Charles Bukowski
las almas de los animales muertos
al salir del matadero
había un bar a la vuelta d ellas esquina
y yo me sentaba allí
a ver la puesta de sol
por la ventana,
una ventana que daba a un solar
lleno de altos hierbajos secos.
nunca me duchaba con los chicos en las
instalaciones
después del trabajo
así que olía a sudor y
sangre.
el olor a sudor remite al cabo de un
rato
pero el olor a sangre se condensa
y gana en intensidad.
fumaba cigarrillos y bebía cerveza
hasta que me sentía con fuerzas para
coger el autobús
con las almas de todos aquellos animales
muertos que me
acompañaban;
la gente volvía la cabeza hacia otro lado
las mujeres se levantaban y se alejaban de
mí.
al bajar del autobús
sólo tenía que caminar una manzana
y subir un tramo de escaleras hasta mi
habitación
donde ponía la radio y
encendía un cigarrillo
y nadie reparaba en mí
ya.
Charles Bukowski de Toca el piano borracho como un instrumento
de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco
(Black Sparrow Press, 1979)
Trad. Ciro Arbós Moya