Charles Bukowski
Lo que más me gusta es rascarme los sobacos:
Vida de poeta maldito
Cuando por vez primera ingresó en la oficina de correos de Los Angeles, a los treinta y nueve años, había tocado varias veces el fondo de las experiencias más duras, dramáticas y negativas que puedan corresponderle a un hombre. Vivía en unas habitaciones realmente inhabitables de los barrios de peor nota, mezclándose con el hampa y viviendo hasta el fondo la existencia romántica de poeta maldito que luego reflejaba en los poemas, rápidamente conocidos en los ambientes underground con una fama tanto mayor porque estaba alimentada por el misterio que rodeaba su vida: Bukowski no conocía a nadie y no frecuentaba ningún ambiente literario. Durante los primeros siete años de los once que trabajó en la oficina de correos sus contactos con el mundo literario consistieron únicamente en enviar poemas a pequeñas revistas desconocidas.