TAJO DE LOS MACHOS-PICO DE LAS ALEGAS

Desde Cañar y con el coche subiremos el carril que nos lleva hasta el área recreativa de Puente Palo ubicada en la cota 1.750m y a unos 12km de Cañar. Una vez estacionado el vehículo en el área recreativa, veremos que a la izquierda parte otro camino que asciende por el pinar zigzagueando, al cual accederemos tras cruzar la acequia Grande y una cadena que cierra el camino al tráfico de vehículos. La ascensión por este camino es cómoda, pudiendo trochar para evitar las continuas revueltas, pero nosotros no lo hicimos.

En la cota 2.060m veremos que por la derecha sale un camino que es el que utilizaremos en la vuelta. Por lo que seguimos ascendiendo por el pinar hasta que en la cota 2.260m encontraremos una casa alpujarreña en forma de U, en la cabecera de la cañada del Tajo de los Machos. Allí abandonamos el camino y subimos bordeando el arroyo que se encuentra cubierto de nieve y no vemos, dejando atrás los últimos pinos. La vista del valle del río Guadalfeo es magnífica, pues el día a esa hora de la mañana estaba claro con excelente visibilidad.

Como todo estaba cubierto de nieve dura, se podía subir sin mucha dificultad, haciendo un continuo zig zag por donde más nos convenga, aunque como a la izquierda se apreciaban las rampas de una pista, tendíamos a desplazarnos hacia ella para ganar la cuerda de la loma de Cañar, a la que debimos de acceder sobre la cota 2.700m. Ya sobre la loma se pueden ver las primeras vistas del cerro del Caballo y el valle del río Lanjarón que a partir de aquí tendremos siempre a la izquierda ofreciendo bonitas vistas de las cumbres existentes entre los picos Tozal del Cartujo y Caballo. Subiendo por la loma sufrí una pájara que me dejó sin fuerzas para seguir adelante, además de numerosos calambres y agarrotamiento de los músculos de las piernas. Esa mañana por diferentes razones no había desayunado y tal error me estaba pasando factura. Aunque paramos para comer algo y reponer fuerzas, la recuperación no fue efectiva hasta que lo poco que había conseguido ingerir, puede asimilarlo. Hasta entonces los calambres en los músculos fueron constantes lo que me llevó a pensar a que tendría que abandonar y no seguir adelante. Afortunadamente me fui recuperando alcanzando la cota de 3.000m cuando la ascensión más dura ya se había terminado. Desde allí arriba las vistas de casi todos tesmiles era fantástica, con las cumbres nevadas como nunca antes las había visto, disfrutando de esa visión en un día excelente con sol, sin viento y con temperatura fresca pero muy agradable y aunque por la tarde aparecieron algunas nubes, estas se quedaron en los valleS sin llegar a cubrir las cumbres.

Por encima de los 3.000m la cuerda de la sierra es casi llana, destacando en ella dos montículos prominentes, el cerrillo Redondo (3.058m) y el tajo de los Machos (3.088m), que coronamos sin dificultad y siempre contemplando un paisaje nevado maravilloso, que en mi caso no me cansé de fotografiar porque en todas las direcciones las vistan eran soberbias. Tras alcanzar nuestro objetivo del día, la cima del Tajo de los Machos, iniciamos el descenso rápidamente pues eran las 17,30h y nos quedaban muy pocas horas de luz solar. Lo hacemos por la vaguada donde nace el río Chico y dirigiéndonos hacia un puerto previo al pico de las Alegas. Por esta zona a medida que descendíamos, la nieve que parecía haber sido pisada por las máquinas que acondicionan las pistas de esquí, se iba reblandeciendo y nos hundíamos en ella al no calzar raquetas, pero la necesidad de ganar tiempo nos hizo apresurarnos y correr todo lo que las condiciones de la nieve nos permitiese.

Como el sol ya se iba poniendo, pudimos contemplar el cambio de luces y de colores en el cielo y su reflejo sobre las montañas que variaba desde el amarillento, al naranja, rosáceo y violeta, todo un espectáculo que pocas veces se tiene la oportunidad de contemplar. Cuando llegamos a la cumbre del pico de las Alegas (2.709m) el sol ya se ocultaba en el horizonte y damos un último vistazo a las cumbres que se quedan atrás, porque a partir de ahora iniciamos el último gran descenso para alcanzar el refugio del Cebollar (2.500m) donde ya es necesario encender los frontales por la falta de luz. Aquí paramos para comer algo y descansar, pero no demasiado pues a las 18,30h la temperatura iba bajando y la noche ya la teníamos encima.

El siguiente tramo que discurre por la ladera de la loma Prado del Cebollar, lo haremos siguiendo el sendero cubierto de nieve y que se adentra en un pinar, por el que avanzaremos en largos zigzag y con el cuidado de no lesionarnos, porque aquí la nieve está muy blanda y nos hundimos casi a cada paso que dábamos. Aunque sin nieve el camino del pinar es bastante evidente, cubierto por ella y de noche no lo es tanto, lo que hace que tengamos que consultar constantemente el GPS para no perdernos. Llegamos a un punto en el pinar, en el cual descendemos bruscamente casi en línea recta hasta llegar al cauce del río Chico, que atravesamos por donde podemos para acceder al camino carretero que en descenso progresivo ya no abandonaremos. Como aquí la nieve estaba muy pisoteada y algo blanda, caminar por allí se hizo muy pesado y lento. La nieve no desapareció en las proximidades de la bifurcación que en la ascensión comenté que sería el camino de vuelta, por donde ya sin dificultad solo nos quedaba descender lo más rápidamente posible hasta el área recreativa de Puente Palo donde estaban los coches, llegando a este punto sobre as 21,15h. Luego en Cañar disfrutamos de unas cervecitas y algo de comer, porque había que recuperarse del esfuerzo realizado y prepararse para el camino de vuelta a Sevilla y a Málaga en el caso de Manolo, a quien agradezco enormemente su compañía.