CIRCULAR LANGUNAS DE LA NAVA-COLLADO PORTILLA HONDA-LAGUNA DE BARCO

Circular Laguna de la Nava-Portilla Honda-Laguna del Barco

Parque Regional Sierra de Gredos - Nava del Barco (Ávila)

26 de mayo de 2012

Longitud total: 23 kms Desnivel subida/bajada: 1.200 m

Dificultad: Alta Tipo de sendero: Travesía circular

Plano de situación de la ruta.

Perfil de la ruta.

Protagonistas, de derecha a izquierda: Ángel y Antonio.

En la cima del Alto del Corral del Diablo.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

Estos días hace un año que Antonio Franco y el que escribe viajamos hasta Sierra de Gredos para hacer varios días de trekking por las Cinco Lagunas, subida al Almanzor, etc. Un recorrido parecido al que otros compañeros de CmG han realizado este último fin de semana. Por nuestra parte, hemos vuelto a Gredos, pero a su parte más próxima a nosotros, en el límite con Cáceres.

El sábado 26 hicimos un recorrido circular que, partiendo de la Nava del Barco, nos llevaría a dos de las lagunas más características del parque, la de la Nava y la de Barco. En mi opinión, esta ruta tuvo tres partes. La primera de ellas consistía en ascender de forma gradual hasta llegar a un circo glacial que aloja a la primera de las lagunas. El camino parte de un robledal, pero luego discurre por prados verdes y literalmente encharcados. Como estamos en época de deshielo el agua corría con alegría por todas partes. Al principio intenté esquivarla, pero luego me convencí de que era imposible y terminé mojándome. Eran incontables los arroyos y la tierra en si misma rezumaba chorros de agua cristalina que corría con rapidez ladera abajo. El día estaba soleado y sólo hacía el norte se veían algunas nubes cubriendo las grandes cumbres, pero como nosotros marchábamos en dirección sur esta circunstancia no parecía que fuese a afectarnos. La dirección del recorrido estaba bien señalizada mediante postes oficiales, así como por grupos de piedras. “¡Hay gente pa tó!” pensé, porque los hitos o mojones de esta ruta son los más elaborados que yo haya visto jamás. ¡Qué paciencia acumular 50 o más piedras y colocarlas en pilas piramidales perfectas!. Los efectos de la erosión del hielo sobre las rocas situadas junto al camino eran evidentes.

Conforme ascendíamos el sendero se transformó en un camino empedrado que nos introdujo en una garganta y desde ella accedimos al Circo de la Laguna de la Nava. Al igual que otros de su clase, se trata de una zona cóncava del terreno rodeada de picos montañosos. En Gredos son numerosos los circos glaciares, pero el de la laguna de la Nava se caracteriza por ser perfectamente circular. Un muro de contención hecho por el hombre permite acumular el agua, generándose así la laguna.

La segunda parte de la ruta fue muy montañera. De hecho, hasta entonces yo había considerado una exageración haberla propuesto como “nivel alto”. Dejando la laguna de la Nava atrás giramos a nuestra izquierda para acceder a la parte trasera del cordón montañoso (Corral del Diablo) que la rodea. A partir de aquí fuimos ascendiendo por un par de pendientes pronunciadas y pedregosas hasta llegar a su cima superior, el Alto del Corral del Diablo (2366 m). Durante el ascenso el cielo se fue nublando pero en ningún momento pasamos frio. Los neveros que encontramos eran muy pequeños. De modo que no fue necesario usar cortavientos y, menos aún, crampones o piolet, pero de todo eso llevábamos por si acaso. En el camino de ascenso tuvimos la oportunidad de disfrutar de unas magníficas vistas de La Covacha (2.399 m) a nuestra izquierda y, en su base, la Laguna de los Caballeros.

Después de almorzar tocaba bajar en dirección oeste. Al principio se trataba de hacer algo de crestería, lo cual no es difícil porque la mayoría de las montañas de Gredos están cubiertas en su parte superior de grandes bloques graníticos sobre los que se puede caminar/saltar razonablemente bien. Pero una vez llegado al denominado Collado de Portilla Honda debíamos bajar por una serie de gargantas estrechas y en pendiente. No me gustó el camino que Antonio tomó en una de ellas y decidí buscar mi propia vía lo que me condujo a una ladera cubierta de piornos. Desde luego ahí no podía resbalar, pero tampoco avanzar porque las ramas entrelazadas lo impedían. A duras penas pude abrirme paso por esa especie de “mar de los sargazos”.

