LOS GALAYOS - LA MIRA

Desde la población de Guisando tomamos la carretera que nos lleva hasta el área recreativa "Nogal del Barranco" donde estacionamos el vehículo. Desde aquí accedemos al camino que avanza en progresivo ascenso por el pinar que cubre el margen izquierdo de la Vertiente de los Galayos. Muy pronto divisaremos nuestro objetivo, la cumbre de La Mira al fondo del barranco y a la derecha las moles graníticas que todavía no nos dejan ver las agujas de los Galayos.

Recorridos un par de kilómetros nos encontramos con la fuente del Amanecer, que no era más que un chorrito de agua que surge de la tierra, que por la sequía de este otoño presentaba tan raquítico caudal. Ya aquí el bosque de pinos casi ha desaparecido, por lo que caminamos bajo el cálido sol tan apetecible a esa hora de la mañana.

Casi un kilómetro más adelante nos encontramos con la segunda fuente del camino, la de Macario que es más caudalosa y con una pila que recoge las aguas que de ella brotan. Desde este punto ya empezamos a ver las torres rocosas de los Galayos, que nos anticipan el espectáculo que estamos a punto de comenzar a disfrutar. También el refugio Víctory se divisa diminuto casi en lo más alto de la garganta. Avanzamos otro kilómetro más y nos cruzamos con el cauce seco del barranco que ha ascendido hasta la cota en la cual nos encontramos, lo atravesamos y nos adentramos en la "Apretura", por donde el sendero asciende por el margen derecho del barranco en un constante zigzageo ganando altura rápidamente. Mientras que nuestro avance se ralentiza por el cansancio, pero amenizado por las agujas y las torres de los Galayos que ya los vemos frontalmente mostrando un aspecto majestuoso. Destaca el perfil del Torreón que es una impresionante mole vertical de granito, reto irresistible para cualquier escalador que la contemple.

Después de algo más de un kilómetro de ascensión por la Apretura, llegamos al refugio Víctory, no está guardado y cuando yo lo visité se encontraba en perfecto estado de conservación. Desde aquí la vista de los Galayos es inmejorable, por lo que es el lugar ideal para descansar, reponer fuerzas y disfrutar de las vistas.

Reanudamos la marcha y comenzamos la ascensión final por la garganta Seca, en cuyo collado volvemos a parar para contemplar las vistas de la sierra hacia el este y sur, donde los Galayos ya se encuentran en una cota inferior a la nuestra. Giramos a la izquierda y proseguimos por la cima hacia el vértice geodésico de la Mira, desde la cual la vista hacia el oeste con las principales cumbres de los picos de Gredos, son magníficas. Destacan el Almanzor y la Galana con siluetas inconfundibles.

Aquí en la cumbre permaneceremos un buen rato para comer, descansar y deleitarnos con las maravillosas vistas que yo no me cansaba de contemplar, pero como todo llega a su fin, no nos quedará otra que iniciar el descenso y la vuelta por le mismo sendero que ya hemos hecho, no sin seguir descubriendo nuevos detalles del camino, que con la nueva perspectiva y la luz de la tarde nos seguirá sorprendiendo a cada paso que avancemos.

Embalse de Riocuevas, con la Mira y espaldar de los Galayos al fondo.

Fuente de Macario, rico del Enebro y la Mira al fondo.

Refugio Víctory, cuerda y vertiente de los Galayos.

Cuerda de los Galayos desde Los Pelaos.

Cumbres de Gredos desde la cima de la Mira.

Detalle de las cumbres e Gredos.

Cuerda y vertiente de los Galayos desde los Pelaos.