RUTA DE LAS LAGUNAS-MULHACÉN

RUTA DE LAS LAGUNAS - MULHACÉN

P.Nacional de Sierra Nevada Capileira (Granada)

23, 24, 25 de septiembre de 2011

Tipo de sendero: Ruta circular compuesta por tres senderos Duración: 16h Longitud: 33km Desnivel: 1.400 m. Dificultad: Alta

Plano de la ruta completa

(Clic sobre las imágenes para verlas ampliadas)

Perfil de la ruta completa

Plano de la ruta alta de las lagunas y ascensión al Mulhacén

Perfil de la ruta alta de las lagunas y ascensión al Mulhacén

Plano de la ruta de ida y vuelta al refugio de Poqueira

Perfil de la ruta de ida y vuelta al refugio de Poqueira

Protagonistas en las lagunas de Río seco

Protagonistas en la laguna Larga

CRÓNICA DE LA RUTA

Crónica escrita por Ángel Velasco

El pasado viernes 23 de Septiembre (como diría Roberto “el otro día”) unos amigos de Con mi Gente acudimos a la convocatoria realizada por Teresa, de los Alpargateros de Motril, para hacer una ruta de marcha por Sierra Nevada. La ocasión era ideal para retomar los trekkings montañeros después del verano y reencontrarnos con nuestros amigos granaínos. En total, nos reunimos 16 amantes de la montaña. Oficialmente la cita era a las 6 de la tarde en la Hoya del Portillo, la puerta de entrada al Parque Natural. Algunos, como Manuel, Mario y Paqui, pudieron estar allí a la hora convenida, pero el resto (Susana, Antonio, Roberto y yo mismo) debimos incorporarnos más tarde por motivos laborales. Concretamente, salimos de Sevilla cerca de las 5 p.m. y, entre una cosa y otra (atasco a la altura de Granada capital, parada para degustar piononos, etc), llegamos a las Alpujarras bien avanzada la noche. Para entonces, los demás habían llegado al Refugio de Poqueira (2490 m) donde, tras instalarse, cenar y tomar unas copas, se dispusieron a pernoctar. Por nuestra parte, comenzamos a andar cerca de las 11 de la noche, primero a través de un pinar y luego por una pista forestal que nos llevaría hasta el refugio, situado a unos 9 kms del punto de partida. Aunque un poco antes había estado lloviendo, el cielo se fue despejando, dando paso a una magnífica noche poblada de estrellas. La temperatura era agradable teniendo en cuenta la ubicación y lo avanzada de la noche. Marchábamos a buen paso y de muy buen humor. ¿Para qué apresurarnos?. De ningún modo llegaríamos a una hora razonable. En cierto momento, siendo yo el que iba en cabeza, me doy de bruces con dos ojos brillantes que, desde la más opaca oscuridad, me miran fijamente y en mi cabeza se forma la absurda imagen de un imponente toro de lidia. De inmediato me giro y corro despavorido hacia mis compañeros, deslumbrándolos con mi luz frontal, al tiempo que gritaba: ¡¡un bicho, un pedasso de bicho!!. Pero era tan solo un caballo que pastaba junto a otros a un lado del camino. Un motivo más para las risas y bromas. Llegamos al refugio a la una de la madrugada. Todos sus ocupantes dormían, pero nos habían dejado la cena preparada, que calentamos y degustamos agradecidos.

A la mañana siguiente, durante el desayuno, nos encontramos todos. ¡Qué alegría volver a ver Teresa y los suyos!. Como ella dice, somos un grupo híbrido de andaluces orientales y occidentales unidos por nuestra común afición a las montañas. Emprendimos la marcha a las 8:30, cruzando el río Mulhacen, en dirección noroeste, hacia los Crestones de Río Seco. Inicialmente Fernando lideraba el grupo, pero como algunos habían quedado rezagados, la mayoría se detuvo a esperar a estos últimos. Los cuatro (Fernando, Rosa, Manuel y yo mismo) que tuvimos la “feliz” ocurrencia de continuar, sin querer nos desviamos del trak y padecimos por ello un duro ascenso de al menos 30 minutos por la ladera empinada del Horcajo Feo. Cuando dimos con el sendero el resto del grupo ya venía marchando por él con paso firme y regular. Ellos estaban bien; nosotros nos encontrábamos ya agotados al principio de la ruta. Continuamos remontando el barranco de Río Seco, delimitado por los Raspones (3141 m), a la izquierda, y la Loma Pelá, a la derecha. Alcanzamos así el circo glacial de Río Seco (3.030 m), deteniéndonos un rato para reponer fuerzas. Normalmente en este lugar se localizan hasta cuatro lagunas, pero siendo final de verano todas ellas estaban secas a excepción de la última que conservaba una fina capa de hielo nocturno. Después ascendimos hasta el collado o Puerta (3110 m) de los Crestones de Río Seco (3128 m), pasando de este modo a la cuenca del Genil. En dirección este, tomamos un sendero que, dejando de lado el Mirador de Ferrer, nos condujo hasta la Pared de los Cajorros, un espolón que separa la Laguna Larga del Corral de Valdeinfiernos. Bajando por ese espolón accedimos a un collado que nos llevó a la Laguna Larga. Esta última si tenía algo de agua, aunque poca, y ninguna el lagunillo de la Gabata, situado a su izquierda y supuestamente origen del río Valdeinfiernos. Rodeamos la Laguna Larga y tomamos una vereda que discurre a media ladera bordeando las caras nortes de los picos Puntal de la Caldera y Juego de Bolos. Este ascenso, prolongado y monótono, nos dejó sin aliento. Finalmente llegamos al collado que nos permitió descender hasta el Hoya del Mulhacen. Allí se encuentra la Laguna de la Mosca (2890 m), a cuyos pies almorzamos, bajo la cara norte del Mulhacen.