Pero después de ese descenso vino otro y otro y otro más. Una garganta tras otra, la última de ellas fue durísima. Tardamos como 1 hora en bajarla y menos mal que no seguimos el track porque de haberlo hecho habríamos terminado en un pedregal de fuerte inclinación. En un resbalón Antonio se arañó el codo. En principio yo pensé que había salido indemne, pero después descubriría que con tanto frenado una uña del pie izquierdo resultó dañada.

Finalmente fuimos a parar a la orilla de la Laguna de Galin Gómez o de Barco, una enorme extensión rectangular de agua transparente, que bordeamos. Yo estaba “tocado”. El último descenso me había dejado agotado, pero aún quedaba bastante ruta por delante y la tarde avanzaba. Tras un breve descanso, proseguimos la marcha sintiendo que todos los músculos del cuerpo protestaban. Pero entonces vino la magia en mi auxilio: cascadas y saltos de agua espectaculares, prados floreados, rocas con formas increíbles, valles de película y así, sin pretenderlo, pude olvidarme del dolor, anestesiado por tanta belleza. En el último tramo volvimos a recorrer campos inundados, esta vez a toda prisa, saltando arroyos y acequias. ¡Qué bien que al comienzo del día a Antonio se le ocurriera avanzar con el coche un poco más allá del punto inicialmente previsto como de partida! Pudimos ahorrarnos al menos 2 kms de marcha. Aún así echamos unas 11 horas en recorrer los 20-21 kms de ruta.

Al día siguiente, domingo 27, bajamos hacía el Valle del Jerte para hacer una ruta apta para casi todos los públicos; al menos para todos aquellos que tuviesen pies sanos que no era mi situación. Se trataba de un recorrido de unas 6 horas por la Garganta de los Infiernos. ¡Qué nombre menos acertado! Es justamente lo contrario, un paraje paradisiaco. Imposible andar por él y no extasiarse. Comenzamos atravesando un denso bosque de robles melojos, para después detenernos a nivel de los pilones o pozas de agua y continuar por senderos bien marcados que lo mismo recorren laderas teñidas de morado por la abundancia de matas de lavándula, que te conducen a riberas umbrías pobladas de helechos y enormes bloques de roca tapizadas de musgo. Y siempre el agua, constantemente el sonido aparatoso del agua en descenso. ¡Una pasada de sitio!

Una última consideración a propósito de Gredos. Hay muchos espacios naturales, parques, reservas y sierras que son dignos de admiración. Doy fe de ello porque en el año y medio que llevo en CmG he conocido lugares increíbles. Pero Gredos es más, mucho más, que eso. Gredos es la naturaleza en su máxima y más completa expresión. Abarca lugares delicados y armoniosos junto a otros de gran crudeza, casi inhóspitos. Todo es distinto en Gredos sin ser del todo diferente. Crees ver margaritas y al acercarte te das cuenta de que se parecen pero no son iguales a las flores que acostumbramos a ver. Igual ocurre con los ríos, arroyos, montañas, bosques, animales, etc. Cualquier rincón

puede impresionarte, hasta casi dejarte sin aliento. Por supuesto hacen falta buenas piernas para andar por Gredos, pero creo que más importante es estar preparado para una auténtica borrachera mental. Me explico, cuando era niño me pasaba horas mirando por el caleidoscopio que yo mismo había construido. Aunque entendía que las figuras que veía era una composición de imágenes especulares, mi cabeza era incapaz de relacionarlas con los cristales de colores que yo mismo había colocado en el fondo de aquel prisma triangular. Algo así me sucede tras visitar Gredos. Más allá del dolor de pies que hoy tengo, me siento aturdido porque mi mente es incapaz de procesar tanta información sensorial. Como muestra de ello ahí van unas pocas fotos, aunque el verdadero reportaje fotográfico vendrá, como siempre, de parte de Antonio.

Saludos (Crónica escrita por Ángel Velasco en el foro de CMG)

Álbum web de Picasa (ver en presentación de diapositivas)

Web con imágenes del trayecto de vuelta por la laguna de Barco o Galín Gómez , realizado en mayo de 2009

Track de la ruta:

"CIRCULAR LAGUNAS DE LA NAVA-PORTILLA HONDA-LAGUNA DE BARCO"

PANORAMAS

Laguna de los Caballeros y picos Juraco y Azagaya, en la progresión desde la cima del Corral del Diablo hacia la portilla Honda.

Laguna de Galín Gomez o del Barco, en el descenso desde la portilla Honda. A la izquierda la cima de la Azagaya.

Aguas tuertas en la garganta de Galín Gómez, y al fondo los picos Juraco, Covacha y Azagaya.