Charles Bukowski
Lo que más me gusta es rascarme los sobacos:
La vida
Como sabemos, su clave está en la vida; pero un determinado tipo de vida, la vida del horror y del disgusto. Los poemas cantan las carreteras, los hipódromos, los bares, las habitaciones amuebladas infestadas de escarabajos, los fonduchos más miserables, y echan sus raíces en la sangre y en la suciedad de una existencia excesivamente extendida: quienes las leen son los subproletarios, los vigilantes de aparcamientos que luego le escriben cartas de admiración, los presos de las cárceles y de los hospitales que le piden ejemplares de sus libros (con gran satisfacción por su parte, explica Bukowski en las entrevistas: prefiere estas peticiones a las de los estudiantes que pueden costearse los libros).
Ben Pleasants en «Los Angeles Times» ha dicho; «Es posible que Bukowski sea el mayor poeta de su generación, pero los críticos, las feministas, los marxistas y los comentaristas de los principales diarios y revistas prefieren ignorarle. Mientras tanto se escribe acerca de él en "Le Monde", el "Times Literary Supplement", el ''Spiegel", el "Stern" y otros muchos diarios europeos.» No sé si Bukowski es el mayor poeta de su generación, pero no cabe duda de que es leído con participación, por no decir pasión, por los existencialistas supervivientes de nuestra época o, si se prefiere, por el hombre de la calle.