Charles Bukowski
otra víctima
atropellaron al gato
y ahora un tornillo de plata sujeta el fémur
roto
y una venda
de color rojo vivo
le cubre la pata derecha.
lo traje de vuelta a casa
y dejé de vigilarlo
unos
instantes
corrió por el suelo
arrastrando la pata
vendada
para perseguir a la
gata
lo peor que podía
habérsele ocurrido
al muy idiota
ahora está
en el
banquillo
sufriendo
por la espera
es como todos
nosotros
mira fijamente
con esos enormes ojos
amarillos
lo único que quiere
es
disfrutar
de la vida.