DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Poco antes de llegar a Lugros, encontraremos un área recreativa junto al río, donde podemos estacionar los vehículos y desde aquí comenzar nuestra ruta. Si bien muchos vehículos se adentran por caminos hasta los límites del parque natural, nosotros aprovecharemos la existencia de unas acequias para caminar a su vera tanto a la ida como a la vuelta y disfrutar de las vistas que ofrece el bosque en galería que se encuentra a nuestros pies y que a finales del mes de octubre ofrece estampas dignas de ser contempladas. Para acceder a la acequia del margen izquierdo del río, atravesamos la carretera y por un camino algo desdibujado sobre el terreno caminaremos unos cientos de metros, hasta alcanzar dicha acequia.
El senderillo en algunos puntos se complica, pero avanzando con cuidado progresaremos hasta cruzarnos con el camino carretero por donde cirucluan los vehículos de aquellos que quieren ahorrarse algunos kilómetros de sendero o que desconocen la existencia de este junto a las acequieas. Una vez en ese camino, tendremos que acostubrarnos a la romería de personas y de vehículos que por allí pasan casi continuamente.
El primer punto notable de la ruta, se encuentra al llegar a los límites del parque nacional, donde existe una cancela tras la cual hay una ermita en construcción abandonada y un curioso recinto para el ganado vacuno. Aquí se puede descansar y reponer fuerzas, pues el lugar es fresco y agradable por la presencia del río.
Caminamos ahora por el barranco de las Rozas unos cientos de metros y ya podemos disfrutar del bosque multicolor que nos sorprende a todos. Al final de este primer tramo del barranco donde el camino describe una pronunciada curva, nos metemos en un sendero que asciende junto a un tronco de árbol seco en forma de arco hasta alcanzar un mirador, donde vemos el barranco del río Alhama con el bosque de colores que asciende por las laderas de Sierra Nevada, hasta los límites donde la arboleda desparece por los rigores climáticos de la altitud. El espectáculo acaba de comenzar, pues los colores amarillos, , naranjas, rosáceos, rojizos, marrones y todos los tonos verdes, se entremezclan en una sinfonía de color como nunca antes había visto.
Tras otro breve descanso, esta vez para contemplar el paisaje, volvemos a reanudar la marcha avanzando por el senderillo y alcanzamos nuevamente otro mirador desde el que se contempla la Dehesa de Camarate, las cumbres con los restos de las primeras nevadas del pasado doce de octubre y todo el embudo que recoge las aguas que se vierten en el río Alhama. Más espectáculo de colores que nos llevamos a casa con numerosas fotos. Ahora progresamos subiendo la ladera de la montaña por los senderos que el ganado ha dibujado sobre el terreno, pero no nos dirigimos hacia la dehesa de Camarate, si no que subimos hasta el camino carretero que nos llevará hasta la plaza de toros, en la cabecera del barranco de las Rozas, donde el colorido del bosque también es espectacular. Aquí disfrutaremos de las vistas y de los dulces frutos que los servales nos ofrecen, también de las fotos que unos y otros se hacen con cualquier fondo de árboles multicolores.
Al llegar a la plaza de toros, descansamos y comemos bajo unos castaños y tras la siesta algunos decidimos ascender un poco más para contemplar un tejo centenario, algo escondido entre la arboleda y que pocos conocen.
El retorno lo efectuamos siguiendo el camino carretero, sin desviarnos por los senderillos que tomamos en la ida de nuestra ruta, hasta bien abajo donde encontraremos unos carteles que por un senderillo a la vera de la acequia del margen derecho del río, nos llevará hasta las inmediaciones de Lugros. Aquí encontramos un corral de cabras donde decenas de chotos con pocos días de vida, nos entretuvieron con caricias y más fotos de recuerdo.
Unos metros más adelante abandonamos el camino y por la ladera del río descendemos hacia el merendero donde dejamos por la mañana nuestros vehículos. Finalizamos así esta ruta, cuyo mejor momento para realizarla es la última semana del mes de octubre, cuando los colores otoñales hacen su presencia y convierten a este lugar en un sitio excepcional que nadie que sea amante de la naturaleza debe dejar de conocer.
Agradecimientos a los Alpargateros y a Teresa por su organización y por permitirnos participar.
Álbum de Google Fotos (ver en presentación de diapositivas)
Aquí tienes el track de la ruta:
PANORAMAS (Clic sobre las imágenes para ampliarlas)