IGUALEJA-CASTAÑARES-RÍO SECO

Ya había realizado esa ruta el año anterior, fue en el mes de enero y si en aquella ocasión me gustó, imaginaros el realizarla en el mes de noviembre, con los castañares en otoño. No me decepcionó como yo esperaba, espectacular, nunca antes había visto nada igual, castaños con hojas de todos los colores, verdes, amarillos, rojizos, marrones, que con sus ramas cubrían el camino y todo lo que nuestros ojos alcanzaban a ver. Como siempre esta ruta es algo original y discurre por lugares que no son muy transitados, yo diría que incluso desconocidos para quienes son asiduos de caminar por el valle del Genal en esta época del año, buscando el colorido y el espectáculo de la naturaleza.

Dejamos estacionado el vehículo a la salida de Igualeja y caminamos algo más de 1 km por la carretera de Pujerra. Cruzamos el río Seco y continuamos por la carretera hasta pasar una curva en la que a nuestra izquierda sale un camino carretero que asciende la ladera de la montaña. Este es el antiguo camino que comunicaba con Estepona y que hoy sirve para acceder a los campos de castaños. Existe una cancela en el acceso, que yo siempre me he encontrado abierta y aunque existe un cartel indicando que no se puede pasar (no se hasta que punto ese cartel es legal), nosotros entramos haciendo caso omiso de tal indicación. Lo cierto es que nos encontramos con propietarios de las fincas que no nos dijeron nada, quizás porque la campaña de recogida de la castaña ya se había terminado. También vimos otras cuadrillas de senderistas que campaban por allí sin ningún problema.

El camino sube con continuas rampas entre el castañar, hasta llegar a la parte alta de la montaña donde el trazado es casi horizontal. Es en este tramo donde encontraremos un castañar más espeso, con ejemplares altos y que nos cubren por completo, con el terreno limpio y cubierto por la hojarasca que ya ha caído, convirtiendo cualquier rincón al que miremos en un regalo para la vista. Encontramos algunas hogueras donde se quemaba la hoja caída, que además de limpiar los campos sirven también para abonar el terreno. Como el día no era ventoso, la humareda de la quema junto con los rayos de sol que se colaban entre las ramas de las copas de los castaños, formaban las típicos líneas de luz que obligatoriamente son un reclamo para las cámaras de fotos.

El camino termina cuando llegamos a una carretera asfaltada que comunica Pujerra con la Costa del Sol. Aquí existe otra cancela que ese día estaba abierta y caminamos hacia la izquierda por la carretera llegando a un punto donde el castañar termina. No encontramos en un puerto de montaña desde el cual hay una magnífica vista de la ladera del castañar que hemos andado, así como de la sierra Blanca con el monte Cascajares al norte y del mar Mediterráneo y sierra Bermeja al sur.

Ahora toca descender hasta el río Seco y lo haremos por un camino que se adentra por la izquierda en el castañar. Para poder hacerlo hemos de sortear una cancela que yo siempre la he encontrado cerrada, aunque no hay carteles de prohibición. Yo lo hice saltando por encima y mis compañeros lo hicieron por debajo de ella, por el hueco que queda con el suelo, hay donde elegir como hacerlo , ambas maneras tienen sus ventajas e inconvenientes. El descenso es progresivo y caminamos entre castañares con vistas espectaculares. A medida que vamos descendiendo la hoja está más verde porque se ha expuesto a temperaturas menos bajas que las que se encuentran en castaños situados más altos en la montaña.

Pasamos junto a una casa con alberca y descendemos bruscamente, luego llaneamos un tramo y paramos a comer en un punto donde hay buenas vistas de todo el valle de río Seco.

Reanudamos la marcha y realizamos otro brusco descenso entre pinos hacia un arroyo que se embarranca ante nosotros pero sin llegar a el. Por aquí el camino está abandonado y la vegetación y hojarasca lo cubren aunque se transita con comodidad. Entramos nuevamente en un castañar abandonado, siendo este tramo uno de los más bonitos de toda la excursión.

Cuando caminamos paralelos al río Seco, el camino que sigue descendiendo se encuentra en mal estado y tenemos que saltar una alambrada. Cuando llegamos finalmente al camino del valle, hay que abrirse paso por otra alambrada que aísla los campos de castaños, pero si nos fijamos hay la posibilidad de abrirla y cruzarla sin dificultad. El camino carretero que discurre paralelo al río casi sin desnivel nos sigue ofreciendo hermosas vistas de los castañares que nos rodean por ambos márgenes. Solo en el tamo final de este camino, donde el río se cierra un poco más, se pierde el castañar y aparece el bosque Mediterráneo hasta llegar a la carretera de Igualeja a Pujerra.

Como todavía teníamos horas de sol, decidimos descender hasta el cauce del río Seco (excepto Montse que tenía molestias en la pierna mala) y caminamos por su cauce sin agua (aunque no siempre es así). En todo momento se puede andar por el río tenga o no agua, hasta llegar a la desembocadura en el río Genal. Por aquí encontraremos campos de cultivo, muchos de ellos abandonados y en la misma desembocadura, una alameda que con su colorido otoñal nos sorprendió. Cruzamos el río Genal que llevaba poco agua, por donde podemos sin llegar a descalzarnos y una vez en la otra orilla caminaremos por las terrazas de castaños, siempre subiendo y buscando un camino desde el cual se accede a una pequeña acequia por la que caminaremos con cuidado unos 500 m y desde la cual hay bonitas vistas del valle del Genal. Cuando la acequia se cruza con un camino, la abandonaremos y continuaremos por el hasta llegar a Igualeja que se encuentra a la derecha y no muy lejos de este punto.

Tras de jar la carretera de Igualeja a Pujerra, iniciamos una acentuada ascensión entre castaños.

Este es uno de los castañares más peculiares que podremos encontrar en todo el alto Genal.

Vista del castañar en el tramo final que discurre por la parte más alta de nuestro recorrido.

Este es uno de los castañares más altos de todo el valle del Genal, y que podremos contemplar cuando iniciemos el descenso hacia el río Seco.

Descenso en el tramo restringido, después de haber saltado la cancela nº2.

Vuelta por el camino que discurre paralela al cauce del río Seco.

Camino del río Seco y castañares aledaños.

La hojarasca cubriendo los caminos en los tramos menos concurridos.