Aunque hemos dado en llamar a esta ruta “de los siete lagos”, realmente no debiera ser así, porque no la realizamos en su totalidad, ya que al llegar aproximadamente a su punto intermedio, tuvimos que dar media vuelta al ser una ruta muy larga para hacer en el mes de octubre, en el que los días eran demasiado cortos.

   Como estamos en la región del lago Bohinj, aprovechamos la mañana para visitar la bonita cascada Savica ubicada al oeste del lago y que nos llevaría un par de horas. Después nos dirigirnos al extremo opuesto del lago, donde se encuentra la población de Stara Fuzina, lugar en el que estuvimos el día anterior visitando la garganta de Mostnica. Como ya comentamos, en las inmediaciones del pueblo y junto al río Mostnica, existe un parking para estacionar los vehículos, además de una barrera de control que si queremos abrirla, hemos de recoger un tiquet y pasar por el cajero a la salida. Esta operación es necesaria, porque para poder acceder al inicio de la ruta, hemos de seguir por la carretera durante unos 8km montaña arriba, hasta llegar al aparcamiento donde estacionaremos el coche antes de comenzar a andar.

   Iniciamos la caminata tomando un amplio camino ascendente, entre hayedos otoñales, verdadero regalo para nuestros ojos, y que a medida que vamos subiendo intensifican su colorido por el efecto combinado la altitud y el frío. La garganta por la que andamos  se estrecha,  y va desapareciendo el hayedo que es sustituido por grandes pinos o abetos, que crecen sobre un terreno húmedo y cubierto de verde musgo.

   Cuando hemos ascendido unos 500m llegamos a una planicie, donde se abre un gran claro en el bosque, y que es el lugar elegido para ubicar el refugio de Koča na Planini Pri Jezeru. Además existe en las cercanías una gran hondonada inundada por un lago, así como varias cabañas pastoriles que estaban siendo reconvertidas en alojamientos para turistas, como nos indicó uno de los propietarios que hacía arreglos en una de ellas.

   Dada la fecha este refugio que en verano debe tener gran cantidad de visitantes, se encontraba cerrado a cal y canto, aunque disponía de un habitáculo vivac para cualquier emergencia que pudiera presentarse en época invernal, y que tuvimos la posibilidad de ver al encontrarse, lógicamente abierto.

   Proseguimos la caminata andando por el abetal, y varios cientos de metros más adelante nos encontramos con una bifurcación, tomando el camino que se encuentra a nuestra izquierda. Ascendemos por una nueva garganta, que a medida que gana altura nos descubre los primeros alerces, abetos que crecen en las partes más elevadas del Triglav, y que en otoño presentan colores amarillentos en sus acículas caducas. La mezcla de formas y colores de los distintos tipos de abetos ponen la nota de colorido ante la ausencia de hayedos.

   Cuando llegamos a lo más alto de esta garganta, nos volvemos a encontrar con otra planicie, en la cual existen tradicionales cabañas de rústico aspecto, habiéndose transformado en un bonito albergue de montaña llamado Bregarjevo Zavetišče na Planini Viševnik. En la entrada de la cabaña principal, existe el típico corazón con el nombre del lugar para hacerse la foto de recuerdo, cosa que no dudamos en hacer, de hecho fue lo primero que hicimos. 

   Continuamos la marcha por un senderillo no muy marcado casi en horizontal, que avanza por terreno algo escarpado y con pendiente lateral. Luego asciende por terreno poblado casi exclusivamente de alerces otoñales, dejando ver entre las copas las primeras cimas del macizo montañoso. Encontraremos una sucesión de dolinas de dimensiones diferentes,  con su parte central despoblada de arboleda, no así su perímetro adornado con los omnipresentes alerces, combinando tramos de ascenso y descenso, hasta alcanzar un punto algo más elevado donde encontraremos un grupo de cabañas pastoriles en planini Ovcarija. Aquí perdí a mi compañera Magda, que al adelantarse en el camino tomó un sendero diferente al mío. Al dejar las cabañas atrás, se desciende hacia una gran dolina, no por su profundidad, sino por su diámetro, encontrando en su parte central algo de agua encharcada, aunque no creo que en época de lluvias se llegue a formar una laguna. Aquí existe una encrucijada de caminos, donde me planté para descansar y esperar a Magda, que pronto apareció.

