ETAPA-2 "REFUGIO NUVOLAU-REFUGIO AQUILEIA"

Amanecía un día con abundante nubosidad, aunque al ser de tipo alto, en todo momento permitió contemplar el espectacular paisaje que se divisa desde el refugio Nuvolau. Al ser la luz más tenue, las tonalidades de color hacían muy diferente la visión que del paisaje habíamos tenido en el día anterior, pareciendo estar en otro lugar aún estando en el mismo, solo la luz y color eran distintos.

Tras el opíparo desayuno matutino que nos brindó el refugio, Teresa, Maribel, Juan Antonio, Javier y un servidor, partimos hacia el refugio Averau donde el resto del grupo había pernoctado, descendiendo la cresta de la montaña en pocos minutos, pues no es lo mismo descender que ascender, prefiriendo en mi caso lo primero a lo segundo, aunque a la mayoría de los mortales les gusta todo lo contrario.

Una vez reunidos emprendemos todos juntos el descenso hasta el passo Giau, siguiendo un senderillo que a pie de las paredes verticales del gran promontorio rocoso Nuvolau y Ra Gusela, serpentea perdiendo altura de forma vertiginosa en alguno de sus tramos, y llaneando en otros. Entre las rocas pudimos ver las primeras marmotas que con sus grititos chillones, tanto sorprendieron a alguno de los participantes, pues siendo muchos de ellos de Granada, solo las cabras montesinas les resultan ser familiares, y no estos grandes roedores que además no tienen cuernos.

Cuando llegamos al passo Giau, encontramos algunos refugios tipo hotel a pie de carretera, donde además las autocaravanas se adueñan del lugar, así como una gran cantidad de excursionistas de todo tipo, que tienen como punto de partida este lugar. La visión desde este puerto del pico Ra Gusela es espectacular, pues se yergue sobresaliente como una gran torre, presidiendo el paisaje.

Atravesamos la mencionada carretera y proseguimos ganando cota ligeramente, dirigiéndonos hacia la forcella de Col Pionbin, donde paramos para reagruparnos. Desde aquí obtenemos bonitas vistas de un conjunto de agujas que veníamos contemplando hacia el este, desde el día anterior y que ahora se presentaba de forma muy cercana ante nosotros. Atravesamos la forcella para descender, y luego volver a ascender para alcanzar la forecella Giau, donde esta vez nos detendremos para descansar y comer algo. Ante nosotros se abre un llano de verdes prados que está flanqueado al sur por el monte Mondeval, y al norte sobre nuestras cabezas la Ponta Lastoi de Formin.

Una vez recuperados retomamos la marcha, y caminamos entre prados y bloques de piedra desprendidos de la pared rocosa a nuestra izquierda, mientras vamos contemplando algún polje con lagunillas ante el imponente monte Pelmo que sobresale por encima de todas las cimas y agujas de este idílico entorno. En la zona existe una sepultura mesolítica, pero hay que desviarse y la dejamos a un lado. Llegamos a la forcella Ambrizzola y descubrimos un soberbio paisaje hacia el norte, pudiendo contemplar el valle en el que se encuentra la ciudad de Cortina D´Ampezzo y los macizos montaños del gruppo Sorapis, Monte Cristallo y le Tofane.

Después de deleitarnos con el paisaje, no queda otra que proseguir la marcha, que esta vez va a continuar por un sendero que se abre paso por el canchal bajo la aguja del monte Beco de Mezodi, hasta culminar en la forcella Col Duro donde comenzará un descenso progresivo hasta el final de la etapa.

El senderillo se convierte en camino carretero al llegar a un corral de ganado que aquí llaman malgas, siendo su nombre concreto malga Prendera. A partir de aquí nos encontraremos con un bosque de abetos flanqueando a ambos lados el camino, proporcionando la tan preciada sombra, porque las nubes de la mañana ya se habían disipado por la elevación de las temperaturas. Avanzamos llaneando hacia el sureste por este camino, con la visión del espectacular monte Pelmo ante nosotros, hasta llegar al refugio Citta de Fiume, cuyos aledaños estaban especialmente concurridos y que nos producían espanto ante tanto gentío y ganado pastando en aquel bullicioso lugar, pero nosotros pasamos de largo continuando con el descenso hasta una malga llamada Fiorentina, donde abandonamos el camino para tomar un senderillo que se adentra en el bosque de coníferas, permitiendo descender con rapidez para alcanzar el refugio Aquileia en el momento más caluroso del día, pues al encontrarnos en una cota tan baja la subida de la temperatura había sido notoria.

Como este era el final de la etapa y las circunstancias lo requerían, las cervezas corrían hacia las mesas y desaparecían rápidamente, siendo consumidas ávidamente y a pares, porque la gente de montaña somos así de dados a estos rituales que siempre se repiten al final de cada caminata.

Panorama desde el descenso hacia el refugio Averau, a los pies de su pico omónimo y el Tofane a la derecha.

Panorama del pico Averau y la marmolada a la izquierda.

Panorama desde el passo Giau.

Panorama desde la forcella de col Piombin.

Panorama del monte Pelmo desde los llanos del monte Mondeval.

Panorama de Cortina d´Ampezzo y gruppo del Sorapis desde la forcella Ambrizzola.

Panorama del monte Pelmo desde la forcella de col Roan.

Panorama de monte Pelmo y entorno del refugio Citta di Fiume.