Charles Bukowski

Lo que más me gusta es rascarme los sobacos:

El estilo de “Cartero”

Al fin, sin pretensiones estilísticas y, en cambio, con un estilo ya formado en el molde hemingwayano, en 1971 apareció Post Office [Cartero, Anagrama, 1982], la pri­mera novela de Bukowski, centrada en unas caracterís­ticas de planteamiento y de contenidos que le hacen en­trever como un clásico moderno y escrita, según parece, en diecinueve días. El libro, salido dos años después de la colección de poemas The Days Run Away Like Wild Horses Over The Hills, narra el período vivido por él como cartero (tres años y medio) y como empleado (once años) en las oficinas de correos de Los Angeles. En el «Times Literary Supplement» la novela fue definida «có­mica, cruel, cínica, despiadadamente autoirónica». Sin piedad hacia sí mismo y hacia los demás, el protagonis­ta Bukowski, que asume en este libro el nombre de Henry Chinaski para conservarlo en todas las obras futuras, cuenta sus aventuras de cartero (un perro que lo persi­gue, una mujer que se hace violar, una furgoneta que se hunde en una charca y así sucesivamente). Cuenta tam­bién dos de sus historias amorosas auténticas e impor­tantes, una con Betty, divorciada de un hombre rico, en­caminada hacia la decadencia económica y arrastrada por el alcoholismo hasta la muerte, y otra con Joyce, una ninfómana texana millonaria que le obliga a casarse con ella y luego le abandona para irse con un tipo llamado «el hombre del pasador violeta»; está también la historia auténtica de Fay, de la que Bukowski tuvo una hija. Otra historia menos importante es la de la mulata Vi y de­más, pero el núcleo de la novela aparece al final, cuan­do el día de su cincuenta aniversario Chinaski-Bukowski entrega definitivamente su dimisión a la oficina de co­rreos y decide convertirse en novelista, tal como se pro­dujo en la realidad. Las últimas páginas cuentan el epi­sodio del estudiante de medicina que le regaló un cora­zón humano encerrado en un frasco de cristal lleno de formol, asustándole hasta tal punto que para liberarse de él Bukowski lo oculta en un armario: un episodio que los entrevistadores le oyen contar con frecuencia.


en Entrevista a Charles Bukowski por Fernanda Pivano  

18 de enero - 11 de febrero de 1982.