TRAVESÍA DEL ALTO ATLAS - IGHIL M´GOUN
Aït Bouguemaz - Ighil M´Goun - Bou Thrarar
Marruecos del 15 al 22 /julio/2013
Tipo de sendero: Lineal Distancia: 108 Kms
Dificultad: Alta Desnivel máx.: 2.387m
INFORMACIÓN DE LA RUTA COMPLETA
PROGRAMA DEL VIAJE Y ETAPAS DE LA RUTA:
Día 1: Marrakech – Aït Bouguemmaz. Vuelo desde origen a Marrakech y desplazamiento en microbús al inicio de la ruta.
Día 2: Aït Bouguemmaz – Plateau du Targueddit. Trekking de 19´7kms desnivel subida 1.709m, de bajada 500m.
Día 3 : Targueddit – Ascensión al M'goun – Oulilimt . Trekking de 21´1kms, desnivel subida 1.151m, de bajada 1.350m
Día 4 : Oulilimt – Taghreft. Trekking de 21,1kms, desnivel de subida 50m, de bajada 500m
Día 5 : Taghreft – Taghzout. Trekkin de 26´8kms, desnivel de subida 100m, de bajada 400m
Día 6 : Taghzout – Gargantas de Mgoun – Ouarzazat. Trekking de 21´6kms, de subida 200m, de bajada 250m. Desplazamiento a Ouarzazate 120 kms en microbús.
Día 7 : Ouarzazat – Ait Ben Haddou – Telouet - Marrakech. Desplazamiento en microbús de 250kms (por Telouèt)
Día 8 : Marrakech – Vuelo de regreso a origen
NOTA: En los enlaces superiores, puedes encontrar toda la información sobre cada una de las etapas de la ruta
Enlace con la web de la empresa organizadora:
Ver información detallada suministrada por la organización
PREÁMBULO
Marruecos, situado en la parte más occidental del Magreb, donde se pone el sol, el Poniente, es un país desconcertante que evoca los palacios jerifianos rodeados de suntuosos jardines, de los zocos de los cuales se escapa el aroma misterioso de las especias, de abigarradas calles en las que el agobio de los comerciantes no se diferencia mucho del acoso irritante de las moscas, donde el visitante extranjero a menudo se encuentra atraído por ese laberinto de callejuelas donde la vida cotidiana es un puzle formado por miles de piezas que encajan de una forma u otra, con una actividad que no cesa ni un instante. Atraídos por la llegada de turistas, echadores de la buena ventura, encantadores de serpientes, astrólogos, mendigos, ciegos, falsos guías…, se diseminan por la medina.
Al visitar Marruecos se podrá comprobar que las imágenes de los folletos turísticos corresponden siempre a la realidad. Basta con alejarse unos kilómetros de los circuitos turísticos demasiado tradicionales. Detrás de su fachada occidental se descubre un país árabe musulmán muy apegado a sus tradiciones, el Corán salmodiado por la televisión, los almuecines llamando a la oración, un ramadán estrictamente observado en público, una miseria secular y unas formas de vida que en ciertos lugares no han cambiado desde la Edad Media, es lo que se llama un país de contrastes. Sin embargo, Marruecos me parece que es uno de esos países que ha cultivado este modelo con mayor constancia, hasta el punto de impregnarlo con su paisaje humano. Imaginemos lo que supone contemplar las puestas de sol, ver a personas que se parecen a antiguos cónsules, paseando por las calles, arreglando sus sandalias, a los que ni siquiera les falta ese aire desdeñoso que tienen los amos del mundo. Uno de los aspectos más significativos de la hospitalidad marroquí consiste precisamente en introducir al visitante extranjero en un círculo de intimidad, como si se le permitiera compartir un misterio. No podemos aprender a conocer Marruecos, sólo podemos ser iniciados gradualmente. Desde Marrakech nos trasladaremos en minibús rumbo a las cumbres del Alto Atlas Central, donde disfrutaremos de los placeres de la montaña en las altas mesetas del macizo montañoso del Ighil M´Goun, en bereber “cresta de los vientos” y caminaremos sobre el cauce del rio M´Goun atravesando sus profundas gargantas. Continuaremos nuestro recorrido en minibús hacia la ciudad de Azilal y luego ascenderemos por el collado Tizi N’Oughbar, desde donde se aprecia una vista fantástica de las montañas y del valle de Quad Lekhdar. Descenderemos franqueando pueblos típicos de la tribu de Aït Abbas para llegar finalmente al Valle Feliz de los Aït Bouguemmaz, situado en las mismas faldas del Atlas. Tiene una fuerte identidad bereber; alberga pequeños pueblos cuyos habitantes cultivan sus parcelas que riegan con el agua que baja de las montañas. Será entonces allí donde nuestro viaje se transformará en aventura.
A la vuelta del Atlas, permaneceremos un día en Marraquech, aunque no es una ciudad que seduce a primera vista. Hay que saber conocerla, superar sus primeras impresiones y olvidar las solicitudes incesantes de los comerciantes de sus zocos. Para comprender bien Marraquech y saber apreciarla, hay que quedarse cierto tiempo. Sólo entonces, esta ciudad imperial que ha sido llamada “la perla del sur”, nos parecerá como una joya engarzada en esa corona natural que forman a su alrededor las montañas del Alto Atlas. Situada a menos de una hora de la capital de los almorávides, y a la misma distancia de la costa atlántica que de las primeras dunas del Sahara. A los que visitemos por primera vez Marrakech, pienso que no nos dejará indiferentes, pero debemos saber abordarla e impregnarnos de la atmosfera que reina en su medina, en sus zocos y en el conjunto de sus monumentos religiosos, como el minarete de la Kutubiyya, que sirvió de modelo a la Giralda, la Madrasa Ben Youssef, la Koubba almorávide. Visitar la plaza de Djem’a el-Fna y su animación justificará por si sola nuestra visita.
Motril, 9 de julio 2013 Texto escrito por Miguel Ruiz Cano
DESCARGA LA CRÓNICA COMPLETA ESCRITA POR MIGUEL
Aquí tienes el track de la ruta completa:
TRAVESÍA DEL ALTO ATLAS AÏT BOUGUEMAZ-IGHIL M´GOUN-BOU THRARAR
Aquí tienes el track de la ruta completa por etapas: