Charles Bukowski
Lo que más me gusta es rascarme los sobacos:
Antihéroe
Cada vez más preciso en su figura de antihéroe, Bukowski-Henry Chinaski desarrolla la historia picaresca de sus viajes de Nueva Orleans a Los Angeles, a Nueva York, a Filadelfia, a St. Louis, a Los Angeles, a Miami, a Los Angeles, salpicados de trabajos manuales increíbles y conservados, en efecto, durante pocos días o pocas semanas: Bukowski describe su cansancio y su humillación como en una novela «proletaria» del período naturalista o de los años treinta, pero sin el tono melodramático de los escritores de aquellos períodos que denunciaban las condiciones del trabajo manual sin conocerlo en primera persona. Bukowski ha hecho estos trabajos durante largos años y conoce su futilidad, su falsedad e incluso su comicidad; y conoce también la lucha por conquistar unas pocas horas al aire libre y algunos momentos de alegría, de la misma manera que conoce la tortura de sentirse aprisionado en una ocupación en la que no cree, con compañeros inadecuados para compartir preocupaciones y esperanzas.