   Tras el reencuentro, seguimos el sendero de la izquierda que pasa junto a varias dolinas más, y que nos conduce hacia el extremo del macizo montañoso,  desde el cual existe una amplia panorámica del valle en el que se encuentra el lago Bohinj, y de toda la sucesión de montañas del parque nacional del Triglav que delimitan este valle por el sur y el oeste. El rodeo de la loma de la montaña lo hacemos con las bonitas vistas ya comentadas, hasta que vamos ganando una mejor perspectiva de la pared rocosa que va a apareciendo a nuestra derecha, y en cuya parte más elevada se encuentra la cima del monte Velika Tičarica (2.092m).

   Caminando por el bosque de alerces, llegaremos a divisar frente a nosotros entre la arboleda, la aparición de la primera de las lagunas que conforman una sucesión de tres, denominadas como Dvojno jezero, en cuyas aguas cristalinas y verdosas se refleja la piramidal silueta del monte Velika Tičarica. Yo no me pude resistir, y abandoné el camino para rodeando las dos primeras lagunas, buscar el mejor punto para disparar mi cámara fotográfica y obtener las mejores tomas. De vuelta al sendero, me dirigí rápidamente hasta el refugio Koca pri Triglavskih jezerih que también se encontraba cerrado, donde Magda me estaba esperando. Tras comer algo, volé el dron para tomar vitas aéreas de aquel maravilloso lugar.

   A pesar de la hora, decidimos continuar caminando un poco más, por lo que proseguimos la marcha junto a la tercera laguna ubicada detrás del refugio. Esta se forma gracias a un dique que retiene el agua que baja por un pequeño arroyo, siendo su aspecto más modesto que las dos anteriores.

   La caminata se prolongó algo más de un kilómetro, bajo el canchal en la base de la pared caliza que se levantaba a nuestra derecha, con sus cumbres ocultas por la nubosidad retenida. Un grupo de estudiantes con sus profesores que ya había iniciado la vuelta  se cruzó en nuestro camino, marcando de esta manera nuestra decisión de hacer lo mismo, dando media vuelta e iniciando nuestro retorno por el mismo camino por el que habíamos venido. Esto fue así, hasta llegar la segunda laguna, punto en el cual nos desviamos por un sendero que asciende en prolongada y acentuada pendiente, el canchal y la ladera de la muralla montañosa, que cuando alcanza la pared vertical, hay que salvar con alguna trepada fácil hasta la cima, desde la cual hay una estupenda vista de las lagunas y las cadenas montañosas al oeste del Triglav.

   Iniciamos un descenso por el bosque de abetos, dejando tras nosotros el monte Velica Tičarica, hasta llegar a la encrucijada de planini Ovcarija en la cual había estado esperando a Magda, solo que en esta ocasión, para volver al punto de inicio, tomamos otro sendero que en progresivo descenso nos llevaría hasta la principal zona pastoril de planini Dedno polje, donde existen un nutrido grupo de cabañas repartidas por toda la planicie desprovista de arboleda. Aquí comenzó a lloviznar por lo que hubo que protegerse para no mojarse, aunque afortunadamente la tenue lluvia no duró mucho, pues el frío de la tarde ya empezaba a notarse.

   Pronto llegamos al primer refugio que encontramos en la ascensión de la mañana, donde no nos entretuvimos para continuar el descenso con la mayor celeridad posible, aunque al llegar a los hayedos con su otoñal colorido, el avance fue más pausado porque la contemplación del paisaje lo merecía.

Llegando al refugio Koca planini Pri Jezeru.

   Lago Planini Pri Jezeru.

  Refugio rústico Bregarjevo na Planini Visejniv .

  Arcedas otoñales en las proximidades de planini Ovcarija.

 Cabañas en planini Ovcarija .

  Planini Ovcarija.

 Magda ante los bosque de Komna plateau.

 Lago Dovojno.

 Lago Dovojno.

  Lago Dovojno y bosques de Komna plateau.

 Cabañas en planini Dedno polje.