentí yo, siendo una lástima no haber podido compartir este momento con el otro grupo de compañeros que haciendo la ruta en sentido inverso, todavía no habían llegado a lo más alto. El viento de fuerza moderada, aunque muy frío, mantenía el entorno limpio de nubes, pudiendo contemplar la más amplia vista que hasta ese momento haya logrado desde la cima de una montaña, destacando la visión del resto de las islas más altas del archipiélago canario, que escasamente lograban emerger sus cumbres más elevadas sobre el mar de nubes circundante. Tras gozar de estos inolvidables momentos, el reloj y el frío obligaban a iniciar el descenso, pues la corta duración de los días en horas de luz durante el mes de enero, apremiaban para conseguir terminar el tramo pendiente de la ruta, antes de la puesta del sol.

   El descenso hasta la estación del teleférico, se realiza desandando el mismo sendero que en la ascensión, para después de rodear el edificio, buscar los carteles que nos indicando la dirección a tomar para descender hacia el volcán de Pico Viejo. Este sendero también está perfectamente marcado y delimitado sobre el terreno, primero atravesando un pequeño llano formado por piroclastos amarillentos, y luego adentrándose en la gran colada de lava negra que desciende por la falda suroeste del Teide. Aquí el camino es tortuoso, pues hay que caminar con cuidado sobre bloques de lava encajados, por lo que el avance no es todo lo rápido que se pudiera desear,  mientras vemos al frente el gran cráter de Pico Viejo que destaca sobre el fondo de mar de nubes, y a nuestra espalda, la espectacular colada negra que desciende cubriendo toda la ladera del volcán, y sobre ella el cono cimero del Teide destacando sobre un cielo de azul intenso. A mitad del descenso, me encontré con el otro grupo formado por Carmen, Juanlu y David que como ya expliqué realizaban la ruta en sentido inverso, y tras un breve intercambio impresiones y dejarme la llave del coche, continuamos unos ascendiendo y en mi caso descendiendo. Como con la pérdida de altitud, la temperatura había subido sensiblemente, fue el momento para detenerse, descansar y comer el picnic para reponer fuerzas, pues la larga ascensión realizada, de más de 1.300m me había dejado extenuado.

   Reanudé el descenso, caminando por la interminable colada de lava negra, hasta llegar a su fin en el amplio collado que separa los dos volcanes. Aquí el terreno está formado por tierra y grava anaranjada, por la que el sendero discurre en ligero descenso, permitiendo caminar cómodamente, en contraste con el tortuoso tramo anterior. En el solitario descenso hasta Pico Viejo, solamente me había cruzado con el grupo de compañeros que hacía la ruta al revés, no habiendo encontrado a nadie más, pero sobre la silueta del cráter del Pico Viejo, ya se distinguían grupos de personas que habían ascendido hasta allí siguiendo el sendero desde el Parador, y que yo debería de tomar un poco más tarde. Como al llegar a la base del Pico Viejo, no me pareció que fuese demasiado tarde, decidí ascender a la parte superior del cráter, siguiendo alguno de los numerosos senderillos existentes. El que yo escogí lo hacía entre dos viejas coladas de lava de tonos marrones. Una vez me encontré en el borde del enorme cráter, pude descubrir sus paredes verticales y su verdadera grandiosidad, cuyas colosales dimensiones son de 800m de diámetro, por 225m de profundidad. La vista de este cráter no es la única maravilla que podemos contemplar, pues a nuestra espalda se levanta la gigantesca silueta cónica del volcán Teide.

   Si bien el ascenso que ya he descrito, es largo e interminable, lo que aún quedaba por caminar en el descenso, no era para menos. El sendero que pierde altura de forma progresiva, permite avanzar cómodamente entre coladas de ambos volcanes, y llegados a cierto punto se ve rodeado por vegetación principalmente de retamas, que daban al árido paisaje un toque de intenso color verde, debido a la contrastada luz del atardecer. Frente a nosotros se divisaban las curiosas formaciones rocosas de los roques de García y a su izquierda bajo las paredes de la Caldera de las Cañadas del Teide, los edificios del complejo del Parador. La llegada a los roques de García, coincidió con la espectacular puesta de sol, en la que el paisaje se tiñó del característico color anaranjado, haciendo mucho más atractivo e intenso los últimos instantes del largo y monótono descenso. En los últimos metros del camino, me encontré con un tramo acondicionado para personas con movilidad reducida, que pasando junto al roque Cinchado conduce hasta el aparcamiento del mirador de la Ruleta, donde a pesar de la hora, cientos de turistas contemplaban el atardecer, asomados sobre el llano de Ucanca. Ya solo quedaba caminar por la carretera hasta el parking del Parador, en el que se encontraba estacionado el vehículo que por la mañana había sido dejado allí por el grupo de compañeros que hacían la ruta en sentido inverso, y que no  fue tan difícil de localizar.

   Ya de noche, me desplacé hasta el parking de Montaña Blanca, donde debería recoger al otro grupo de compañeros, aunque a mi llegada todavía no habían terminado la ruta. Fue necesario esperar pacientemente y con cierta preocupación su tardía llegada, pues la falta de noticias al no existir cobertura telefónica, mantuvo la incertidumbre durante la prolongada demora, hasta que se produjo su aparición bajo la forma de las tres luces de sus frontales.

Ver álbum de  Google fotos 

(Este álbum cuenta una historia cronológicamente ordenada, por lo que es recomendable ver en presentación de diapositivas. Pero antes pon el fondo musical que más te guste, para que visualizar todas las fotos resulte más ameno )

Aquí tienes el track de la ruta: " MONTAÑA BLANCA-TEIDE-PICO VIEJO-PARADOR "

PANORAMAS

Camino que rodea la montaña Blanca, y cara oeste del Teide.

Sendero de ascenso hacia el refugio de Altavista.

Colada oeste del pico Teide y estación del teleférico.

Torre del telefércio del Teide.

El teleférico y Cañadas del Teide, desde la cima del pico Teide (3.718m).

Las Cañadas del Teide desde el camino a Pico Viejo.

El Teide desde el sendero de ascenso a Pico Viejo.

Crater de Pico Viejo.

Pico Teide desde Pico Viejo.

Descenso desde pico Viejo hacia el Parador de Turismo.

Cañadas del Teide y roques de García.

Roque Cinchado y pico Teide desde los Roques de García.