Charles Bukowski
locura
yo no me lío a puñetazos con las paredes
me quedo tranquilo
pero de pronto irrumpe
toda una marca.
la mujer del patio de atrás aúlla,
llora todas las noches.
a veces vienen los del condado
y se la llevan un par de días.
yo pensaba que sufría por la pérdida
de un gran amor
hasta que un día vino a verme y me lo
contó—
había perdido 8 bloques de apartamentos
con un gigoló que la había
estafado.
aullaba y lloraba por una pérdida de propiedad.
se puso a llorar cuando me lo contaba,
luego con una boca marcada con carmín seco
y oliendo a ajo y cebollas
me dio un beso y me dijo:
«Hank, nadie te quiere si no tienes dinero».
es vieja, casi tan vieja como yo.
se marchó, todavía llorando...
el otro día a las 7:30 a.m. dos asistentes
negros vinieron con su camilla,
sólo que llamaron a mi puerta.
«vamos, hombre», dijo el más
alto.
«esperad», dije, «aquí hay un error».
tenía una terrible resaca
llevaba el albornoz hecho jirones
el pelo me caía por la cara.
«ésta es la dirección que nos han dado, tío,
éste es el 5437 y 2/5, ¿no?»
«sí».
«vamos, hombre, no nos jodas».
«la señora que buscáis está ahí atrás».
se encaminaron a la parte de atrás.
«¿esta puerta de aquí?»
«no, no, ésa es mi puerta de servicio. mira, subid por esas escaleras de ahí
detrás, es la puerta que da al este, la que tiene un buzón de correos
descolgado».
subieron y aporrearon la puerta. vi cómo se la
llevaban. no usaron la camilla. iba caminando entre ambos.
y se me pasó por la cabeza que se estaban llevando a la persona
equivocada pero no estaba seguro.
Charles Bukowski de Melodías populares en el reducto de tu mente en El amor es un perro del infierno [1977]
Trad. Ciro Arbós