FUENTEHERIDOS-MONTE CASTAÑO

Esta es una de las rutas más bonitas que se pueden hacer por el parque natural Sierra de Aracena y picos de Aroche, porque en alguno de sus tramos vamos a caminar por campos de cultivo ya abandonados, donde la vegetación crece frondosa recuperando su espacio natural. Salimos de Fuenteheridos y caminamos unos 200m por la carretera a Castaño del Robledo, desviándonos a poco de empezar hacia la derecha, por el camino que une Fuenteherios con Galaroza. Avanzamos entre castañares cuidados descendiendo progresivamente. No tardaremos mucho en comprobar que los castañares empiezan a estar rodeados de matorrales y helechos, que por estar bien avanzado el otoño, ya secos ofrecen un variado colorido de marrones, amarillos y rojizos que contrasta con el de las hojas casi marchitas de los castaños. Vamos paralelos a un arroyo que no se ve, al estar cubierto por la vegetación, pero que se deja notar por el rumor del agua de las recientes lluvias.

Existen algunos rincones donde el colorido antes descrito se manifiesta de forma excepcional, lo que ralentiza el avance para contemplar estos lugares casi selváticos. En nuestro descenso llegamos a la parte más baja, donde tendremos que cruzar el arroyo con abundante agua, aunque existe un puente para cruzarlo sin dificultad.

Antes de llegar a Galaroza encontraremos por la izquierda otro camino que asciende y une esta población con Castaño del Robledo. Lo tomamos y comenzamos a subir por el valle donde siguen apareciendo castañares abandonados que nos ofrecen rincones con encanto. Llegando a la parte alta, los campos ahora sí parecen estar cuidados y explotados, porque nos encontramos con cuadrillas de gente recogiendo las castañas que en un otoño tan cálido y con lluvias tardías han hecho que su recolección todavía se esté haciendo.

Cruzaremos la carretera de Fuenteheridos a Castaño del Robledo, encontrando a la guardia civil que hace controles para evitar el robo de castañas, aunque vemos algún grupo de personas que portan sacos llenos y que esconden cuando se percatan de la presencia policial. Por mucho que se vigile, es casi inevitable que este tipo de robos se siguen produciendo. No es de extrañar que los propietarios de estos campos vallen con alambradas sus propiedades y que sean tan reacios a nuestra presencia. Continuamos la marcha por el amplio camino, muy transitado por coches y excursionistas, rodeados de campos con ejemplares de castaños centenarios y de troncos espectaculares que nos ofrecen un hermoso colorido otoñal y cargados de erizos con sus castañas a punto de caer al suelo.

A nuestra derecha se encuentra el monte Castaño que lo vemos como una elevada colina alargada a la cual deseamos ascender. Para ello tendremos que saltar una cancela que se encuentra cerrada e ir subiendo la ladera norte entre los castaños. Cuando llegamos a la parte más alta, los helechos cubren el terreno creciendo entre los árboles abandonados, contemplando aquí alguno de los rincones más bonitos de la excursión.

Avanzamos por donde podemos, buscando los senderillos abiertos en el helechal hasta ganar la cuerda de la montaña, donde encontramos un espeso robledal en el cual habrá que adentrarse para al poco alcanzar la cumbre que se alza sobre unas rocas y sobre las cuales hay un vértice geodésico. La cima del monte Castaño (969m) es la cumbre más alta de la provincia de Huelva, con permiso del cerro Bonales que ese encuentra algo más al norte pero entre las provincias de Huelva y Badajoz.

Como el día estaba claro y con una atmósfera limpia, podíamos divisar al sur el reflejo de las aguas del Atlántico, por lo que desde aquí la panorámica de la provincia de Huelva es casi total. Al suroeste puede contemplarse la cercana población de Cortegana con su castillo. Este es un lugar ideal para comer, descansar y disfrutar de las vistas panorámicas. Tras hacer lo propio, retomamos la marcha descendiendo por el robledal y luego por el abandonado castañar pero por otra vaguada distinta a la del ascenso, encontrándonos con los castaños más grandes y viejos de todo nuestro recorrido por la sierra. Tras saltar otra cancela volvemos al camino que dejamos anteriormente y avanzamos por un corto tramo de unos 500m hasta llegar al punto donde encontramos a la izquierda otro camino descendente, que es el que debemos de tomar para volver al punto de partida en Fuenteheridos. De haber continuando al frente habríamos llegado a la población de Alájar.

Este último tramo de la ruta es quizás menos espectacular que los dos anteriormente descritos, pero tampoco dejará de sorprendernos con nuevos rincones. Este finaliza en la carretera, frente al punto en que por la mañana tomamos el camino de Galaroza que ahora dejamos a la izquierda para llegar a Fuenteheridos que ya se encuentra muy cercano. Una vez en el pueblo con los compañeros de camino, Montse y Ángel reponemos fuerzas comiendo en uno de sus restaurantes donde degustamos la gastronomía local.

Helechos en el camino entre Fuenteheridos y Galaroza, con Ángel y Montse charlando de sus cosas.

Helechos entre castañares abandonados.