CASTILLO DE MURVA

1- Dejamos el coche en el barrio que se encuentra tras pasar bajo el viaducto del ferrocarril, que salva el río Hueznar. Nada más pasar bajo el viaducto la carretera asciende la ladera y nos encontramos a la derecha un campañento de niños abandonado.

2- Atravesamos la línea del ferrocarril y por un camino carretero subimos la pendiente de una colina, para ir a dar con las dehesas que vemos en la foto. En el lado derecho del camino veremos dehesas con toros bravos pastando. Es recomendable no saltarse la verja :-) Durante unos kilómetros disfrutaremos o padeceremos del sol, porque no encontraremos mucha sombra bajo la que cobijarnos.

3- Seguimos caminando un buen rato y nos iremos encontrando con campos floreados, hasta llegar al apeadero de Arenillas, donde el camino carretero gira a la derecha y se mete entre encinas y alcornoques con un verdor que invita a descansar y disfrutar del ambiente fresco.

4- Tras pasar por las dehesas ya podemos ver al fondo las ruinas del Castillo de Murva ó Mulva, que no es otra cosa que un templo romano del yacimiento arqueológico de Munigua.

5- Cartel que tras una cancela nos anuncia la entrada en el yacimiento arqueológico. Tiene horario de visitas que habrá que respetar. Existe un guarda y guía que nos acompañará y explicará detalles sobre el lugar.

6- Las ruinas y los progonistas Paco, Javier y Antonio ante uno de los templetes reconstruidos.

7- Un servidor desde la explanada del foro y sobre las ruinas de las viviendas de la parte baja del yacimiento.

8- Vista desde la colina del templo y que domina el entorno. A los pies del montículo pasa el arroyo Tamohoso, en cuyo margen derecho hay un área de recreo con poza natural en el río que invita a darse un chapuzón.

9- Vista general del yacimiento arqueológico desde la parte baja de este.

10- El camino de vuelta lo hacemos siguiendo el curso del arroyo Tamohoso, que recorreremos por el margen derecho. Unas veces hay sendero y otras no, pero no hay pérdida, seguiremos siempre paralelos al arroyo. Cuando haya que saltar alguna alambrada que delimita las fincas lo podemos hacer bajando hasta el arroyo por donde lo haremos sin dificultad. El camino está salpicado de prados floreados que son una maravilla. Cuando casi al final del recorrido lleguemos a la dehesa de toros bravos, el sentido común nos dirá que atravesemos el arroyo y continuemos por el margen izquierdo.

11- Desde este lado del arroyo podemos contemplar como los toritos pastan placidamente en la predera y nostotros a salvo de cualquier peligro podremos continuar hasta la desembocadura en el río Huéznar.

12- Cardo borriquero en flor.