Charles Bukowski
los locos siempre me han amado

y los subnormales

a lo largo de párvulos

primaria

secundaria

universidad

los no queridos

se prendían

de mí.

los mancos

los epilépticos

los tartamudos

los tuertos,

cobardes

misántropos

asesinos

fenómenos

y ladrones.

en el trabajo y en

el ocio

siempre atraje

a los indeseables. me encontraban

y se prendían de mí. aún lo

hacen.

ahora en este vecindario

hay uno que me ha

encontrado.

él merodea

empujando un carrito de supermercado

lleno de basura:

latas abolladas, cintas de zapatos,

bolsas vacías de papas fritas,

envases de leche, periódicos, portaplumas…

“hey, cuate, cómo estás?”

me detengo y conversamos

un rato

luego me despido

pero él

me sigue.

paso las cantinas

y los burdeles…

“manténme informado,

cuate, manténme informado,

quiero saber qué pasa.”

él es mi novedad.

nunca lo he visto

conversar

con nadie más.

el carrito traquetea

un momento

detrás de mí

entonces algo

cae.

él se detiene

para recogerlo.

entretanto yo

camino por

la puerta principal

del hotel verde de la esquina

cruzo a lo largo

del vestíbulo

y salgo por la puerta

trasera

hay un gato

enmierdándolo todo ahí dentro

absolutamente encantador,

me sonríe.