El día estaba despejado, yo diría que luminoso, el aire limpio. Con el estómago lleno y al calor del solecillo disfrutamos de un rato fabuloso. Lo mencioné en una crónica correspondiente a un encuentro anterior con los Alpargateros, pero he de insistir en ello. ¡Qué gente más extraordinaria, desinhibida, generosa, alegre!. Con ellos el éxito de la ruta está garantizado. Lo pasamos en grande, nos reímos cantidad y yo al menos ya tengo ganas de volver a coincidir con ellos.

Después del relax, fue duro volver a calzarse las botas y cargar con la mochila porque a partir de aquí teníamos que realizar un ascenso importante. Se trataba de subir por el Collado del Ciervo (3120 m), una fuerte pendiente situada entre la cara norte del Mulhacen a la izquierda y el Puntal de la Caldera a la derecha. Habíamos estimado que la subida nos llevaría como una hora, pero en realidad la hicimos en 30-45 minutos. ¡Qué gustazo llegar arriba! Una sensación única, con la adrenalina a tope y la satisfacción de haberlo conseguido, de que el esfuerzo había merecido la pena. Estábamos todos muy contentos y el descenso hasta la Laguna de la Caldera (3032 m) lo hicimos entre risas y bromas. A partir de aquí nos separamos. Por un lado, Fernando, Vicky y otro compañero tomaron la pista forestal que les conduciría directamente a la Hoya del Portillo, pues regresaron a casa esa misma noche. El resto debíamos seguir el curso del río Mulhacen, descendiendo por el barranco, hasta volver al Refugio. Sin embargo, antes de emprender la vuelta Susana se empeñó en subir al Mulhacen (3482 m) por un sendero que recorre su cara oeste, paralelo a la arista que marca el límite con la cara norte. Y tanto insistió que consiguió que Antonio la acompañase. Así lo hicieron mientras los demás, que para entonces teníamos los pies destrozados, continuábamos con el plan previsto. Llevábamos como una hora en el refugio, encontrándonos ya aseados y relajados, cuando los vimos aparecer estenuados.

Antes, durante y después de la cena compartimos anécdotas, gastamos bromas y, por supuesto, proyectamos nuevas rutas que nos darían la oportunidad de volver a encontrarnos. Todos se marcharon bien temprano al día siguiente, domingo, excepto los cuatro que llegamos en último lugar. Susana, Roberto, Antonio y yo desayunamos tranquilamente y decidimos regresar por una ruta ya conocida, la Acequia Alta. La habíamos hecho en Julio durante un trekking organizado por Susana. Entonces tuvimos un problema a la hora de decidir cómo acceder a la acequia. Se ve que no conseguimos aprendernos el camino porque de nuevo hubo disparidad de opiniones. Esta vez, Roberto y Antonio lo hicieron por el sitio correcto, en tanto que Susana y yo tomamos un camino equivocado que nos obligó por dos veces a atravesar sendas alambradas de espinos. Finalmente nos reencontramos junto a la acequia y a su lado caminamos en fila, de forma continua y sin dificultad. Era nuestro destino. En un momento dado nos encontramos con un toro, real, con todos sus atributos. Puesto que el susodicho no estaba dispuesto a abandonar la acequia para dejarnos pasar, tuvimos que rodearlo…De nuevo un servidor iba el primero. En el último tramo del camino, apenas a una hora del punto de destino, a Susana se le ocurre sugerir que abandonemos la acequia y subamos ladera arriba hasta encontrar la pista forestal por la que habíamos marchado dos noches atrás. A todos nos pareció buena idea porque el camino de la acequia ya lo conocíamos y el que discurría por arriba no lo habíamos disfrutado a la luz del día. Fue así como volvimos a embarcarnos en un nuevo ascenso, de algo más de 200 metros de desnivel. Sudados, cansados y, sobre todo, hambrientos llegamos al coche. Tras recolectar algunas “cosillas”, nos fuimos a almorzar a Capileira. Un sitio estupendo, con una terraza situada frente a la sierra. ¡Por 15€ nos pusimos ciegos degustando los platos alpujarreños!. Más importante aún, el cocinero consiguió lo que en principio yo habría considerado imposible, pues la comida tuvo dos consecuencias a cuál más insólita. Por primera vez pude ver a Antonio plenamente saciado. Segundo, Susana ya no quiso subir ninguna cuesta más, ni la más leve.

Álbum de Google Fotos (ver en presentación de diapositivas)

Más fotos de la ruta, por TERESA.

Aquí tienes el enlace al track de la ruta:

"RUTA DE LAS LAGUNAS - MULHACÉN"

PANORAMAS (Clic sobre las imágenes para ampliarlas)

Lagunas de Río Seco

Lagunas desde los Crestones de Río Seco

Descenso hacia laguna Larga

Descanso en la laguna Larga

Pico de los Machos y laguna Larga.

Pico Mulhacén y laguna de la Mosca.

Ascensión al pico Mulhacén por la cara oeste, desde collado del Ciervo.

Pico Mulhacén y laguna de la Caldera desde el collado del Ciervo.

Sierra Nevada desde el camino Hoya del Portillo, refugio de Poqueira.