DESCRIPCIÓN DEL TREKKÍNG
Comenzamos la etapa caminando sobre asfalto unos 500m paralelos al área de picnic Palui, hasta que encontremos a nuestra izquierda un camino que asciende entre el bosque de coníferas describiendo un continuo zig-zag.
Al llegar a la "azienda Casearia" descansamos, y como ya había algunos compañeros con molestias y dolores, surge la duda sobre cuál era el mejor camino para proseguir, por lo que Jaime corrió de forma decidida buscando el itinerario más adecuado, concluyendo que lo ideal es seguir el senderillo señalizado, y que hacían todos los caminantes que nos precedían, olvidando así el camino carretero que nos llevaría al mismo lugar.
La ascensión por el sendero discurre por una pradera en fuerte pendiente, pero se supera sin grandes dificultades, finalizando en un llano desde el cual existe una excelente vista del monte Pelmo, con algunos remontes y pistas de esquí por las cuales avanzamos hasta encontrar el camino carretero del que antes hablamos, en el que pastores conducían rebaños de vacas, obligándonos a caminar rodeados por el ganado. En esta zona pastoril llegamos a un corral en la que se encontraba encerrado un rebaño de ovejas, celosamente cuidado por los perros pastores que obedecían las indicaciones de su dueña, cosa digna de ser vista.
Junto a este corral se encuentra el sendero que nos llevará hasta el refugio Coldai, por lo que se inicia una nueva ascensión, en la que se puede trochar para evitar el rodeo que describe el camino. Poco antes de llegar al final de la etapa, atravesaremos un tramo que entre las rocas sube nuevamente en zig-zag, y desde el cual la vista del monte Pelmo sigue siendo espectacular, pudiendo contemplar uno de los panoramas más bonitos del trekking. Superado este tramo, solo queda progresar unos cientos de metros antes de llegar a nuestra meta.
Como la etapa en si es corta, una vez tomamos posesión de la plaza en el refugio Coldai y hemos repuesto fuerzas, vamos a continuar con algunas de las excursiones que se proponían, pues se presentaban dos alternativas, siendo estas la ascensión a la forecella Coldai y descender hasta el lago del mismo nombre, o continuar la ascensión hasta la cima del monte Coldai, aunque en mi caso hice las dos, junto con tres compañeros más.
Para ascender al monte Coldai, primero hemos de acceder a la forcella, y desde aquí habrá que buscar una vaguada por la que asciende el sendero, aunque casi no está marcado sobre el terreno ni se encuentra señalizado. Sin embargo una vez estamos subiendo todo está mucho más claro, pudiendo llegar a la cima sin extraviarnos. Antes de conseguirlo, hemos de superar tres tramos que presentan cierta dificultad, por la fuerte inclinación de la ladera, la grava suelta sobre la roca por la que pasa el sendero, y también su exposición al vacío, porque poco antes de llegar a lo más alto el patio es considerable. Aquí no vendrían nada mal, las cadenas que si hemos podido encontrar en otros pasos mucho menos expuestos.
Las vistas del macizo de la Civetta desde la cima son magníficas, así como del lago Coldai que se encuentra justo debajo. También destacan el monte Pelmo y la cara sur de la Marmolada. Durante un rato permanecimos contemplando el paisaje y haciendo las fotografías para el recuerdo, ya que este iba a ser el lugar más espectacular de todo el trekking realizado y de lo que quedaba por venir en los próximos días. En el descenso había que tener mucho cuidado para evitar resbalones, tomando todas las precauciones posibles y el tiempo necesario para no cometer errores.
Una vez que llegamos a la forcella Coldai, descendimos hasta el lago siguiendo cualquiera de los múltiples senderillos que el paso de los montañeros han ido trazando sobre el terreno, todos con el mismo destino final. Por la hora en que nos encontrábamos, el lago se encontraba muy tranquilo, nada del bullicio que habíamos observado desde la cima unos minutos antes, por lo que sin pensarlo nos quitamos la ropa y nos metimos en las frías aguas para darnos el baño, pues el calor apretaba intensamente.
Ya solo quedaba volver al refugio y esperar a la hora de la cena, durante la cual una fuerte tormenta descargó agua tan generosamente, que se formaron cascadas y caudalosos torrentes, que con el paso de las horas volvieron a desaparecer conforme la roca escurría el agua que no había sido capaz de absorber. Si bien dejó de llover sobre el refugio y el macizo de la Civetta, a lo lejos se veían nubes oscuras y cortinas de agua iluminadas por el destello de los relámpagos y los rayos que surcaban el cielo, desafiando la rapidez de los fotógrafos en disparar sus cámaras para captarlos en sus instantáneas.
(Este álbum cuenta una historia cronológicamente ordenada, por lo que es recomendable ver en presentación de diapositivas. Pero antes pon el fondo musical que más te guste, para que visualizar todas las fotos resulte más ameno )
Aquí tienes el track de la ruta:
PANORAMAS (Clic sobre las imágenes para ampliarlas)