Charles Bukowski

a toda velocidad

llegué agotado con un dedo amputado y los pies

congelados y caían rayos por el papel pintado;

ahorcaron a tres hombres en la calle y el alcalde tuvo un empacho

de golosinas, y hundieron la maldita flota y los buitres

fumaban habanos; pues bien, una monada

se cortó las venas y la encontraron medio

muerta en el dormitorio… seguramente con el corazón roto

por mí, pero tengo que largarme de la ciudad: creía que era

un tipo duro y despreocupado, pero acabo de verme

una cana encima de la

oreja izquierda.