Charles Bukowski
Los poemas de amor de Catulo
leía sus poemas
se los leía a los hombres que la esperaban en la cama
luego los rompía
entre risas
y se tumbaba en la cama
abierta de piernas ante la polla
que tuviera más a mano.
pero Catulo siguió escribiéndole
poemas de amor
y ella se follaba esclavos en
callejones, y
cuando estaban juntos
le robaba mientras estaba
borracho, se reía de sus versos y su
amor,
se meaba en su
suelo.
Catulo, quien,
por lo demás,
escribía poemas
maravillosos
cayó bajo el hechizo de
esa zorra
que,
según se dice,
cuando empezó a envejecer
huyó de su lado
y comenzó una nueva vida en una isla lejana
donde acabó
suicidándose.
Catulo era como
la mayoría de los poetas:
entiendo
y perdono a medida que
lo releo:
era consciente,
ante la proximidad de la muerte,
de que es
mejor empezar con una
ramera que acabar
con ella.
Charles Bukowski de Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta [2005]
Trad. Eduardo Iriarte Goñi