CARDEÑA-VENTA DEL CEREZO-VENTA DEL CHARCO

La ruta completa es la sucesión de dos rutas lineales, Cardeña-Venta del Cerezo y Venta del Cerezo-Venta del Charco. No presentan dificultad ninguna, pues la práctica totalidad del recorrido es llano y se hace por amplios caminos.

Estacionamos uno de los vehículos en la población de Cardeña (Córdoba), que es una de las que da nombre al Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro y el otro tendremos que haberlo dejado en la Venta del Charco que es donde finalizaremos a última hora de la tarde.

Después de pasar por debajo de la carretera N-420 nos adentramos en las dehesas de Sierra Morena por un camino carretero, amplio y por el que aquel día circulaban bastantes vehículos. Para no estar muy pendientes del tráfico, podemos caminar por el senderillo que hay al margen del camino, pegado a las vallas metálicas que circundan las propiedades privadas, ya que los cerdos que hay ellas comen plácidamente las bellotas que luego darán ese especial sabor a todos los productos que se obtienen del cerdo ibérico. La abundancia de lluvias del otoño, habían dejado crecer la hierba que cubría con un manto verde todos los campos y dehesas, que es prácticamente todo que nos vamos a encontrar en nuestro caminar por estos montes, donde las únicas montañas que se divisaban hacia el norte eran las de sierra Madrona, que al día siguiente íbamos a conocer.

A mitad de camino de la Venta del Charco nos encontraremos a nuestra izquierda un desvío hacia el embalse de Tejoneras, principal hito de nuestro camino, donde podremos contemplar un pequeño embalse en el arroyo del Robledillo, con observatorio de aves, aunque no avistamos ninguna.

Volviendo sobre nuestros pasos hasta el desvío del camino que traíamos inicialmente, continuaremos por él hacia la aldea de Venta del Cerezo, que es un conjunto de casas rehabilitadas, algunas de ellas todavía en obras, desconociendo la utilidad práctica actual de este poblado que se encontraba totalmente deshabitado. Aquí paramos a comer en una plaza con bancos, descansando algún tiempo antes de reanudar la marcha de la segunda parte de nuestra ruta.

Nos dirigiremos hacia el camino que atraviesa una vaguada y remonta por el otro lado la loma que nos llevará hasta la Venta del Charco. Este es el único tramo en el que tendremos que subir algo de pendiente, pues una vez que lleguemos a salvar la vaguada, otra vez el camino volverá a ser llano, rodeado de las verdes dehesas que dominan todo el paisaje a nuestro alrededor. Aunque encontraremos numerosos cruces con otros caminos, hemos de seguir las indicaciones que señalizan la ruta, por lo que será difícil extraviarse. A mitad de este tramo del camino, nos encontraremos un vértice geodésico sobrelevado en mitad de la planicie de la dehesa, que sobresale por encima del encinar y que nos llamará poderosamente la atención porque nada tiene que ver con los vértices geodésicos que estamos acostumbrados a ver en las cimas de los picos.

La llegada a la aldea Venta del Charco, nos deparó la sorpresa de encontrarnos con algunos senderistas que habían recolectado numerosas setas silvestres, sirviendo de inspiración para al día siguiente hacer lo mismo en la ruta que teníamos previsto hacer en Fuencaliente (Ciudad Real).

Cabe destacar en las proximidades de esta aldea la existencia del embalse del Villar, que coincidiendo con las luces del atardecer, bien merece la pena pararse a contemplar el espectáculo de colores y reflejos en el cielo y en sus aguas.

Embalse de Tejoneras desde la presa en el arroyo del Robledillo.